Entrevistas
Manuel Soler (Agrupación Reformista de Policías): “Grupos como Desokupa sobran en España. En un país serio, lo que ha hecho el SUP no se permite”
Entrevista a Manuel Soler, fundador y portavoz de la Agrupación Reformista de Policías, a raíz del acuerdo entre el SUP y el Club Desokupa. Asegura que hay varios sindicatos policiales dirigidos por gente de extrema derecha
Manuel Soler es el fundador y portavoz de la Agrupación Reformista de Policías (ARP). Poco después de conocerse el acuerdo entre el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y el Club Desokupa, desde su organización emitieron un comunicado en el que calificaban el acuerdo de “ignominia sindical” y mostraban su “profundo rechazo” al mismo.
Un día después, Soler –todavía indignado, quizá más, con lo que está sucediendo– asegura que “todo pasa por el cambio de modelo policial y sindical. Y en esa línea estamos trabajando en los últimos meses, intentando reagrupar a agentes sociales y formaciones políticas para frenar a la extrema derecha infiltrada en el movimiento sindical”, explica.
El portavoz de la ARP afirma que “en política, ya que quieren jugar a políticos, los errores se pagan. Y en las organizaciones serias hay que apartarse cuando uno se equivoca. Si algún afiliado del SUP me lee, debe plantearse qué hace en una organización que nació con un carácter progresista”.
También hablamos con Soler de la radicalización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el auge de la extrema derecha, de inmigración y de las infiltraciones policiales. Y deja un mensaje claro: “Si te pones en la plaza de Colón, con una bandera, estás marcando una línea ideológica que debería estar prohibida por el Gobierno. La Policía tiene que cambiar de actitud por el bien de todos”.
¿Debería actuar el Ministerio del Interior ante el acuerdo entre el SUP y el Club Desokupa?
Indudablemente, y estamos convencidos de que así será. No sólo porque el acuerdo tenga un rechazo social y sindical, sino porque el Ministerio tiene la obligación de fiscalizar el trabajo de los representantes sindicales, que reciben subvenciones.
Debe intervenir para evaluar si este sindicato ha superado, aliándose con este grupo de extrema derecha, la línea de neutralidad política que se nos exige como funcionarios.
El secretario de Riesgos Laborales del SUP le comentó a este medio que el sindicato no iba a pagar nada, sino que serían los propios policías interesados los que se costearían el curso.
Es una torpeza por parte de ese representante eludir la responsabilidad y echar balones fuera, diciendo que los responsables son los afiliados. Es una actitud miserable y de cobardía, eludiendo la responsabilidad sindical y política de ese acuerdo. Si algún afiliado del SUP me lee, debe plantearse qué hace en una organización que nació con un carácter progresista.
Al día siguiente del acuerdo, parecía que el SUP reculaba al decir que, aunque la empresa se llamara igual, no tenía que ver con la que había hecho famoso a Daniel Esteve.
Ese es el argumento de un representante al que posiblemente no se le exija formación sindical. Antaño, en ese sindicato, del que yo formé parte y en el que tuve cargos de responsabilidad, no se regalaban los puestos, había que ganárselos con trabajo y seriedad en congresos y asambleas.
¿Cree que este acuerdo es, de alguna manera, un órdago que lanza el SUP al Gobierno?
No hay que descartarlo. En los últimos años, hemos visto a algunas organizaciones que se han dedicado exclusivamente a denunciar situaciones políticas. Nosotros somos servidores públicos, y no debemos manifestarnos contra la política de un Gobierno que, nos guste o no, ha sido elegido democráticamente. Así que sí, eso que comentas es algo que ronda por la cabeza de muchos compañeros y ellos (los afiliados) sabrán si quieren seguir en un sindicato marcado por la extrema derecha.
¿Cómo llega un sindicato histórico como el SUP a hacer esto?
