Sociedad
La Fiscalía marroquí archiva la investigación por la masacre en la valla de Melilla
Se cumplen dos años de la masacre en la valla de Melilla y la Fiscalía marroquí ha archivado la investigación por “la ausencia de indicios de delito”. Aseguran que “las investigaciones han demostrado que la intervención de las fuerzas públicas fue para repeler el ataque y mantener el orden pese al carácter agresivo y violento de los emigrantes, su gran número y que poseían armas blancas”.
Justo cuando se cumplen dos años de la masacre en la valla de Melilla, la Fiscalía marroquí ha archivado la investigación ante «la ausencia de indicios de delito». Según han informado fuentes del Ministerio Público de dicho país a EFE, se ha concluido que hubo «un uso proporcional de la fuerza».
El 24 de junio de 2022, unas 2.000 personas migrantes intentaron cruzar la valla fronteriza que separa la ciudad marroquí de Nador del enclave de Melilla, bajo soberanía española. Las autoridades marroquíes reconocieron que se produjeron 23 muertes durante aquella jornada, pero, de acuerdo con las estimaciones de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), “hubo al menos 27 personas asesinadas, y más de 70 continúan desaparecidas en la actualidad”, como apuntaron hace una semana en un informe elaborado por la propia AMDH, Irídia –Centro para la Defensa de los Derechos Humanos– y Border Forensics, con la colaboración del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR por sus siglas en inglés).
“El carácter agresivo y violento de los emigrantes”
Concretamente, desde la Fiscalía han asegurado que “las investigaciones han demostrado que la intervención de las fuerzas públicas fue para repeler el ataque, el peligro que existía y mantener el orden con un uso proporcional de la fuerza, pese al carácter agresivo y violento de los emigrantes, su gran número y que poseían armas blancas”.
Y han añadido que «las lesiones que sufrieron los migrantes fueron consecuencia del intento de atravesar a la fuerza el puesto fronterizo, en medio de una intensa estampida y aglomeración de personas, y del intento de escalar dicho puesto».
Antes que la marroquí, la Fiscalía española también archivó su investigación al no apreciar delito alguno. En EFE recuerdan que el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió el pasado viernes que la Fiscalía General del Estado de España llevó a cabo una “amplia y exhaustiva” investigación y concluyó que no hubo “ningún tipo de responsabilidad por parte de ninguna autoridad ni ningún funcionario español”.
Asimismo, el organismo público marroquí Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) realizó un informe sobre los hechos en la valla de Melilla en el que concluyó que los muertos eran 23 y que fallecieron por “caída de la valla” y “asfixia mecánica”.
La trampa de la frontera entre Nador y Melilla
Nada tienen que ver las conclusiones de las investigaciones oficiales con el informe de Irídia, que denominaron La trampa de la frontera entre Nador y Melilla. Para elaborarlo se apoyaron “en métodos vanguardistas de análisis visual, espacial, y estadístico”.
En concreto, contrastaron numerosos elementos de prueba, en particular los testimonios de los supervivientes, recogidos en Marruecos y España, así como documentos oficiales e imágenes y vídeos captados por distintos actores, y los ubicaron en el tiempo y en el espacio, lo que les permitió cartografiar las distintas etapas de lo sucedido.
La reconstrucción sistemática de los hechos acaecidos en la valla de Melilla, mostraron en el informe, “proporciona nuevas pruebas sobre las responsabilidades de las autoridades marroquíes y españolas y permite refutar sus versiones sobre lo ocurrido, que inicialmente las eximían de cualquier responsabilidad al respecto”.
Un trato “inhumano y degradante”
El análisis sobre lo sucedido en la valla de Melilla concluye “que los hechos respondieron a una verdadera estrategia de las autoridades, de tal manera que las fuerzas de seguridad marroquíes permitieron deliberadamente que las personas migrantes se acercaran a la frontera y, una vez allí, las dirigieron, a través de la amenaza de la represión, hacia el puesto fronterizo del Barrio Chino. Canalizadas hacia el interior del puesto fronterizo desde el que intentarían cruzar la frontera hacia Melilla, las personas migrantes fueron, en primer lugar, atacadas desde todos los flancos con material antidisturbios por las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas”.
En el estudio agregan que “el empleo intensivo de gas en un espacio confinado, y el clima de pánico resultante, produjeron sin duda las primeras muertes durante la masacre. Luego vinieron las palizas, perpetradas principalmente por las fuerzas marroquíes, que afectaron tanto a las personas que permanecieron dentro del puesto fronterizo como a aquellas que trataron de abandonarlo y sufrieron devoluciones en caliente por las fuerzas españolas y marroquíes”.
Además, su investigación también revela que “los agentes de seguridad españoles perpetraron numerosos actos de violencia y abusos contra las personas migrantes que interceptaron en su intento de entrar en Melilla, en particular sometiéndolas a un trato inhumano y degradante. Además, al enviar a las personas migrantes de vuelta a Marruecos, a pesar de saber que una vez allí las someterían a una violencia extrema, los agentes españoles contribuyeron a esta violencia”.
LAS VICTIMAS MAS INOCENTES DE LA CRUELDAD CLIMATICA.
repudiadas por el Occidente capitalista, criminal responsable del cambio climático.
Más allá del cambio climático del que oímos hablar constantemente, hablemos sobre la crueldad climática que sufren muchos niños, niñas y sus familias en países como Zambia, Sudán del Sur o Somalia…
Crueldad climática?
es que el cambio climático impacte todavía más en los niños y niñas ?más desfavorecidos.
Crueldad climática?
es que millones de familias tengan que abandonar sus casas ?a causa de la sequía extrema que asola los campos.?
Crueldad climática?
es que 159 millones de niños y niñas vean amenazada su supervivencia a causa del cambio climático.
El cambio climático está sucediendo tan rápido que impide a los hogares adaptarse, y está afectando a los menos responsables de los daños: los niños y las niñas.
Los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarán de media a 7 veces más olas de calor abrasadoras durante su vida que sus abuelos. También vivirán de media 2,6 veces más sequías, 2,8 veces más inundaciones fluviales, casi tres veces más pérdidas de cosechas y el doble de incendios forestales que los nacidos hace 60 años.