Internacional

“A este ritmo de asesinatos en Gaza, pronto no quedará ningún periodista para informarnos”

Reporteros Sin Fronteras ha presentado su cuarta denuncia contra Israel ante la Corte Penal Internacional, en la que recogen nuevos casos que pueden demostrar "la intención clara de matar a compañeros", aseguran.

Concentración de Reporteros Sin Fronteras en la Plaza Mayor de Madrid. DD

«Más de 130 periodistas y profesionales de los medios han sido asesinados por el Ejército de Israel desde el 7 de octubre de 2023». Así comienza el comunicado leído por la vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en España, Edith Rodríguez, en la Plaza Mayor de Madrid, este jueves. Acompañada de una decena de periodistas, la portavoz de la organización ha denunciado que el objetivo de Israel es «que no haya testigos» que puedan denunciar la masacre cometida por su ejército.

El acto se llevará a cabo durante todo el día en diez países del mundo, entre ellos Alemania, Brasil, Estados Unidos o Taiwán, con el objetivo sensibilizar y alertar a la opinión pública sobre la gravedad de la situación: «Al ritmo al que se asesina a los reporteros en Gaza, el derecho a una información libre e independiente está en peligro«, expresan desde RSF.

Durante la lectura del comunicado, Rodríguez ha subrayado que los asesinatos de periodistas y los ataques contra los medios de comunicación «constituyen crímenes de guerra«. Ante ello, Reporteros Sin Fronteras presentó este miércoles su cuarta denuncia contra Israel ante la Corte Penal Internacional, en la que recogen nuevos casos que, aseguran» pueden demostrar «la intención clara de matar a compañeros«: La protección de los periodistas empieza por luchar contra la impunidad de los crímenes cometidos por quienes no respetan el derecho internacional».

La organización recuerda que al menos 32 periodistas han sido atacados de manera deliberada mientras hacían su trabajo y se han practicado detenciones arbitrarias, malos tratos y encarcelamientos, destrucción de sedes de medios de comunicación y aprobación de «leyes censoras» para violar la libertad de prensa, como el caso de Al Jazeera, cuyas oficinas en Cisjordania fueron allanadas el pasado domingo por el ejército israelí. Asimismo, Edith Rodríguez también ha remarcado que «en ningún momento ha permitido que los periodistas extranjeros entren en Gaza y cubran la matanza porque no quieren testigos y porque el asesinato de periodistas internacionales siempre da peor imagen que el de periodistas locales».

Entre los asistentes a la concentración se encontraba el periodista palestino Muath Hamed, residente en Madrid, ataviado con su chaleco y casco de protección. Un año después, el reportero admite que la situación es ahora mucho peor que en los primeros días de la invasión: «Las cifras oficiales hablan de 130 o 140 periodistas asesinados, pero en realidad son más de 200, lo que pasa es que muchos de ellos no tienen el carnet del sindicato de periodistas de Palestina y por eso no cuentan», asegura.

Hamed, corresponsal de Al Arabi en España, lanza una dura reflexión: «Morir, ahora mismo, no es lo peor para un periodista en Gaza. Lo peor es vivir en Gaza». El reportero asegura que quienes todavía conservan la vida sufren una situación inimaginable a nivel físico y mental: «Hay compañeros que llevan desde el primer día con la misma ropa, porque Israel no permite el paso de material de primera necesidad, y las mujeres no tienen los productos básicos de higiene íntima. Es una situación terrible. Duermen en las puertas de los hospitales y se han acostumbrado a ver muerte a su alrededor», apunta.

Ante esta situación, desde Reporteros Sin Fronteras piden el fin de la impunidad para el Estado de Israel e instan a la comunidad internacional –»de la que España forma parte», recuerdan– a que deje de permitir al país actuar sin consecuencia alguna: «A este ritmo de asesinatos en Gaza, pronto no quedará ningún periodista para informarnos», terminan.

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Comentarios
  1. BDS Movement:
    La máquina genocida de Israel no podría funcionar sin la energía de Chevron. Como uno de los mayores actores en la industria del gas fósil de Israel, Chevron suministra al estado israelí energía y millones de dólares en ingresos fiscales, ayudando a alimentar el sistema de apartheid de Israel y el genocidio contra el pueblo palestino en Gaza.
    En este momento, en todo el mundo, activistas están organizando acciones virtuales y en persona en las gasolineras, refinerías y eventos de contratación de Chevron como parte de una Semana de Acción coordinada, del 23 al 27 de septiembre. La Semana de Acción es una respuesta a la campaña mundial lanzada por el movimiento palestino Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) para boicotear las gasolineras y los productos de Chevron hasta que ponga fin a sus contratos con Israel.
    Chevron se ha salido con la suya con atrocidades en todo el mundo en lugares como Ecuador, Myanmar y California durante demasiado tiempo. Las campañas de boicot y desinversión son poderosas porque se comunican en el único idioma que entienden las empresas: el dinero.
    En los años setenta y ochenta, las campañas de boicot -incluido el boicot a las gasolineras- fueron decisivas para acabar con el apartheid en Sudáfrica. Más recientemente, las movilizaciones y la presión de los movimientos por la justicia climática han conseguido que se retiren más de 40 billones (¡con B!) de dólares de la industria de los combustibles fósiles.
    Firma la carta comprometiéndote a #BoicotChevron ¡ya!
    https://actionnetwork.org/letters/boycottchevron
    Una vez que hayas firmado, ¡comparte nuestro llamamiento a firmar el compromiso!

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