Política
Buenas y malas prácticas en torno a la vivienda pública
La vivienda pública en España tiene ejemplos nefastos pero también proyectos que son reflejo de otro modo de diseñar y construir inmuebles de calidad desde las administraciones
«Más vivienda». Fue uno de los tres ejes en los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, enmarcó las 12 medidas anunciadas el pasado lunes durante un foro organizado por el propio Ejecutivo para abordar el problema habitacional. Sánchez alertó de «un incremento en el número de hogares» como consecuencia del crecimiento de la población -es decir, una subida de la oferta- que es mayor que la oferta de vivienda en España.
Ante ello, el presidente del Gobierno anunció la transferencia de más de 3.000 viviendas y dos millones de metros cuadrados de suelo residencial a la recién creada empresa de vivienda pública. Según expresó, dicha superficie servirá para construir «miles y miles y miles» de hogares que servirán para engrosar el parque de vivienda público. Además de ello, el Ejecutivo creará un nuevo PERTE con dinero europeo dedicado a «innovar» en el sector de la construcción.
Unos anuncios -criticados por organizaciones como el Sindicato de Inquilinas- que supondrán un impulso de la vivienda pública, un concepto abandonado en las últimas décadas. Ante esta oportunidad, en este artículos recogemos malas y buenas prácticas en torno a la vivienda pública y social a través de ejemplos españoles. Malas prácticas para volver a caer en los mismo errores cometidos en el pasado y buenas prácticas como espejos en los que mirarse para diseñar y construir las nuevas viviendas que se van a levantar en los próximos años.
Malas prácticas
Barrio de La Mina (Sant Adrià de Besòs, Barcelona)
La barriada, como tantas otras levantadas durante los años 1970, buscaba erradicar los núcleos de infraviviendas situados en la zona a base de enormes moles de hormigón convertidos en enjambres mastodónticos de pisos pequeños. Una solución rápida y barata para una situación de emergencia que, con el paso del tiempo, se ha tornado un modelo fallido. La situación se ha ido agravando por la dejadez de las administraciones, más centradas en los barrios céntricos que en los periféricos.
En 2028, uno de estos grandes inmuebles —compuesto por 244 viviendas— deberá estar completamente desalojado para ser derruido a causa de su pésimo estado: filtraciones de agua, cortes de luz, tráfico de drogas, suciedad… Unas condiciones con las que las familias conviven desde hace años, ya que el edificio debería haber sido derribado en 2010. Ahora, los vecinos van saliendo a cuentagotas tras aceptar las condiciones propuestas por la administración.
Las cuestas de Orinaza (Badajoz)
“Se sabía que era un proyecto abocado al fracaso pero, aun así, se hizo”. Es la frase con la que comienza la “crónica de la muerte anunciada” que el diario extremeño ‘HOY’ realizó en 2010 sobre Las Cuestas de Orinaza, una barriada de casas sociales levantada en 1980 en Badajoz que, en la actualidad, ya no existe. En las 400 viviendas construidas llegaron a vivir más de 3.000 personas que, desde un inicio, denunciaron la situación periférica del emplazamiento, situado en esos momentos en un lugar muy alejado del resto de la ciudad.
La escasa infraestructura eléctrica y sanitaria, sumada a la delincuencia y la venta de drogas convirtieron a la barriada en una de las más marginales de la región. Todo ello derivó, en la primera década del siglo XXI, en el derrumbe al completo del lugar y el realojo de los vecinos y vecinas en otros puntos de la ciudad. Un ejemplo de buena voluntad que buscaba acabar con el chabolismo en Badajoz pero con una ejecución pésima debido a la falta de planificación social integral.
La Corredoria (Oviedo, Asturias)
El informe elaborado por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias lo dejó claro: La Corredoria “no reúne las condiciones mínimas necesarias en materia de salubridad”. La promoción de 184 viviendas públicas en Oviedo, levantadas en 2011, sufría una década después problemas de condensación y humedades como consecuencia de la falta de aislamiento y de puentes térmicos en su fachada. Ante esto, el Gobierno autonómico anunció una “rehabilitación energética” que incluye un nuevo aislamiento térmico exterior. Hoy, sin embargo, todavía no se han llevado a cabo las mejoras.
La calidad de la obra es tan pésima que, el pasado octubre, el viento y la lluvia provocaron la caída de varios de los paneles que cubren la fachada, aumentando las quejas de los vecinos y las vecinas, que aseguran tener que usar toallas para evitar que el agua entre por las ventanas ante la falta de atención de la consejería.
Buenas prácticas
Modulus Matrix (Cornellá de Llobregat, Barcelona)
El proyecto toma como referencia las casas y los interiores japoneses para crear viviendas con habitaciones idénticas. Rodeado de bloques de hormigón, el edificio, de 10.000 metros cuadrados y cinco plantas, podría parecer uno de esos complejos de lujo inaccesibles para la mayor parte de la población de la zona.
La eliminación de las jerarquías busca también eliminar los roles de género en el interior: “Antes, la cocina estaba apartada, y lo que sucedía ahí dentro no tenía nada que ver con lo que pasaba en el salón. Hemos colocado la cocina en el centro para que eso no suceda”, explica Marta Peris, una de las arquitectas del proyecto.
SFJ 6 (Madrid)
Entre cinco y ocho plantas y cuatro patios. En total, 102 viviendas componen la promoción San Francisco Javier VI, un proyecto de vivienda pública en alquiler promovida por la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) del Ayuntamiento de Madrid desarrollado por los estudios arquitectónicos MARMOLBRAVO y MADhel en Vallecas. La promoción, iniciada en 2008 y finalizada en 2023, ha sido galardonada con el Primer Premio COAM 2024 que otorga el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid por su “calidad arquitectónica y urbanística”.
El edificio consigue un bajo consumo de energía gracias a una reducción de la demanda a través de estrategias como ventilación cruzada y una envolvente térmica de altas prestaciones. Esto, sumado a los paneles fotovoltaicos y sistemas de recuperadores de calor consiguen que el edificio obtenga una calificación energética A.
Life Reusing Posidonia (Formentera, Islas Baleares)
La posidonia es un alga que solo está presente en el mar Mediterráneo y juega un papel vital en el mantenimiento de su ecosistema. El Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) ha colocado a la planta en el centro de un proyecto que ha levantado 14 viviendas de protección pública en alquiler en Formentera que utilizan técnicas de construcción tradicionales de la isla. Y ahí, la posidonia tiene un rol esencial como aislante térmico.
Asimismo, el IBAVI, con financiación de la UE, ha descargado el trabajo en pequeñas empresas artesanas de Formentera que emplean materiales locales como hormigón de cal, madera reutilizada, piedra de marès, arcilla, cerámica…. En total, la promoción pretende reducir más de un 60% las emisiones de CO2 durante las obras y conseguir un confort térmico natural que permita sostener una temperatura media de 21ºC en invierno y 26ºC en verano.