Política
Salvador Illa es investido presidente entre los fuegos artificiales de Puigdemont
Salvador Illa es investido el 133º presidente de Cataluña en un día que será recordado por la llegada y desaparición de Puigdemont en Cataluña. Después de 14 años, el PSC volvía al Palau de la Generalitat de Catalunya. Después de 14 años, Cataluña tiene un presidente no independentista. Comienza una nueva etapa para Cataluña.
Artículo publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.
A primera hora de la mañana, en el paseo Lluís Companys, poca gente podría imaginar que Puigdemont aparecería para dar su gran discurso. La mayoría de los periodistas, incrédulos por naturaleza, tomábamos posiciones y comentábamos la jugada: ¿Cómo llegará hasta aquí?, ¿no habrán pactado una entrega pacífica?, ¿seguro que no lo han detenido ya? La imagen contraria la daban los incondicionales feligreses, que se habían levantado muy temprano para poder estar en la capital catalana y presenciar el último milagro de su conocido mesías. Ellos nunca dudan, y a veces la insistencia tiene recompensa.
Porque sí, Puigdemont llegaba puntual y a las 9:00 hacía su aparición triunfal. Una muy corta, por cierto: “No sé cuándo nos volveremos a ver, amigos y amigas”, afirmaba con un cierto aire de incógnita que, al poco tiempo, se revelaba premonitorio. Y como arte de magia, Puigdemont alzaba el vuelo en medio de la multitud menos de una hora antes de iniciar la investidura del 133º presidente de la Generalitat, Salvador Illa. La investidura de un presidente es una de las noticias más importantes del año. Esto, claro, siempre que no suceda algo aún más extraordinario como que un expresidente regrese del exilio, haga un mitin ante una multitud, y luego desaparezca consiguiendo confundir a todos los cuerpos policiales.
Una nueva era libre de Procés
Mientras hervía la tensión en los pasillos del Parlament, en el parque de la Ciutadella, y prácticamente en todas las carreteras del país, Salvador Illa iniciaba su discurso. Sobrio y serio, como es costumbre en el líder socialista. Y también breve, tal vez temiendo que una nueva jugada de Puigdemont lo hiciera tambalear todo. Casualmente —o no— Illa comenzaba hablando de Tarradellas en lo que parecía un brindis al sol para una nueva era libre de Procés.
“Después de la primera gran transformación de Cataluña, iniciada por el presidente Tarradellas, y de la segunda transformación que emprendieron Maragall y Montilla, ahora es la hora de la tercera gran transformación de Cataluña”, afirmaba el futuro presidente. Y esta debía fomentarse en los acuerdos establecidos con ERC y Comuns, unos acuerdos que, insistía, “pasan a formar parte íntegramente de mi programa de gobierno”.
La noticia estaba fuera del Parlament
La noticia, sin embargo, continuaba fuera de la principal institución de Cataluña. El expresidente Puigdemont había efectuado su fuga en un gesto que poca gente, si es que la había, comprendía. Todo el foco estaba en el despliegue policial de los Mossos, que bloqueaban y colapsaban autopistas durante horas. Durante unos minutos de gran incertidumbre, el Pleno quedaba en el aire porque el portavoz de Junts per Catalunya, Jaume Batet, se hacía eco de una fake news publicada en ElNacional donde se afirmaba que había una orden de detención contra el secretario general del partido, Jordi Turull. La confusión y el esperpento se daban la mano por momentos, pero finalmente la junta decidía que la investidura debía continuar.
A Carles Puigdemont se le debería haber aplicado la ley de amnistía y debería haber podido votar tranquilamente como diputado electo que es. Esta es una verdad incondicional que no habla ni de Puigdemont ni de sus actos, sino de lo que debería ser el normal funcionamiento en un estado de derecho. Pero esto no quita en absoluto la naturaleza de la jugada maestra del expresident, que anteponía los intereses de partido a cualquier lógica de país, mediante una estrategia que sólo buscaba dinamitar la investidura de Illa y hundir a ERC en su contradicción, y, de paso, poner contra las cuerdas al consejero de Interior y jefe de los Mossos Joan Ignasi Elena.
