Medio ambiente | Política
Juan Bordera: “Tenemos a negacionistas en el Gobierno valenciano”
Juan Bordera, diputado de Compromís y periodista climático, recuerda que había multitud de pruebas científicas que advertían de que esto iba a ocurrir.
Juan Bordera es periodista climático y diputado en las Cortes Valencianas por Compromís. En múltiples ocasiones, ha aprovechado su tiempo en el Parlamento autonómico para avisar de que un fenómeno como la DANA que ha provocado la tragedia en la Comunidad Valenciana era previsible: “Todas las pruebas científicas de que esto iba a ocurrir estaban ahí para quien las quisiera ver”, asegura en esta entrevista con La Marea.
Casi una semana después de la catástrofe, advierte de que puede volver a pasar. Y pronto: “Hay un cóctel perfecto para que el Mediterráneo, que ya producía este tipo de fenómenos de manera natural, ahora que viene dopado, los produzca peores”, alerta. Es más, asevera: “Tenemos tres meses más en los que podría darse otro fenómeno igual de devastador (o peor) en el Mediterráneo”.
Pero la urgencia no se circunscribe solo a la Comunidad Valenciana o España: “La emergencia es mundial. La situación climática es catastrófica a un nivel difícil de explicar y los responsables de gestionarla tienen un nivel de incompetencia difícil de entender”.
En varias ocasiones ha comentado que se le habían presentado evidencias a la Generalitat Valenciana de que esto podría suceder, ¿cuáles eran esas evidencias?
En octubre de este año presentamos tres propuestas para atajar el incremento de los fenómenos extremos exponenciales que se estaban dando en el Mediterráneo. Aún no se ha podido votar. Le presentamos otra en septiembre de 2023, acerca del incremento de los riesgos de las inundaciones en el Mediterráneo.
Las inundaciones de Libia fueron 50 veces más probables por el cambio climático. La de Grecia (que fue la misma tormenta), 10 veces más probable. Y cuando se haga el estudio de atribución de lo que ha pasado aquí, vamos a ver datos clarísimos.
Todas las pruebas científicas de que esto iba a ocurrir, estaban ahí para quien las quisiera ver. El temporal Gloria fue en enero de 2020; o sea, que tenemos, como mínimo, tres meses más en los que podría darse otro fenómeno igual de devastador (o peor) en el Mediterráneo. Lo que estamos viendo es que estas tormentas, no es sólo que tengan mayor frecuencia y mayor intensidad, es que cada vez abarcan más espacio: ayer teníamos alerta roja en Almería y a la vez en Barcelona.
Las DANA vienen sobrecargadas por un océano que tiene una temperatura desbocadísima y una atmósfera sobrecargada de calor. Y tenemos el cóctel perfecto para que el Mediterráneo, que ya producía este tipo de fenómenos de manera natural, ahora que viene dopado, los produzca peores.
Hay dos urgencias: atajar los riesgos que hay en la zona, que son catastróficos, incluso con edificios que se van a derrumbar, y luego otro riesgo a corto-medio plazo, que es que Gloria se puede repetir. Ayer volvió a llover, aunque no torrencialmente, en los mismos lugares que se inundaron. Los protocolos de urgencia, de aviso a la gente, de coordinación de efectivos, tienen que actualizarse muy rápido, y tenemos a negacionistas en el Gobierno.
¿Cuál era la respuesta de Carlos Mazón y de su gobierno cuando presentaba estas evidencias?
Yo no me esperaba un nivel tan bajo de conocimiento científico. Medio ambiente les da igual. Hemos tenido dos consellers y dos secretarios autonómicos ya. Es un área que les importa un pimiento.
Hay un dato terrorífico: desde que hemos vuelto de vacaciones, sólo ha habido una comisión de Medio Ambiente, precisamente el pasado martes 29 (el día de la tragedia) para presentar al secretario autonómico nuevo.
Además de eliminar la Unidad Valenciana de Emergencias, ¿qué otras medidas, decisiones se han tomado desde la Generalitat en contra de la evidencia climática?
Es que son medidas que atraviesan a toda su política. Pero hay un dato significativo: han aprobado un decreto para que se puedan construir hoteles a 200 metros de la costa, cuando el límite anterior era de 500. Esto lo negociaron en la Comisión de Justicia, el mismo día de la DANA.
Vox ya no está en el Gobierno, ¿pero sigue dejando su marca?
Al final, PP y Vox son la misma criatura con distinto disfraz. Unos son negacionistas de la ciencia y de la realidad, y quieren cargárselo todo; y otros son “negocionistas” o negacionistas light y dicen que quieren compatibilizar el medio ambiente con el desarrollo económico. Sólo les preocupa poder seguir haciendo pelotazos.
¿Cómo se puede aprovechar para que, a partir de esta tragedia, se sea capaz de comunicar la realidad y de evidenciar que el cambio climático ha tenido que ver en todo esto?
