Internacional
Las explosiones en buscas y walkie-talkies de miembros de Hizbulá matan a 32 personas y dejan a más de 3.200 heridas en Líbano
Según han asegurado fuentes de inteligencia al diario 'Al Monitor', el Estado israelí aceleró la operación tras las sospechas de algunos miembros de la guerrilla chií
Apenas 24 horas después del ataque simultáneo dirigido a miembros de la milicia chií libanesa Hezbolá, cuyos buscapersonas explotaron matando a 12 personas e hiriendo a más de 2.800, a primera hora del miércoles, se produjo una nueva oleada de detonaciones. En esta ocasión, a través de walkie-talkies y placas solares.
La operación ha causado la muerte a otras 20 personas y ha herido a más de 450, sobre todo en el estómago y las manos, según informan distintas agencias de información. A primera hora de este jueves, Israel seguía sin reconocer la autoría de las agresiones, pero el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ha celebrado los «excelentes logros» de las fuerzas de seguridad.
Desde primera hora del miércoles, los medios daban por hecho que Tel Aviv estaba tras los ataques. Sus servicios habrían sido los encargados de introducir material explosivo en los buscapersonas de los miembros de Hezbolá que explotaron ayer. Así lo recogía el diario The New York Times tras consultar a funcionarios estadounidenses y de otros países que conocían la operación.
De acuerdo con el citado medio, los aparatos fueron encargados a la empresa taiwanesa Gold Apollo, que niega haber fabricado los aparatos que han explotado. En este sentido, señala a la compañía húngara BAC Consulting KFT, con la cual ha establecido «un contrato a largo plazo» para la producción de algunos modelos, entre ellos el AR-924. que niega haberlos fabricado y apunta a una compañía húngara con la que trabaja.
Los funcionarios consultados por The New York Times aseguran que el material explosivo introducido, cuya cantidad oscila entre 28 y 56 gramos por dispositivo, fue implantado junto a la batería de cada localizador con un interruptor que podía accionarse a distancia antes de llegar a Líbano. Un mensaje enviado a las 15:30h (hora local) hizo detonar los aparatos. En total, Hezbolá había importado y distribuido entre sus miembros más de 3.000 localizadores.
La operación no estaba planeada para este martes, según han asegurado fuentes de inteligencia al diario Al Monitor que aseguran que el gobierno de Benjamin Netanyahu pretendía esperar al inicio de un ataque a gran escala contra el Líbano para detonar los explosivos y así mermar las capacidades de Hezbolá. Sin embargo, las sospechas de algunos miembros de la guerrilla chií aceleraron la agresión.
Esta tarde, la agencia Reuters informaba que los walkie-talkies que han explotado fueron fabricados por ICOM, una empresa con sede en Japón.
Camino a una guerra total
La operación ha provocado una escalada en la tensión entre Hezbolá e Israel, que desde hace meses libran una guerra de baja intensidad. Tras los anteriores ataques de las Fuerzas Armadas sionistas, la respuesta de la guerrilla ha sido contenida con la intención de no desatar una guerra total. No obstante, esta última operación, informa el diario israelí Haaretz, abre la puerta a un conflicto mayor: «El ataque atribuido a Israel ha expuesto la debilidad de Hezbolá y ha humillado a sus líderes. Este no es el tipo de incidente que termina tranquilamente en Oriente Medio».
La agresión ha colapsado la infraestructura sanitaria de Líbano debido al alto número de heridos y ha desatado el terror entre la población ante cualquier dispositivo electrónico. Asimismo, además de haber puesto en jaque la seguridad interna de la milicia, el ataque ha marcado de por vida a una parte importante de sus miembros, muchos de los cuales han sufrido amputaciones, lo que les hace ahora potencialmente más identificables.
Última actualización: 22h
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