Una nueva etapa en Cataluña
Los fuegos artificiales de la huida de Puigdemont abrían un seísmo en los Mossos d’Esquadra, una Policía que tendrá que dar explicaciones y que difícilmente aceptará nunca más ser considerada como “nuestra Policía” en boca de los líderes de Junts per Catalunya. La jugada de Puigdemont aleja el posible retorno del partido como la organización de “seny” y “orden” que representaba CiU. Mientras tanto, el debate de investidura continuaba con las intervenciones de los diferentes grupos. La tarde caía, Illa acariciaba la presidencia, y Puigdemont continuaba en territorio desconocido.
Y sobre las 19:30 comenzaba la votación final, aún con la incógnita de si Puigdemont sacaría el último conejo de la chistera. Pero no. Salvador Illa salía elegido con los votos del PSC, ERC y los Comuns. Después de 14 años, el PSC volvía al Palau de la Generalitat de Catalunya. Después de 14 años, Cataluña tiene un presidente no independentista. Comienza una nueva etapa para Cataluña.
Gobierno de Cataluña: acabar con el procés en nombre del humanismo cristiano, · Antonio Gómez Movellán.
Salvador Illa, ha prometido, en su toma de posesión como presidente del gobierno catalán, que la acción de su gobierno se va a inspirar en los valores del humanismo cristiano y de la socialdemocracia. Illa es un político con fuerte vinculación con el catolicismo y con sus instituciones y ha formado y forma parte de un lobby católico incrustado en el partido socialista: el denominado “cristianos socialistas” que es muy diferente a aquella organización utópica de “cristianos para el socialismo” de los años setenta. En el PSOE y también en el PSC, los denominados ‘cristianos socialistas’ están organizados y constituidos como un lobby en favor de los intereses de la Iglesia católica y la Iglesia católica misma intenta, a su vez, impulsar la carrera de estos políticos socialistas católicos.
En el PSC, además de Illa, el referente de los cristianos socialistas es Josep María Carbonell que recientemente ha sido nombrado, por el arzobispo de Barcelona, presidente de la Fundación Blanquerna de la que depende la Universidad católica de Ramon Llull donde el mismo Illa ha sido profesor asociado. Pero ¿qué quiere decir el humanismo cristiano? ¿De dónde surge este término político? En realidad, es un termino relativamente moderno y se inspira en el padre de los denominados partidos democratacristianos, Jacques Maritain. Sin embargo, se quiere confundir los términos ya que el humanismo no lleva, en verdad, adjetivos calificativos y mucho menos asociados a las religiones. El humanismo deriva del racionalismo y de las concepciones sobre la tolerancia y libertad individual que dará lugar a la ilustración y a los procesos revolucionarios modernos todos ellos enfrentados a la Iglesia católica y asociados a una idea laica del Estado; en cambio el termino humanismo cristiano no deja de ser más que un intento de la iglesia católica de influir en las estructuras políticas públicas una vez que el catolicismo ha dejado de ser la religión oficial del Estado, además de intentar insertar una cuña religiosa en el secularismo. Por eso declarar la inspiración de la acción del gobierno en el humanismo cristiano es ya toda una declaración de intenciones no ya de conservadurismo político, que también, sino que al asociarlo a los valores socialdemócratas ya nos está matizando que esos valores socialdemócratas quedaran anulados por ese moderantismo que supone el humanismo cristiano; no por casualidad todos los medios han destacado el conservadurismo predominante en la composición del gobierno donde, por ejemplo, ha colocado en la cartera de justicia a un personaje muy cercano al opus dei y ha recuperado a personas vinculadas los demócratas cristianos de la antigua Convergencia. Igualmente ha incorporado, además de los socialistas, en varias carteras, a tecnócratas moderados provenientes del ERC o Convergencia. Se trata, en definitiva, de poner fin al procés en Cataluña y dar tranquilidad al empresariado, formulando un nuevo moderantismo político, en nombre del humanismo cristiano y del seny catalán.
Entrevista a Lluís Llach, Insurgente.org.
