Opinión

La izquierda radical existe

"La izquierda radical existe, por supuesto, pero no está en el PSOE ni en ningún otro partido con representación hoy en día", explica Miquel Ramos.

Reunión de jóvenes de GKS e Ikasle Abertzaleak, organizaciones del Movimiento Socialista. GKS

Este artículo se ha publicado originalmente en el dossier #LaMarea102 | ‘El cuento de la extrema izquierda’. Puedes conseguir la revista aquí o suscribirte para apoyar el periodismo independiente.

Una de las victorias más evidentes de las derechas en esta nueva época es haber sido capaces de correr el centro cada vez más hacia la derecha. En su batalla por (en términos gramscianos) la hegemonía y el «sentido común» (al que atribuyen constantemente contaminación marxista cuando hablan de derechos), reiteran hasta la saciedad la identificación de la socialdemocracia con una dictadura del proletariado, con un régimen comunista que ofrece prebendas (servicios públicos) para comprar voluntades y eternizarse en el poder. El concepto «gobierno socialcomunista» para referirse a los sucesivos gabinetes de coalición del PSOE con Podemos y Sumar, y el continuo victimismo que abandera la derecha, extienden la disparatada idea de que la extrema izquierda son Marlaska, Robles y Óscar Puente.

La izquierda radical existe, por supuesto, pero no está en el PSOE ni en ningún otro partido con representación hoy en día. No existe ninguna organización única que aglutine a todo este sector bajo su bandera, pues está compuesta por múltiples grupos y movimientos sociales con ámbitos de acción muy locales y con capacidad de adaptación a diferentes contextos. Son esos movimientos sociales que existen desde hace años en los barrios y en las ciudades, algunos de distrito único y otros con ambición de extensión, incluso a nivel internacional.

La desafección que trajo la incapacidad o la torpeza de los partidos que surgieron tras la crisis económica de 2008, en aquel contexto de movilizaciones sociales, y la llegada de una nueva generación que se ha politizado durante algunos de estos gobiernos progresistas, ha alumbrado el nacimiento de nuevas formaciones que reivindican la representatividad de la izquierda y denuncian las incapacidades o las promesas incumplidas. Organizaciones que reivindican abiertamente su adscripción comunista y que forman parte del autodenominado «movimiento socialista» que, con diferentes siglas según el territorio, han sido capaces de recoger a un amplio sector de la juventud izquierdista muy crítica con la socialdemocracia que ha gobernado estos últimos años.

Estas conviven con otras formaciones con más trayectoria, también abiertamente comunistas, con diferentes siglas y presencia en la mayor parte del país. También siguen activos diferentes grupos anarquistas, que, además de sus sindicatos y colectivos históricos, se organizan en grupos autónomos o en torno a distintos movimientos sociales, principalmente el antifascismo, las campañas antirrepresivas o los centros sociales okupados o autogestionados. Pero no podemos situarla únicamente en compartimentos estancos, en estructuras orgánicas, se trata de un espectro más líquido, donde los activistas y militantes se dispersan en múltiples movimientos, proyectos y luchas.

Hay una izquierda radical activa y diversa que reivindica su aspiración revolucionaria en un momento en el que la derecha trata de arrebatarle las banderas de la rebeldía. Una izquierda sin aspiraciones institucionales, más arraigada al barrio, a lo inmediato, cuya práctica y cultura militante, más allá de toda la literatura revolucionaria, es su mejor carta de presentación.

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Comentarios
  1. Anarquistas, comunistas, socialistas, anticapitalistas, izquierdas soberanistas e izquierdas independentistas, siempre que sean personas honestas, son mis hermanos. Hay sitio para todxs y a trabajar limpiamente cada uno en lo que cree.
    En la guerra in-civil no lo supimos ser; pero hay que tener en cuenta que en medio de una guerra, en situaciones límite y de extrema violencia, no es difícil que se pierda la calma y la cordura.
    Que nunca se repita una situación como aquella que no sabemos lo que volveríamos a hacer.
    Para mí son todos hermanos; pero yo sigo siendo yo, yo me digo que a lxs comunistas les sobran dogmas y a los anarquistas les falta disciplina. Respecto a mí, ya se sabe que uno no se suele ver sus faltas.
    Espero que no te me ofendas por ésto, Durruti. Si así fuera ya veo que las divisiones ayudarían a que perdiéramos la guerra otra vez.
    En Aragón fueron los anarquistas los que más sangre derramaron. Los de la primera línea de fuego.
    En el Memorial del cementerio de Torrero se puede ver la de chavales anarquistas de 15, 18, veintitantos, treintaitantos años, dos, tres y hasta cinco hermanos de una misma familia que dieron su vida en defensa de los derechos y las libertades del pueblo.
    Tengo entendido, Durruti, que la historia de Stalin está interesadamente muy tergiversada. Hasta ahí llego. Respeto tu opinión.
    Salud, y los mejores valores del anarkismo, del socialismo, del comunismo, del anticapitalismo, de las izquierdas soberanistas e independentistas, de todxs los activistas y luchadores por un mundo más justo, tal como los describe Miquel, que aunque no estén adscritos oficialmente a sigla política alguna son de los nuestros, de la auténtica izquierda.
    (Martín Arnal Mur, anarquista y guerrillero, recientemente fallecido, la llamaba a aquella guerra, guerra incivil. Martín sufrió mucho, creo que por eso era una persona conciliadora aunque él siempre se definía, con orgullo, anarquista. Lo queríamos todos, anarquistas, comunistas, todos. Se formó a sí mismo en Toulouse, era tan culto como sensato, sus últimas décadas las vino a vivir a su pueblo en la provincia de Huesca (que como suele pasar no lo supieron valorar) y era muy requerido para dar charlas y acudir a todas las representaciones sobre Memoria, exhumaciones, conmemoraciones, ect. Lo echamos de menos).

  2. Stalin no es un referente, homofobo, mató a más anarquistas que nadie, mando sus tropas a parar el nazismo si claro ,y hubo muchos millones de muertos.pero podríamos hablar también de Makhno y el bolchevismo , del abandono y muertes de los anarquistas en la guerra civil.
    Hay que oír a lxs gks hablando de los anarquistas, como siempre poniéndonos a parir con sus discursos rancios.
    Son de si no eres de los suyos, eres su enemigo, borregos comunistas .
    Salud y anarkia

  3. Pues mira Felipe, precisamente fue el heroico pueblo ruso durante el mandato de Stalin que derrotó al fascismo, no el yankee como os han hecho creer a los colonizados del imperio.
    Ni te imaginas el daño que hacen al mundo los cerebros desinformados, manipulados y fanatizados y que tanto abundan hoy día.

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