Lo que han hecho es impensable en un sindicato con esa historia. Tras años de lucha, sufrimiento, expedientes, expulsiones… Una organización que fue pionera y corrió un riesgo impensable. Puede ser un paso ideológico, pensado con fines internos.
Todos los colectivos se están pronunciado en contra, incluso en alguna federación provincial del propio SUP está habiendo dimisiones. En política –ya que quieren jugar a ser políticos– los errores se pagan. Y en las organizaciones serias hay que apartarse cuando uno se equivoca.
Lo mejor para el SUP es que internamente se apartara a la Ejecutiva y a su secretaria general y que hubiera una recomposición, porque su deriva es gravísima. La gente con la que han llegado al acuerdo, Desokupa, sobra en este país. ¿Qué razón hay para que se firme un acuerdo para que los policías nacionales sepan cómo actuar? Es de locos. En un país serio, esto no se permite, ni a un sindicato ni a un mando policial. Un mando policial hubiera sido cesado en minutos.
No se puede permitir. ¿Cómo se puede hacer que los policías nacionales, poniendo dinero de su bolsillo, estén con grupos que no deberían existir?
¿Esto puede manchar la imagen de la Policía?
Por supuesto. A mí me han llamado varios comisarios y nos piden que seamos el freno de esta barbaridad, que ellos no comparten. Han invadido un terreno que corresponde a la instrucción policial y los mandos están preocupados. Necesitan que alguien les diga que esto no se puede permitir.
¿Hay una radicalización generalizada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?
Lo que puede estar ocurriendo es que hay algunos sectores extremos en representación de los sindicatos policiales a los que les va bien hablar de dinero, gritar “arriba España” y mostrar signos contrarios a la democracia existente. Es posible que, al ver que a algunos sindicatos les va bien con Vox o con otros elementos que propician situaciones alarmantes, hayan pensado que, para no perder comba, iban a hacer lo mismo.
¿Hay problemas internos en la Policía, habida cuenta de que hay varios sindicatos, agrupaciones, con evidentes diferencias?
Muchísimos. Ya se veía venir de lejos todo esto. En los años 80 y 90 y casi en el 2000, cada uno tenía su parcela establecida, había un respeto y trabajábamos lo mejor que podíamos, pero no había una confrontación como la actual. Hoy no. La ideología está en los sindicatos y son gente que no se esconde, no quiero decir las siglas, pero todo el mundo las conoce. Hay varios sindicatos policiales dirigidos por gente de extrema derecha y no se esconden.
El detonante fue el acuerdo que se firmó en 2018 con Juan Ignacio Zoido (PP), como ministro del Interior. Ese desconcierto y ese error cometido por los firmantes (entre ellos el SUP) motivó la salida en tromba de ese movimiento racista, fascista y vinculado a la extrema derecha, que nadie ha podido, querido o sabido parar.
Se critica que la Policía actúa de manera distinta dependiendo de quiénes sean los manifestantes (o la orientación política de estos), ¿tiene alguna base esa afirmación?
Sí, tiene base. En la Escuela Nacional de Policía, en Ávila, bajo nuestro punto de vista se tendría que formar al servidor público de una manera distinta. Ponerse un cordón en la ropa, en la pistola o en la muñeca con la bandera de España, pues, en su tiempo libre, que cada uno haga lo que quiera, pero en el trabajo tenemos que ser imparciales.
Si te pones en la plaza de Colón con una bandera, estás marcando una línea ideológica que debería estar prohibida por el Gobierno. La Policía tiene que cambiar de actitud por el bien de todos.
¿Cree que falta formación en valores o de cultura democrática?
Sí, indudablemente. En la escuela se trabaja muy bien, y hay personas que vienen de fuera con una gran preparación. Pero esas personas se encuentran con un modelo establecido en el que hay mucho himno, mucho desfile y no se dan lecciones de ética, de convivencia, de saber por qué la sociedad tiene problemas.
La Ley Mordaza, por ejemplo, fue una imposición por parte del Gobierno de un modelo represor, y eso hay que revisarlo.
