Sociedad

El Hard Rock y otros ‘megalodones’ del turismo

Los megaproyectos turísticos tienen asociados serios impactos medioambientales. La contrapartida son los puestos de trabajo que crean, un arma de doble filo: a menudo son empleos de baja cualificación con condiciones pésimas.

Infografía del proyecto Hard Rock, un complejo turístico que estaría situado entre Salou y Vila-seca (Tarragona).

Este reportaje es el primero de una serie dedicada a los megaproyectos turísticos en España y sus impactos.

Hace años que la sombra de una ‘macro-guitarra’ se cierne sobre Vila-seca y Salou. Un instrumento gigantesco de más de 30 plantas y 600 habitaciones. Un hotel que coronaría un complejo de 700.000 metros cuadrados que contaría con otro hotel más, un casino, un centro comercial, un recinto para 15.000 personas y una mega piscina de 6.000 metros cuadrados. Esta era la versión reducida que propuso la empresa norteamericana Hard Rock. La primera opción, que data de 2012 y tenía reminiscencias del frustrado Eurovegas que se proyectó en Madrid, contemplaba hasta seis parques temáticos que replicaban, por seis, esta infraestructura.

Además de los 11.500 puestos de trabajo prometidos, el casino también asegura consecuencias devastadoras para la zona; por ejemplo, riesgo de accidentes químicos (como ya sentenció el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya) o una piscina del tamaño de cinco olímpicas en un momento crítico por la sequía en la zona. Ni siquiera cumple con los requisitos mínimos ambientales, según un informe del Departament d’Acció Climàtica de la Generalitat de 2022. Todos estos impactos se han trasladado también a la política: las resistencias de los partidos a apoyar o a renunciar al Hard Rock desembocaron este año en un adelanto electoral en Catalunya.

Determinar si el Hard Rock será beneficioso o perjudicial es desde luego una fuente de discordia, pero un repaso por la historia reciente de los macrocomplejos turísticos más importantes de nuestro territorio quizás pueda despejar algunas incógnitas.

Pero traerá puestos de trabajo...

El Hard Rock, al igual que otros tantos, se ha vendido como un proyecto que, ante todo, serviría para desestacionalizar el turismo y favorecer la economía local. El alcalde de Salou, Pere Granados, respondía a las «polémicas innecesarias», como él mismo las definía, defendiendo que el Hard Rock «generará muchos puestos de trabajo y dinamismo económico en Salou».

Es imposible saber si, efectivamente, el casino de los Seminolas supondrá un incentivo para la economía local ya que el proyecto sigue paralizado, pero un viaje de 160 kilómetros al sur por la AP-7 revela otro macrocomplejo turístico parecido que sí se encuentra en pleno funcionamiento.

Se trata de Magic World, un complejo hotelero que se levanta sobre los recuerdos de un Marina D’Or venido a menos. A comienzos de este mes de junio, los medios de la zona se hicieron eco de la noticia: Magic World estimaba que necesitaría más de 1.000 empleados durante la época estival, unos 400 más de los que ya tiene en plantilla. Cuando el Grupo Fuertes –dueños de El Pozo– y Magic Costa Blanca adquirieron Marina D’Or en 2023 por 40 millones de euros buscaban, decían ellos mismos) fomentar el empleo.

El Hard Rock y otros ‘megalodones’ del turismo
Piscina y hoteles del complejo Magic World, en Oropesa del Mar (Castellón).

Pero con aquella adquisición vino un ERE a la plantilla de Marina D’Or. Según fuentes de UGT Castellón, las empresas pretendían extinguir todos los contratos de los empleados fijos que trabajaban a tiempo completo, en total 76. A 49 de esos trabajadores se les ofreció convertirse en fijos discontinuos; al resto, planeaban suplirlos con la externalización de algunos departamentos.

Así pues, con la apertura de Magic World, el primer efecto palpable ha sido un empeoramiento de la calidad del empleo. La pequeña proporción de trabajadores fijos ahora se ha visto abocada a la temporalidad donde la empresa les garantiza, en el mejor de los casos, 10 meses de trabajo al año.

Aun así, desde UGT están convencidos de que Magic World será beneficioso para el turismo en la zona y que creará puestos de trabajo. «Tenemos la esperanza de que dentro de poco tiempo pueda haber un turismo para todo el año, que esos puestos se consoliden y que sea positivo para toda la hostelería de la zona», comentan a La Marea.

Fuera de la Península, en Lanzarote, los puestos de trabajo creados han reportado un beneficio relativo a la población. En la isla hay 44 establecimientos turísticos con una licencia anulada por la justicia, es decir, ilegales. Uno de ellos es el hotel Princesa Yaiza, que se construyó sobre dos plantas y en un área 5.000 metros superior a la permitida. Aun así, el Cabildo de Lanzarote ha aprobado su clasificación provisional como hotel de «cinco estrellas, gran lujo».

«La gran pregunta que nadie se atreve a responder es por qué hay hoteles ilegales con sentencia firme de derribo que siguen no solo en pie sino funcionando y generando beneficios millonarios a sus explotadores», apuntan fuentes del Colectivo Tabaiba, un grupo que está luchando contra la masificación turística en Lanzarote.

A pesar de que el caso Yate sacó a la luz decenas de hoteles y apartamentos que no tenían licencia para construirse, cabe preguntarse, de nuevo, si al menos la contrapartida ha sido la creación de empleo en la isla. «Al final esos hoteles aquí solo traen empleos de baja cualificación y condiciones malísimas», aclaran fuentes del colectivo. Y añaden: «A las canarias solo nos quieren para servir y limpiar, que son trabajos dignísimos, pero una isla no puede vivir solo de eso».

Desde el Colectivo Tabaiba denuncian que la masificación turística no está trayendo prosperidad económica a la isla sino más bien lo contrario: tienen los salarios más bajos y los niveles de pobreza más altos.

El Hard Rock y otros ‘megalodones’ del turismo
Hoteles al sur de Lanzarote. GOOGLE MAPS

Todo ello, además, a costa de arrebatarles el paraje natural a los locales, ya sea privatizándolo o, directamente, destruyéndolo. Playa Blanca, la zona más turistificada de la isla, está en las faldas de Los Ajaches, «que es una zona protegida de gran valor geológico y arqueológico», explican desde el colectivo.

Añaden con desaliento que «hasta hace no tanto, la gente podía pasar el fin de semana en Papagayo, Berrugo o Pechiguera, pero hoy esas zonas o no existen o están totalmente invadidas por hoteles que no puedes pagar con un sueldo de camarera de piso».

Este modelo de urbanismo casi supone una contradicción: los mismos espacios naturales que el turismo destruye son precisamente los que atraen a los turistas. «Lanzarote vive de su paisaje y su biodiversidad única. Eso es lo que hace que muchas personas vengan a conocerla y, gracias a ese paisaje, el turismo vive de nosotras y de nuestro trabajo», concluyen desde el Colectivo Tabaiba.

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Comentarios
  1. Y aunque fueran empleos bien pagados.
    Lo primero es la salud del Planeta, lo tendríamos que tener no claro sino clarísimo.
    Luego dirán que no tienen agua y exigirán «solidaridad» a la cuenca del Ebro.
    Vale de Marina d’Or un escándalo, un derroche de luces y fuentes.
    Hasta cuando pensáis caer una y otra vez en la trampa de los cantos de sirena del capital?
    SOCIALISMO o BARBARIE.

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