Más nos vale que de ésta aprendamos. Porque vendrán peores y tardarán poco. La situación se puede volver muy catastrófica. Hay un informe de Nature, que yo se lo saco a Mazón cada vez que puedo, y dice que el coste del cambio climático para la economía valenciana será de más de 25.000 millones de euros para 2050. Ellos calculan 1.000 millones al año. Pero es que el presupuesto de la Conselleria de Medio Ambiente, que era de 1.000 millones, lo han bajado a 633,55.
La situación es de emergencia mundial. La situación climática es catastrófica a un nivel difícil de explicar y los responsables de gestionarla tienen un nivel de incompetencia difícil de entender.
Usted no estaba en el gobierno anterior, pero ¿qué se hizo para luchar contra el cambio climático?
El modelo de gestión de la pandemia fue mucho más de protección a la sociedad civil y de facilitar las ayudas. Porque ellos ahora van a vender que quitan burocracia, pero si sus políticas nos cuestan miles de millones, por mucho que hagan un cheque-regalo de 6.000 euros por afectado, da igual.
Valencia es actualmente la capital verde europea, manda narices. Y lo es durante el mayor desastre climático de Europa, provocado por un Gobierno negligente, que lo único que ha hecho es cargarse el legado de lo que se hizo bien: los carriles bici, se intentó modificar el transporte urbano y la movilidad.
El modelo político está obsoleto, habría que incorporar a las voces de la ciencia a la política institucional y también la participación ciudadana, para que la gente del territorio, que es la que mejor saber cómo funciona su zona, pueda aportar.
¿Qué se ha hecho mal, por ejemplo, urbanísticamente, en esta zona para que los efectos hayan sido estos?
Acabo de leer justo una información que ha salido en Datadista, que dice que tres de cada diez viviendas afectadas por la DANA en Valencia se construyeron en zona inundable durante la burbuja. Eso es el pelotazo urbanístico del PP, pero también del PSOE. Eso nos ha llevado a una ordenación del territorio sin control.
¿Debería declarar el Estado la emergencia nacional o el estado de alarma?
Ahí no me quiero meter, se me escapan algunas cosas. La gestión de la prevención ha sido lo más negligente que he visto jamás. La gestión de la propia catástrofe, no se puede hacer peor. En la gestión posterior podríamos dirimir responsabilidades, pero, en ningún caso, se pueden igualar a las negligencias da la Administración que, ni siquiera, avisó a su población.
Ha dicho en X que fue un error la visita del rey.
La extrema derecha se estaba organizando para provocar estos altercados, y, lógicamente, para ir sólo contra el presidente del Gobierno de España. La instrumentalización está clara. Pero también hay un error en la decisión de ir. Hay riesgos urgentes, sobre todo con el agua acumulada en los edificios, que pueden caerse, también hay riesgo de que se extiendan enfermedades. Con las propias basuras, restos de animales, cadáveres humanos. Si tienes este tipo de urgencias inminentes, no es el momento de traer una comitiva de coches que impiden el acceso a los voluntarios, que bloquean las carreteras. Fue una irresponsabilidad absoluta.
Hay un dicho popular que dice que cuando uno señala el Sol los tontos se fijan en el dedo. Pues con el desastre ocurrido con la Depresión Aislada en Niveles Altos “DANA” en la Comunidad de Valencia muchos están intentando desviar la mirada sobre las causas para que sólo veamos los efectos.
Gracias a la existencia de una institución de origen árabe -el Tribunal de las Aguas- se tienen registros desde el siglo XIII de inundaciones periódicas y que vienen ocurriendo entre los meses de agosto a octubre como consecuencia del calentamiento de las aguas del Mar Mediterráneo. Estas inundaciones ocasionaban grades perjuicios sobre las haciendas y las personas, entre otras cosas porque no había tecnología para pronosticarlas ni capacidad para minimizar sus consecuencias. Éstas eran devastadoras sobre todo porque afectaba a un gran núcleo urbano: la ciudad de Valencia. Es tan recurrente este fenómeno que después de la riada de 1957 se hicieron las obras de desviar el curso del rio Turia a su paso por la ciudad. Fue una obra faraónica que se financió a través del aumento de los impuestos y la creación de otros nuevos, aparte de nuevas Tasas y gravámenes. La ciudad de Valencia se sintió segura, pero a costa de desviar el problema hacia la margen derecha del rio Turia.
La riqueza de sus regadíos y la industria creada en la provincia entera de Valencia atrajo a grandes cantidades de mano de obra que se asentaron donde buenamente podían y la especulación inmobiliaria, aparejada al capitalismo salvaje, les permitía. Un urbanismo caótico y clasista que permitió y permite construir viviendas en zonas inundables o en el borde de los barrancos, infraestructuras como autovías, carreteras, vías férreas, azudes para el regadío, presas como la de Tous etc. que, o bien obstruyen el normal curso del agua o facilitan la escorrentía del agua sin que ésta pueda ser absorbida por la tierra y la vegetación. Toda esta situación se ha visto fuertemente agravada por la explosión de un turismo masivo en la línea costera desde la década de los sesenta.