…Realmente estamos en una situación crítica. El expolio fiscal ha hecho que el empobrecimiento de las estructuras autonómicas sea una emergencia, de la sanidad a la educación, todo está hecho añicos.
Nos encontramos con que queremos la independencia en un país donde los parámetros nacionales se han debitado mucho por culpa de una política errónea de los últimos 6 años. Esto hace que mientras buscamos el camino más rápido para llegar a la independencia, debamos ayudar a rehacer los aspectos fundamentales que definen a un país.
Cuántos miles de millones nos cuesta cada año a los catalanes ser españoles?.
Catalunya es tratada como una colonia.
Todos los datos lo dicen. Y no solo Catalunya, también la Comunidad Valenciana y las Islas. Somos una colonia de una España en matriz castellana que conquistó toda la periferia y que la ha colonizado.
La calle no ha fallado, lo que ocurre es que se ha cansado de ver la mediocridad.
La gente de la calle debemos unirnos, mirarnos a los ojos y continuar.
El camino hacia la independencia no es como lo previmos en 2012. El proceso no ha terminado sólo acabará con la independencia.
Nosotros, la ANC, lo que debemos hacer es picar piedra.
El Sr. Illa es president gracias a la Sra. Marta Rovira. Hace un mes era impensable teniendo en cuenta que decía ella misma.
El independentista no es quien se define sino quien lo practica.
Han permitido la llegada del presidente más españolista que se ha tenido nunca en Catalunya y de creencia absolutamente derechista con nombres en su gobierno como Jaume Duch y Ramón Espadaler.
Defendimos a Puigdemont, president en el exilio que además es diputado y quiere volver. Cómo defender a un diputado electo sin ir contra la ley del propio Parlamento, porque hay unos jueces prevaricadores?. A quienes debemos obedecer, a los jueces prevaricadores o en el Parlamento?…
Europa Laica protesta por la invocación al «humanismo cristiano» en la toma de posesión del president de la Generalitat.
Comunicado de Europa Laica:
Agosto es el mes en que tradicionalmente se interrumpen muchas actividades, o se reducen todo lo posible, para que la gente pueda disfrutar de vacaciones. La política, por ejemplo. Claro que a veces hay cosas inaplazables y se hacen en agosto: la elección del nuevo president de la Generalitat de Catalunya acaba de ser una de ellas.
Quizá Salvador Illa, el presidente electo, haya sentido que la elección ha estorbado el habitual descanso estival y haya querido restablecer un sentido de la normalidad. Y para ello no se le ha ocurrido nada mejor que mencionar al humanismo cristiano entre los principios que guiarán su política.
En efecto, los candidatos a las elecciones españolas representan ideas furiosamente opuestas, pero repetidamente coinciden en alabar al cristianismo y participar en ceremonias religiosas.
Salvador Illa puede ser tan religioso como desee, desde luego. Como los demás ciudadanos. Pero cuando alguien representa a una comunidad no puede invocar principios de un grupo religioso particular como inspiración para su gobierno.
Europa Laica defiende en agosto lo mismo que el resto del año: la necesidad de separar la gestión de lo común, de toda la ciudadanía, de los principios de grupos religiosos, que únicamente afectan a sus miembros.
Catalunya: de referente progresista a un gobierno católico/opusdeista.
Más respeto para la iglesia católica. ¿Será que no se la respeta en demasía?
Salvador Illa, un socialista católico convencido, y una nueva etapa, también para los cristianos, por Ramón Bassas.
…En lo que va a notarse un cambio va a ser en el respeto que merece la Iglesia Católica como institución, estemos o no de acuerdo con algunas de sus decisiones o posicionamientos.
Muchos de los fundadores del actual PSC provenían de comunidades cristianas de base. Aún hoy muchos socialistas comparten su afiliación con el compromiso en parroquias o en Cáritas.
El progresismo de Catalunya c’est fini
El ultracatólico Ramon Espadaler del OPUS será conseller de «justicia y calidad democrática» en Catalunya. Blindó el uso de pelotas de goma por los Mossos. Pidió derogar la ley de matrimonio homosexual. Su partido Unió recibió donaciones de BBVA, Iberdrola y ACS de Florentino.