FAES ha recibido casi 1,5 millones de euros por parte de grandes empresas entre 2018 y 2022

Banco Santander, La Caixa, Endesa, Repsol, ACS… Son algunas de las empresas que, entre 2018 y 2022, han financiado a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, más conocida por su acrónimo FAES, la organización vinculada al Partido Popular y encabezada por el expresidente del Gobierno José María Aznar. La fundación ha logrado 1.445.000 euros en cinco años gracias a las aportaciones de algunas multinacionales, la mayor parte de ellas cotizadas en el IBEX 35.

De acuerdo con la información que figura en las cuentas a las que ha tenido acceso lamarea.com, la Fundación ACS ha sido la que más cantidad de fondos ha aportado al think-tank neoliberal. A razón de 100.000 euros al año, la organización ligada a la constructora del empresario Florentino Pérez ha inyectado a FAES medio millón de euros en el periodo mencionado. Al igual que ha hecho con la Fundación Pablo Iglesias, ligada al PSOE. Sin embargo, en el apartado de “Convenios de colaboración con otras entidades”, donde se recogen este tipo de pagos, FAES solo incluye a ACS en 2021 y 2022. En las cuentas de la fundación de la constructora, no obstante, se explicita que también se firmaron convenios de colaboración al menos en 2018, 2019 y 2020. Este medio ha preguntado a FAES por esta omisión pero no ha obtenido respuesta. ACS, actualmente dirigida por José María Mayor Oreja, hermano del exministro del Partido Popular Jaime Mayor Oreja, tampoco ha contestado a las cuestiones enviadas.

El Banco Santander, que también ha pagado 100.000 euros al think-tank de José María Aznar durante todos esos años, con excepción de 2021, ha donado un total de 400.000 euros. Otro banco, en este caso CaixaBank a través de la Fundación La Caixa, no ha fallado ninguno de los años en sus donativos a FAES, aunque con una cifra anual ostensiblemente menor: 37.500 euros anuales, 187.500 euros en el lustro analizado.

Salvo en 2022, Google también ha donado de manera regular 25.000 euros a FAES (100.000 euros en total). El resto de multinacionales lo ha hecho de forma más esporádica: la Fundación Iberdrola ha donado 50.000 euros en 2021 y la misma cantidad en 2022, Endesa pagó 60.000 euros en 2021 y las fundaciones Repsol y Ramón Areces (esta última ligada a El Corte Ingles) inyectaron 50.000 euros cada una en el año 2022. Por último, Abertis, la principal concesionaria de autopistas en España, hizo una donación de 8.000 euros únicamente en 2020.

Problemas económicos

Estos convenios de colaboración con grandes empresas sirven a FAES para la realización de sus “fines fundacionales”. El incremento paulatino durante los últimos años ha provocado que los donativos de grandes empresas supusiesen en 2022 más del 50% de las aportaciones privadas que recibió la entidad.

En 2016, FAES se desvinculó de manera orgánica del Partido Popular, lo que supuso renunciar a las subvenciones públicas que recibía por este nexo. Según argumentaron en ese momento, desde el inicio de la crisis económica, el think-tank había perdido casi un 70% de su financiación como consecuencia de la pérdida de votos de la formación conservadora, ya que los pagos se otorgan en función al apoyo electoral. “Creemos que financiándonos solo por la vía privada tenemos mejores opciones”, aseguraron en aquellos años.

A pesar de ello, la fundación de Aznar sigue recibiendo algunas subvenciones públicas. En dicho lustro, ha logrado algo más de 200.000 euros en este tipo de ayudas por parte de ministerios como el de Cultura, Exteriores o Defensa. Este último, a través de la secretaría de Estado de Política de Defensa ha otorgado a la entidad pequeñas subvenciones por un valor total de 9.000 euros para “promover la cultura de la defensa”. Asimismo, el programa de “ciencia para la paz y la seguridad” de la OTAN inyectó 40.000 euros a FAES en 2018.

No obstante, la deriva económica de la organización conservadora ha sido complicada en los últimos años y, desde al menos 2018, FAES ha tratado de reducir sus gastos de manera paulatina a la vez que ha intentado aumentar los ingresos. Un año después, sin embargo, las pérdidas superaron los 150.000 euros, lo que supuso “una duda sore la continuidad de la Fundación”. Para evitarlo, el think-tank tuvo que reducir su plantilla y bajar el salario de los y las trabajadoras, lo que ha permitido sanear las cuentas en los últimos años.