Argumentan en el SUP que hay un aumento de la violencia, que los policías están en riesgo. Como policía, ¿también percibe eso en la calle?
La sociedad española no está exenta de personas que actúen de forma delictiva. Eso siempre ha pasado y seguirá pasando. Otra cosa es que el modelo policial se adapte y evalúe la situación. Pero no ha aumentado, eso es mentira, en España hay una seguridad impresionante, por eso vienen cada año 85 millones de turistas.
El argumento del aumento de la violencia (y de que esta proviene de los inmigrantes) lo lanzó la extrema derecha. Ahora parece que el SUP se suma a ese mensaje, ¿podría llegar a suceder algo en España como lo que está pasando en Inglaterra?
El problema es que se está permitiendo que para derribar a un Gobierno o conseguir un objetivo haya que usar el tema de la alarma social. Con discursos, con imágenes… Hablan de invasión, de delincuencia. Eso se produce en países donde la oposición, o determinados sectores, tratan de amedrentar para conseguir el poder.
Pero está sucediendo en España.
Es que ha habido un retroceso político evidente. No hay un Gobierno que pueda cumplir cuatro años con tranquilidad. Aquí vale todo, y están cansando a la población, también a los policías.
Pero la Policía tiene que volver a los de antes. No puede distinguir entre creencias o color de la piel. España tienen que adaptarse a la evolución de la sociedad. La Policía tiene que ser ese cambio necesario, que debe plantear el Gobierno. Y, por supuesto, los representantes sindicales tienen que ser otra cosa. Hay que exigir rigor, seriedad, comportamiento, así ganaremos todos.
¿Cómo cree que respondería la Policía si sucediera en España algo como lo que está pasando en Inglaterra?
La policía tiene que tener una prevención. Usar recursos humanos para evitar que surjan estos movimientos. En las grandes capitales se dan condiciones muy desfavorables, porque se acumula gente marginal, que tiene necesidades. La Policía tiene que estar controlando para que esos grupos marginales no existan.
Si permitimos que esos núcleos se irradien y se potencien desde la delincuencia, ocurre lo que ocurre. Tenemos que evitar asentamientos marginales sin luz ni agua, en los que están al asalto de móviles y bolsos, porque esa es la delincuencia que hay en España. No hay una inseguridad real.
Se han conocido casos de infiltraciones policiales, que muchas veces no son investigadas, pero siempre en colectivos sociales de izquierdas, ¿sabe si ha habido infiltraciones en grupos de extrema derecha?
En estos momentos es legal ese tipo de actuación [con orden judicial] y no se conoce ningún caso en grupos de extrema derecha. A mí no me gusta, pero, si es legal, apliquémoslo en otros sectores, no puede ser sólo en colectivos de izquierdas o con personas vinculada a movimientos que no gustan.
Nos gustaría que la Policía estuviese para ayudar y no para confundir a la gente. Conozco personas que han estado infiltradas para eliminar grupos de delincuentes, pero eran actuaciones perfectamente autorizadas por jueces y fiscales, para acabar con grupos criminales, no para entrar en colectivos que luchan por una cuestión política. La Policía no puede trabajar en contra de unas situaciones y mirar para otro lado en otras.
Actualizado a las 17:46 horas del 7 de agosto de 2023
No hay policía bueno, el que calla mientras sus colegas cobardes apalean un inmigrante, no es un policía bueno, es otro cobarde que no se enfrenta a la dictadura de las comisarías.
Salud y anarquia
Personas como Manuel Soler le devuelven a una la esperanza en un futuro mejor para superar estos tiempos de total falta de ética, de crispación y juego sucio por parte de seres mezquinos que están en política no precisamente para beneficiar al pueblo y de insensatez, de cretinez, de mediocridad por parte de las masas inmaduras o de poco pensar que se dejan arrastrar por consignas simplonas, sin base y falsas.