Economía | Laboral
El Foro Económico Mundial cifra en 78 millones los nuevos empleos creados hasta 2030
El informe del WEF pronostica un aumento de la demanda de trabajadores relacionados con las nuevas tecnologías, la economía, la demografía y la transición energética y ecológica.
La automatización avanza y, con ella, la pérdida de millones de empleos. Solo la inteligencia artificial parece que podrá reemplazar a cientos de miles de trabajadores. Tanto es así que, para 2030, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) calcula que las nuevas tecnologías acabarán con 92 millones de empleos. Sin embargo, se crearán otros 170 millones, generando un salgo positivo de 78 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos cinco años.
Así lo cifra el organismo internacional en un informe publicado este miércoles en el que avanza una pérdida de empleos tradicionales pero una creación todavía mayor de nuevas oportunidades laborales ligadas al sector de las nuevas tecnologías, la economía, la demografía y la transición energética y ecológica.
Según explica el WEF, algunos de los empleos de más rápido crecimiento se encuentran en el ámbito de los datos y de la inteligencia artificial, aunque también se espera un crecimiento en puestos básicos de la economía, como repartidores o conductores de camiones, cuidadores, educadores o trabajadores agrícolas y de la construcción, además de los especialistas en energías renovables, claves en un mundo que espera dejar de depender de los combustibles fósiles.
Por el contrario, aquellos empleos relacionados con el diseño gráfico contarán con una menor demanda de trabajadores en el futuro debido al avance de la inteligencia artificial generativa, así como cajeros o asistentes administrativos, más proclives a ser sustituidos por las nuevas tecnologías. De esta forma, el estudio cifra en un 41% la reducción de la fuerza laboral de trabajos considerados más repetitivos o rutinarios.
El informe, basado en datos de más de 1.000 empresas, concluye que «la brecha de habilidades sigue siendo la barrera más importante para la transformación empresarial en la actualidad», ya que casi el 40% de las habilidades requeridas en el trabajo cambiarán y los y las trabajadoras no cuentan con los conocimientos necesarios para adaptarse a estas modificaciones. Así, se espera que las nuevas ofertas laborales demanden habilidades tecnológicas como inteligencia artificial, big data y ciberseguridad.
No obstante, desde el WEF alertan que otras capacidades más tradicionales como el pensamiento creativo, la resiliencia, la flexibilidad o la agilidad seguirán siendo fundamentales para el mercado laboral. En total, el organismo calcula que seis de cada 10 trabajadores y trabajadoras necesitarán recibir nueva formación y adaptarse a la realidad cambiante de su sector.
El informe también advierte de que los cambios demográficos están transformando los diferentes mercados laborales y que el envejecimiento de la población, principalmente en los países con myores ingresos, ya está impulsando la demanda de puestos de atención sanitaria. En los países de menor desarrollo económico, el crecimiento de la población en edad de trabajar provoca un aumento en las necesidades de profesionales de la educación.
EL CAMPO ESPAÑOL SE «UBERIZA» EN MANOS DE LOS GRANDES CAPITALES INTERNACIONALES.
La irrupción de los fondos de inversión en la agricultura ha transformado la lógica del campo. La concentración de tierras y la especulación financiera amenazan la soberanía alimentaria, los ecosistemas y la supervivencia de las comunidades rurales.
En el curso de los últimos años, los fondos de inversión se han convertido en protagonistas silenciosos de una transformación profunda en el campo. Empresas que antes solo operaban en sectores como la tecnología o el inmobiliario ahora están adquiriendo grandes extensiones de tierras agrícolas en España y en todo el mundo.
Este fenómeno está cambiando rápidamente quién controla la tierra, cómo se producen los alimentos y qué impactos tiene esto en las comunidades rurales.
La uberización del campo consiste en la transformación de la agricultura hacia un modelo controlado por grandes fondos de inversión y corporaciones, que concentran tierras y recursos en pocas manos.
Este proceso implica la precarización del trabajo agrario, la sustitución de pequeños agricultores por contratos temporales, monocultivos intensivos y una gestión empresarial orientada al lucro. El resultado es la pérdida de autonomía rural y el desmantelamiento de la agricultura familiar y sostenible.
…las estadísticas son claras: el 6,6% de las empresas agrícolas concentran el 42% del valor total de la producción agraria, según datos del Ministerio de Agricultura. Este proceso refleja un avance de los oligopolios sobre el campo, marginando a los pequeños agricultores y bloqueando el acceso a la tierra para los jóvenes interesados en trabajar en el sector agrario.
Miguel Padilla, secretario general de COAG, denuncia que «un joven que quiere incorporarse al sector agrario no puede competir con estos grandes capitales a la hora de acceder a tierra y agua para dimensionar su explotación».
De esta forma, la agricultura familiar y sostenible queda relegada, mientras los fondos de inversión consolidan un modelo basado en la maximización de beneficios.
Según COAG, el modelo de los fondos de inversión representa «la uberización del campo», donde las dinámicas especulativas de capital priman sobre las necesidades de los agricultores y de las comunidades rurales.
Además, la firma de acuerdos de libre comercio, como el de la Unión Europea con Mercosur, ha facilitado la entrada de estos capitales al mercado agrario europeo. Según la COAG, estos acuerdos representan «el golpe definitivo para la agricultura y ganadería europeas», profundizando la dependencia de los mercados internacionales y debilitando aún más a los pequeños productores…
(Cándido Gálvez, Canarias Semanal)
«En el imperialismo no se puede confiar ni un tantito así, nada», decía Ernesto Che Guevara.
Pues eso.
La inteligencia artificial un invento en sus manos y para favorecer sus defectos: codicia de dinero, de dominio, ect. mientras el ser humano se convierte en una marioneta en sus manos, perdiendo nuestra autonomía, decreciendo interiormente, en valores humanos y en dignidad.
Hay otras formas de vida respetuosas con la Madre Naturaleza y con el ser humano.
No es el WEF el que tiene que diseñar el mundo sino los personas sabías y buenas que aman a la naturaleza y a la humanidad.
Depende de con quiénes cooperemos que haremos un mundo mejor o aún peor que el que ahora mismo tenemos.