Internacional
Jonás Benarroch (JCall Barcelona): “El sionismo utiliza el chantaje moral para silenciar a las voces críticas con su política”
Jonás Benarroch es portavoz de JCall Barcelona, una plataforma formada por judías y judíos progresistas de la capital catalana que denuncia “el sistema de opresión que el estado de Israel ejerce sobre la población palestina desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo”.
Jonás Benarroch fue educado en el seno de una familia judía sefardita muy tradicional: “Eran abiertos pero muy celosos de su judaísmo”, dice. Aunque sus padres ya vivían en Almería, él nació en Tánger y, con tres años, acabó en Barcelona: “Querían que yo creciera en un entorno con más judíos”, explica.
Ahora, compagina su trabajo como director y realizador de cine y documentales con su participación en JCall Barcelona-Otra Voz Judía, una organización afiliada a la Asociación JCall Europe, presente en diferentes países del continente. La entidad, fundada en 2018 en la capital catalana, se define como “una plataforma formada por judías y judíos progresistas de la ciudad y que tiene como objetivo crear un marco de participación ciudadano con la intención de promover diferentes acciones e iniciativas destinadas a acabar con la ocupación militar de Cisjordania y Jerusalén Este, y favorecer el diálogo y una paz sostenible entre Israel y Palestina”. Benarroch atiende a lamarea.com por teléfono.
En un momento de su vida fue sionista pero ya no lo es, ¿verdad?
Así es. Yo fui sionista pero no fue una decisión personal. El sionismo fue penetrando en las comunidades de la diáspora muy pronto. Venían enviados de Israel a dinamizar a jóvenes con actividades de contenido sionista. De mi generación, en Barcelona, fuimos diez jóvenes los que decidimos viajar a Israel. Yo fui como residente temporal pero podría haber decidido ser israelí si hubiese querido.
Fue allí donde abrí los ojos porque conocí a diferentes grupos pacifistas y me di cuenta de que la narrativa explicada por los enviados sionistas no tenía nada que ver con la realidad, que el sionismo no era como nos lo habían contado: no había una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra, porque en esa tierra ya había un pueblo y, por tanto, había que compartirla con otra gente. A partir de ahí, me distancié mucho del sionismo y me fui de Israel dos años después.
Por lo tanto, su caso, como tantos otros, demuestra que ser judío no va de la mano del sionismo. Sin embargo, parece complicado encontrar voces como la suya.
Hay una especie de chantaje afectivo del sionismo con los judíos. Históricamente, la mayoría de judíos no eran sionistas ni siquiera a principios del siglo XX, e incluso había movimientos socialistas judíos que eran antisionistas y tenían enfrentamientos teóricos. Pero el Holocausto lo cambió todo, porque vino a refrendar esa idea que tenían los sionistas: tenemos que defendernos nosotros mismos para que esto no vuelva a pasar nunca más. Y esto silenció a muchas voces antisionistas. Incluso Hannah Arendt tuvo una etapa sionista aunque al final se acabó distanciando.
Pero el sionismo es un elemento nuevo. El judaísmo diaspórico ha vivido 2.000 años fuera de Palestina y nunca había tenido colectivamente esa idea de regreso. Existe un rezo de deseo de redención que se formula varias veces al año en diferentes fiestas y que habla del regreso a Jerusalén, pero de una forma metafórica.
El sionismo utiliza el chantaje moral para silenciar a las voces críticas con su política. Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de judíos sigue viviendo fuera de Israel. ¿Por qué no se van a vivir allí? Porque no son sionistas en realidad, pero tienen un apego hacia Israel como consecuencia de los traumas vividos. Es algo simbólico más que real.
El pasado 24 de abril organizaron en Barcelona un Seder de Pesaj, la Pascua judía, y una de las cosas que más me llamó la atención fue la diversidad de acentos.
Esa fue una de las cosas que más me emocionaron, la cantidad de acentos. Había latinoamericanos, norteamericanos, catalanes, británicos, españoles… Esto demuestra la diversidad y la internacionalidad del pueblo judío. Una internacionalidad que Israel pretende reducir a un solo lugar de pertenencia.Y en el Seder también había israelíes, lo que demuestra a su vez que no todos los israelíes son ajenos al sufrimiento de los palestinos. Hay incluso israelíes antisionistas que apoyan el movimiento de boicot a Israel.