El calentamiento del mar Mediterráneo y de los océanos, la desaparición acelerada de los glaciares y de los casquetes polares son consecuencias directas de la quema exponencialmente creciente de combustibles fósiles provocando el efecto invernadero y un desorden entrópico de la segunda ley de la termodinámica, es decir: el llamado Calentamiento Global. Los conservadores dicen que “cambios” ha habido siempre y, lo cierto es que eso es verdad, pero nunca tan aceleradamente y como consecuencia de la actividad humana. La solución no vendrá de la mano de los Ayuntamientos, ni de las Diputaciones, ni de las CCAA, ni de un determinado Estado, sino que esas soluciones o parches tendrán que venir de los acuerdos de la Comunidad Internacional. Sin embargo, vivimos en un Mundo en donde impera un capitalismo de rapiña, cortoplacista consumista, irracional, competitivo. Hay que convencerse de que esto no es sólo un fenómeno natural, sino que es un fenómeno social cuyo origen radica en el propio Modo de Producción Capitalista y que, por tanto, lo pone en cuestión a cada tragedia que vivimos. Luego, la solución no vendrá de la mano del desarrollo del capitalismo, sino de otro Modo de Producción que lo supere y a través de la planificación y el ordenamiento del territorio sin ánimo de lucro que ponga la vida humana y la vida en general acorde a la Naturaleza y en armonía con ella.
Bajando al barro de lo que ha sucedido con la tragedia valenciana asistimos a maniobras políticas de la más baja estofa para intentar ocultar las causas centrándose sólo en los efectos o directamente para escurrir el bulto para no asumir responsabilidades y culpabilidades.
En Valencia han concurrido dos causas catastróficas, una DANA sin precedentes y la nefasta gestión del PP.
Hace algo más de un año el PP valenciano sacaba pecho orgulloso de haber dado carpetazo al proyecto de un sistema de emergencias que ampliaba las competencias, los recursos y protocolizaba, aún más, los métodos de actuación mientras que; por otro lado, se destinaba parte de ese dinero para escuelas y festejos taurinos. El PP y VOX vendieron su “magnifica” idea con la cantinela de que al haber menos “Estado” habría más libertad.
Países con muchos menos recursos, pero donde la prioridad es la de salvar vidas, como por ejemplo Cuba, están a años luz de la implementación de protocolos y de actuación eficaz para proteger a sus ciudadanos.
El ánimo de los valencianos que han perdido a familiares, amigos, vecinos y sus posesiones están destruidas por el barro o se las ha llevado el agua, si, encima de todo eso, no tienen los servicios primarios más vitales se pueden convertir en una turba que se lleve por delante todo lo que encuentre. La inmensa mayoría de esa población son de extracción humilde que han sido sometidos durante mucho tiempo a un embrutecimiento político que les lleva incluso a elegir a opciones políticas que son las que menos les conviene. Ahora ante la desesperación y la rabia son presa fácil para el Sistema que a través de cuatro demagogos les conduzcan a canalizar su odio y frustración precisamente en contra de sí mismos. Para eso este Sistema sí anda listo fomentando la educación de la estupidez política. Lo que no seamos capaces de hacer por nosotros mismos nadie vendrá a hacérnoslo. Cuando todo se pierde no hay nada que perder salvo el miedo. Canalicemos nuestra rabia de manera positiva para superar toda esta mierda.
(Dana, dana, de alta cuna de baja cama, Joaquín Lucena)
Hay cada vez más gente que está asociando la imprevisión y la gestión de la Dana con «La doctrina del shock» que tan bien sabe explicar Naomi Klein.
Conozco valencianxs fuera de lo común a lxs que admiro. He llegado a la conclusión de que lxs que sabéis vivir entre tanta sinrazón os fortaleceis y, afortunadamente para todxs, no hay quien os pueda. Sois un ejemplo para muchxs que vivimos también en territorios «difíciles».
Estas catástrofes son los frutos de la dictadura del capital, de los amos del mundo y aquellos que se oponen a un sistema de ganancias para unos pocos a costa de destruir, saquear,envenenar a nuestra casa común, el Planeta Tierra, son hostigados y acusados de terroristas, como Futuro Vegetal, como Greenpeace a quienes las grandes petroleras les exigen sanciones millonarias imposibles de satisfacer.
Lo lamentable es que este sistema, mediante sus bien cebados medios, arrastra a millones de desinformados y manipulados, y a las gentes cuyos «valores» son consumir y acumular. Como falta sabiduría en el mundo, los sabios hoy casi se han quedado solos.
Este sistema capitalista es responsable, además del cambio climático, de guerras y genocidios, de sembrar la injusticia en los cinco Continentes.
Aprenderemos mediante el dolor o ni aún así?