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Enrique Rambal: “Es más difícil ser buena persona cuando las condiciones de vida te golpean tan duramente”

El director estrena 'Sold', un corto que aborda la precariedad en el trabajo, la clase social y la migración

Un fotograma de 'Sold'. @adhrcollective

Enrique Rambal, director del cortometraje Sold, producido por El Gatoverde Producciones, estrena este mes de septiembre en el 33º Festival de Cine de Madrid un filme que aborda la precariedad en el trabajo, la clase social y la migración. Protagonizado por Chani Martín, Pablo Vázquez y Mourad Ouani, el corto se desenvuelve en un ambiente oscuro, presenta unos personajes atrapados en situaciones límite y una narrativa que refleja la dureza de las condiciones laborales y las dificultades de la vida migrante.

A través de su estética tensa y la gran interpretación de los actores, Sold pone sobre la mesa la despersonalización y el desgaste emocional, temas que, según Rambal, aunque duros, son necesarios para despertar una conciencia social. El realizador destaca que las condiciones materiales de la gente, las cosas de vivir y comer, son la base para una buena salud mental y para combatir la discriminación.

En esta entrevista comparte algunas de sus ideas sobre el proceso creativo detrás de este proyecto.

El cortometraje Sold tiene una estética visual oscura. ¿Cuáles fueron los referentes visuales y fotográficos que te inspiraron a crear esta atmósfera?

Primero vino la idea de crear un ambiente laboral peligroso para Toño, el protagonista. Después de su alta médica, debía enfrentarse a un entorno estresante y ahí nació la idea del soldador, las chispas y la maquinaria. Junto con el director de fotografía, Raúl Peña, fuimos creando una estética con contrastes fuertes, espacios fríos y oscuros, omitiendo incluso detalles en las sombras. Una referencia clave fue Blade Runner, que vi muchas veces para inspirarme en la fotografía. Aunque esa es solo una de muchas influencias.

Sold toca temas complejos como las condiciones de trabajo, la depresión en los trabajadores y las condiciones de la migración. ¿Qué te motivó a explorar estos temas y cómo crees que afectan al público?

La idea central era mostrar que es más difícil ser buena persona cuando las condiciones de vida te golpean tan duramente. No pretendo justificar comportamientos inaceptables, pero es un hecho que la precariedad, la falta de sueño y los entornos tóxicos complican mucho las cosas en la salud mental. El protagonista de Sold es alguien de buen corazón, pero las circunstancias le empujan a fallar a los que le rodean. Y aquí entra en juego su compañero migrante, que es su apoyo más sólido, pero a la vez es quien acaba pagando el precio de todo. Creo que el corto hace reflexionar sobre cómo las condiciones materiales afectan a nuestras vidas y relaciones.

El cortometraje aborda el trato a los trabajadores migrantes y el protagonista reivindica el nombre real de su compañero, «el moro».

Quería resaltar que, aunque la vida del protagonista es dura, su compañero migrante lo tiene aún peor. Este cambio en la forma de nombrarlo refleja la importancia de reconocer la humanidad de las personas, especialmente de aquellas que se enfrentan a condiciones aún más difíciles. Son personas con nombres y vidas, no simplemente “el moro” o “el otro”. Con este detalle buscaba humanizar y devolverles la identidad que tantas veces se les niega en su día a día.

El tono pesimista de Sold sugiere un mundo donde el «sálvese quien pueda» y el dinero parece ser lo único importante para sobrevivir.

El momento crucial del corto es cuando el protagonista escucha: “Todo ha salido bien, te hace más falta el dinero que los brazos”. Este es el punto de rendición total. Tras luchar contra problemas personales, laborales y de salud, finalmente se rinde. No tiene fuerzas para salvarse a sí mismo, ni para salvar a su amigo y compañero. Aquí se refleja la desesperanza absoluta, cuando no hay otra opción más que la resignación. Es una imagen del último luchando contra el penúltimo, donde ambos están atrapados en una espiral de supervivencia sin salida.

Es una mirada muy pesimista…

Sí, el corto lo es mucho más que yo. Pero la idea era enseñar esta situación para poder reivindicar mejores condiciones de vida y de trabajo, mostrar lo que no queremos y lo que queremos cambiar para mejor.

La canción Salud, dinero y amor… de Cristina y los Stop juega un papel crucial en la narrativa del cortometraje. ¿Cómo elegiste esta pieza y qué significado quería darle en el contexto de la historia?

Esta canción es un temazo y me encanta que esté en el corto. Habla de esas tres cosas que siempre nos han dicho que necesitamos: salud, dinero y amor. Y precisamente esas son las tres cosas que el protagonista no tiene. La canción encapsula la ironía de su lucha y su desesperación, reflejando la falta total de esas tres cosas en su vida. Es el toque final que resuena en la narrativa del cortometraje, subrayando la desesperanza del personaje y su lucha por obtener algo que parece estar siempre fuera de su alcance.

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Comentarios
  1. Socialismo o barbarie.
    Había mejores condiciones de vida y de trabajo y la dictadura capitalista se las viene cargando de poco en poco desde hace décadas y ahora ya aceleradamente,
    Igualito que hace la bestia sionista con Palestina.
    Con la dictadura del capital no hay solución que valga, la solución es contribuir a su propia disolución.
    Es comprensible que es más difícil ser una buena persona cuando las condiciones de vida te golpean tan duramente. Te preguntas que por qué a tí, lo consideras una injusticia y llegas a odiar la insolidaridad de la gente.
    Pero la gente de peores sentimientos que conozco, no le va mal económicamente en la vida, a algunos les va mejor que bien, pero nunca tienen bastante, mucha de esa gente, además, es traidora, la peor especie humana. Ataca por la espalda y sus ganancias se basan en tus desgracias.
    Alguien me entenderá…

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