Ese Seder de Pesaj se celebró bajo el lema de “por la libertad de todos”. ¿A quién incluye ese “todos”?
En este momento concreto, a los palestinos, que es el pueblo que está siendo masacrado y oprimido. Pedíamos, además, la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás. Pero también consideramos que los israelíes no serán libres hasta que no dejen de ser opresores, y que deben ser liberados del paradigma tóxico del “nosotros o ellos”, que les lleva a creer que no pueden compartir la tierra y coexistir con los palestinos.
La población israelí es rehén del miedo, que es lo que se potencia desde los altos mandos con el objetivo de conseguir que los israelíes judíos teman a los palestinos y así poder justificar sus acciones. Tengo que decir que Hamás dio el 7 de octubre un empujón brutal a este miedo. El problema es que el Gobierno actual ha sido votado por la parte menos hegemónica de la población israelí, que son los judíos de origen oriental. Es una situación muy compleja que tiene que ver con el populismo del Likud y los partidos de ultraderecha. Israel vive en una constante contradicción porque, aunque es formalmente una democracia (los ciudadanos palestinos tienen derecho a voto y hay partidos árabes legalizados), si es un Estado judío, no puede ser realmente democrático, porque no hay igualdad para todos los ciudadanos.
Y, a nivel más general, ese “todos” incluye a toda la humanidad, que también debe ser liberada de la opresión, en particular en todos los lugares donde hay guerras, y que es algo que entra dentro de esa aspiración religiosa. Pero, en concreto, ese Seder estaba centrado en los palestinos.
¿Qué sintió el 7 de octubre?
Estuve dos días sin poder comunicarme. En el grupo de JCall Barcelona estábamos todos callados, perplejos, no sabíamos cómo reaccionar. Nos costó movernos. Sí entendimos desde el principio que los atentados eran producto de la ocupación, que el conflicto no había comenzado el 7 de octubre, y eso no es una justificación, ni mucho menos, porque yo condeno tajantemente los actos terroristas Hamás a la vez que interpreto que son el reverso perfecto de Netanyahu, que ha ido alimentado a Hamás en detrimento de la OLP. Si te das cuenta, Netanyahu y Hamás son dos caras de la misma moneda: ambos apuestan por la existencia de un solo Estado y de un solo pueblo entre el río y el mar, y eso les condena a un conflicto sin fin, mientras que la OLP y la izquierda israelí sí abogan por la creación de dos Estados, y eso pone al Gobierno israelí en una situación mucho más complicada.
¿Pensó que la reacción de Israel iba a ser así?
Sí, me imaginaba que la reacción iba a ser espantosa. Yo, y cualquier persona que conozca mínimamente cómo actúa Israel. Y por eso me revuelvo todavía más contra Hamás por utilizar a su población como carne de cañón. ¿Qué esperaban? ¿Que Israel no iba a responder? Pero si son unos bestias… Hamás ha sacrificado sin miramientos a decenas de miles de gazatíes desde el 7 de octubre.
¿Cree que el objetivo del Gobierno de Israel es acabar con toda la población palestina?
No. El único que se ha atrevido a publicar un plan para la población palestina es Bezalel Smotrich: el conocido como Plan Definitivo, pero, que yo sepa, no ha sido sometido a aprobación por el gobierno. Consiste en que los palestinos acepten su inferioridad y se queden a vivir en Israel con menos derechos que los judíos o que se vayan del territorio. El objetivo es crear una sociedad de clases, a lo que se suma una limpieza étnica en Cisjordania y Gaza. Arrinconar a la población palestina, someterla y quedarse con sus tierras mientras vive con menos derechos que la población judía. Lo que no sé es qué pretenden hacer con ese 20% de la población israelí que es palestina.
¿Qué siente al escuchar que eso se hace en nombre de su pueblo?
