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Desde un suicidio a un cáncer: cómo viven la muerte quienes se quedan aquí
El documental 'Vivir la muerte' incide, desde diferentes voces, en la necesidad de colectivizar el duelo y alejarlo de la mercantilización.
¿Se imaginan un entierro con un ataúd recorriendo las calles, rodeado de música, de baile, como si fuera una procesión alegre sin dejar, claro, de ser dolorosa? ¿Se imaginan este cortejo inusual para las funerarias, sin su coche fúnebre, sin su corona, sin su silencio, entrando en el cementerio de Montjuïc? Pues así fue el entierro de Pablo, un hombre que se suicidó el 14 de febrero de 2016. Su compañera, Thais Bonilla, sus amigos y familiares no querían despedirlo en un triste velatorio con hilo musical: «Leí a un antropólogo que decía que el duelo público está mal visto porque afecta al disfrute de los demás». La filósofa Ana Carrasco-Conde lo expresaba así de rotundo en esta entrevista: “Un duelo largo no es rentable. Por eso se demoniza la tristeza y la depresión”.
Pero, ¿se imaginan un entierro con un ataúd cerrado, en el cementerio ya, gracias en todo caso a la recaudación que pudo hacer la familia para darle una sepultura digna? Ese fue el entierro de Brian, un hombre que vino con Juliana Tapiero desde Colombia a buscar una vida mejor en España y se encontró, según cuenta, justo con lo contrario. “Yo nunca había pensado qué era la muerte. Brian murió bajo custodia policial. Dicen que fue un ataque al corazón pero las causas de la muerte están en investigación aún”, cuenta ella, a quien le prohibieron cantar para despedir a su marido. Sí pudieron hacer un directo desde Facebook para que su familia en Colombia pudiera estar en este último momento.
Son dos casos opuestos de un mismo hecho, la muerte de un ser querido, y dos de las historias que narran Vivir la muerte, un documental coproducido por La Directa y Papaia Produccions que se presentará este martes en Madrid, en el Teatro del Barrio.
El trabajo trata de poner sobre la mesa, con las voces de diferentes especialistas y de quienes han vivido experiencias diversas, no solo la necesidad de recuperar la colectivización del duelo, de los ritos necesarios para superar lo que casi nunca –por no decir nunca– se supera del todo, sino que aborda también las formas en las que el negocio corrompe un momento tan íntimo, donde el amor y el dolor, como dice otra de las protagonistas, Marina Sánchez, cuya madre murió de cáncer, son inseparables.
“Es muy fácil que haya niveles de violencia y desigualdad grandes”, explica en la cinta junto a su hermana, Júlia, miembro del colectivo Som Provisionals, quien formará parte del coloquio posterior a la proyección del documental. Y puede ocurrir desde lo que cuenta una trabajadora social –que acompañó a una familia a enterrar a su hija con una lápida sin nombre porque no tenían recursos– a lo que le pasó a la madre de Rita González, que pagaba religiosamente “los muertos”, como se conoce en generaciones anteriores el seguro de decesos.
“Mi madre estaba igual que cuando la sacaron del hospital. Con un saco blanco, sin vestir, sin maquillar, sin peinar. Para mucha gente esto puede parecer ridículo porque ya estás muerto, ya qué más da. Pero mi madre todo eso lo había pagado”, cuenta Rita. A su madre le diagnosticaron una neumonía bilateral tras dar positivo en COVID y tuvo que decir que llamaría a la policía si no le dejaban ver el cuerpo. “Es que yo no sé lo que hay dentro de esa caja”. Y dentro estaba su madre, sí, y la prueba de ese dinero que se habían ahorrado con ella.
El trabajo está dirigido y guionizado por Estel·la Marcos Faura, Meritxell Rigol Barbarà, Núria Gebellí Guinjoan, Anna Celma Melero y Berta Camprubí Pàmies. Y en el coloquio, además de Júlia Sánchez, también participarán la creadora de Luto en colores, Silvia Melero, y la presidenta de la asociación Entierro Digno, Maysoun Douas.
VIVIR DESEANDO MORIR.
TSUNAMI PSIQUIÁTRICO EN CANARIAS: LA NUEVA PANDEMIA QUE DESBORDA LOS HOSPITALES
Depresión, ansiedad y suicidios: la punta del iceberg.
El sistema de salud en Canarias enfrenta una crisis sin precedentes: un aumento alarmante de patologías psiquiátricas que ha llevado a los profesionales a alertar sobre un «tsunami» en la demanda de atención. Desde el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife (COMTF) advierten que los servicios sanitarios podrían colapsar si no se adoptan medidas urgentes.
Según datos recientes, más de 71.000 personas han requerido atención especializada en salud mental en el último año en el archipiélago. Sin embargo, la falta de recursos y personal ha agravado la situación, con listas de espera interminables y pacientes sin acceso a tratamientos adecuados.
Entre enero de 2022 y julio de 2023, se tramitaron más de 55.000 bajas laborales por motivos de salud mental, una tendencia al alza que evidencia el impacto de esta crisis en la vida de los canarios.
Los trastornos más frecuentes han aumentado de manera exponencial, afectando a personas de todas las edades. Depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y adicciones tecnológicas encabezan la lista de diagnósticos. Especialmente preocupante es el caso de la población infanto-juvenil, donde el incremento de las conductas suicidas ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias.
Pedro Javier Rodríguez, psiquiatra infanto-juvenil y vicepresidente del COMTF, señala que «el incremento de intentos de suicidio en jóvenes es alarmante y requiere atención prioritaria. Es una realidad que no podemos seguir ignorando».
Varios factores han contribuido a esta situación. La pandemia de COVID-19 dejó secuelas emocionales profundas, generando un aumento de la ansiedad, la incertidumbre y el aislamiento social. A esto se suma la precariedad laboral y una crisis económica que ha colocado a una de cada tres personas en riesgo de pobreza y exclusión social.
«La falta de estabilidad económica y el miedo al futuro han deteriorado gravemente la salud mental de muchas personas. Cuando alguien no puede pagar su alquiler o alimentar a su familia, la ansiedad y la desesperanza se convierten en su día a día», explica un profesional de la salud mental consultado…
(Canarias Semanal)