Eso es lo que más me revela. Es el lema de muchos grupos: “No en mi nombre”. Esto es lo que me hace seguir vinculado a esta lucha. Si no, la sentiría como algo que no me interpela directamente, como puede ser la guerra de Ucrania, que, aunque también me duele, es diferente, porque esto afecta a mi identidad. Yo me reivindico como judío, esa es mi identidad, mi herencia, y por eso me duele a nivel personal. También por eso me siento autorizado a intervenir en el conflicto, porque aseguran que lo están haciendo en mi nombre.
Desde JCall Barcelona explican que la “raíz principal, aunque no única” del conflicto palestino-israelí “es el sistema de opresión que el estado de Israel ejerce sobre la población palestina desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo”. Según determinadas organizaciones proisraelíes, el lema “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre” es un lema aniquilacionista y antisemita. ¿Usted también lo cree?
No, no lo creo. Se puede usar desde esa perspectiva, que es lo que hace Hamás, pero no creo que la mayoría de manifestantes en las calles y en las universidades de Europa y Estados Unidos quiera acabar con la población israelí, aunque quiera que Israel deje de existir como Estado. Muchos activistas israelíes lo usan. Asistí en persona a una ceremonia que cada año se celebra en Tel Aviv en memoria de las víctimas del conflicto de los dos lados que organizaron Combatants for Peace, que es una asociación de antiguos soldados que decidieron dejar las armas, y otra organización de familiares de muertos en el conflicto. En ese acto se usó el lema “Desde el río hasta el mar, igualdad para todos”. Yo creo que esa es la solución, que los dos pueblos puedan convivir en paz e igualdad en el territorio, y deben ser ellos quienes establezcan la mejor fórmula para lograrlo. Aunque la realidad es que, en la actualidad, desde el río hasta el mar, Israel le hace la vida imposible a la población palestina.
También su organización considera que la solución de los dos Estados es la única posible. ¿Cree que Israel lo va a permitir?
Creemos que es la mínima factible. Pero vamos más allá y proponemos que palestinos e israelíes puedan compartir la tierra, que exista una libertad de movimiento, que es una idea de la organización A land for all, compuesta por palestinos e israelíes. Es una propuesta que nos parece muy interesante aunque sabemos que, en un momento como el actual, suena a utopía.
¿Cómo valora el reconocimiento por parte del Gobierno de España?
Yo lo veo necesario. El motivo de JCall Europa es empujar para que los Estados europeos reconozcan la necesidad de creación del Estado palestino, aunque por ahora solo sea simbólico. Y eso no es premiar a Hamás, sino todo lo contrario, porque Hamás no cree en la solución de los dos Estados. De esta forma, lo que se hace es empoderar a la OLP como interlocutor.
Israel una democracia? Igual que USA su inseparable aliado:
La democracia de la expoliadora y genocida dictadura del capital. Que nos está dejando sin planeta y arrasando con el ser humano de una u otra manera.
Desde 1947 lleva Israel ocupando ilegalmente el territorio palestino, sin cesar de avanzar en esta ocupación, levantando muros, envenenandoles el agua, quemandoles las cosechas, con controles y dificultades para acceder a hospitales y centros escolares, tratando como seres inferiores, casi como bestias a lxs palestinos.
Ha defendido alguien a los palestinos? Nadie.
Todos, como cobardes y acomodaticios se ponen de parte del poderoso. Los pobres se pueden morir.
Por fin alguien, Hamás, le hace un rasguño al verdugo.
Igual que un gato en las fauces de la pantera.
Pues muchas gracias a quienes, por fin, habéis salido en defensa del pueblo palestino.
Yo el odio no lo siento hacia Hamás, todo lo contrario.
Desgraciadamente las revoluciones, todas, han costado víctimas.
Israel no va a razonar nunca, se creen los seres superiores del planeta. Nunca se había visto tanta bestialidad y tanta soberbia en nombre de su propia injusticia.
Desde 2017 Hamas renuncia a una república islámica. Palestina es un lugar multirreligioso y multicultural. Se declara no juedófobo.
Se declara en contra de cualquier discriminación por razones religión, raza, género o nacionalidad.
Estos detalles no son muy conocidos porque la prensa occidental está, en general, mucho más interesada en transmitir una imagen determinada que en informar.
https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/hamas-y-la-revolucion-los-nuevos-estatutos