Análisis
Elecciones legislativas en Francia: la unión hace la fuerza
Tras sus malos resultados en las elecciones europeas, Macron ha disuelto la Asamblea y convocado elecciones, abriendo la puerta a una mayoría parlamentaria de extrema derecha. Para evitar este escenario, las izquierdas han formado una candidatura unitaria con posibilidad de frenar al RN.
L’heure est grave, que dirían los franceses. Tras el escenario desolador que dejaron las recientes elecciones al Parlamento Europeo en Francia, donde la lista del Gobierno se dejó 7,8 puntos con respecto a 2019 y el Reagrupamiento Nacional (RN) mejoró un 8% –el total de fuerzas de extrema derecha ascendió al 40% del sufragio–, el presidente de la República, Emmanuel Macron, disolvió la Asamblea Nacional y convocó elecciones para el próximo 30 de junio. Parece haber alternativa, pero de emular los resultados de los comicios europeos, Francia podría amanecer el 8 de julio, al término de la segunda vuelta, con un primer ministro de extrema derecha: el presidente del RN, Jordan Bardella.
Da lo mismo que Macron se haya autoproclamado, desde su primera campaña en 2017, por activa y por pasiva, única alternativa a la extrema derecha. En el ecuador de su segundo mandato, el RN de Marine Le Pen está más crecido que nunca, y una parte de su discurso ha sido adoptado por el partido del Gobierno, que se ha apuntado como victorias propias algunas de las políticas del Ejecutivo, como la reforma de ley de inmigración. Tras pasar años reivindicando ser la opción de extremo centro frente al RN y la Francia Insumisa (LFI), abanderándose de una gestión tecnócrata y neoliberal que solo ha provocado un aumento de la desigualdad y la degradación de los servicios públicos franceses –caldo de cultivo para la extrema derecha–, Macron no solo ha abierto la puerta a la llegada de la extrema derecha al poder, le está desplegando la alfombra roja para que la cruce. En un momento en el que el RN está tan alto en votos, Macron comete una tremenda irresponsabilidad al disolver la Asamblea y convocar elecciones.
Aunque disfrace la disolución de la Asamblea de un plebiscito sobre su mandato, la decisión de Macron difícilmente disimula su carácter tacticista. El presidente Francés ha buscado reforzar su imagen de única alternativa frente al RN en un momento en el que la NUPES, la coalición que las diversas organizaciones de izquierdas –LFI, el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista Francés (PCF)– y los ecologistas (EELV) formaron para las legislativas de 2022, estaba más desunida que nunca. De presentarse por separado, estás fuerzas tendrían mayor dificultad para llegar a la segunda vuelta en muchas circunscripciones y facilitarían el pase de los candidatos del macronismo o del RN. Sin embargo, por más que esta estrategia electoralista pudiera beneficiar a Macron, teniendo en cuenta la fuerza que cobraron la consigna «ni Macron ni Le Pen» en las pasadas presidenciales, poniendo en pie de igualdad a ambos candidatos, este órdago reforzaría todavía más la lógica del mal menor, sumamente dañina para cualquier sistema democrático y, potencialmente, para los intereses del propio Macron.
En cualquier caso, al presidente de Francia parecen haberle fallado los cálculos, pues la izquierda ha reaccionado. Apenas 24 horas después de la disolución de la Asamblea, los líderes de la convaleciente NUPES anunciaban la creación de un nuevo Frente Popular, en referencia a la coalición homónima de 1936 liderada por el socialista Léon Blum. A la unión compuesta por los mismos partidos de la NUPES se ha sumado igualmente la formación comunista del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). En la tarde del jueves 13, el nuevo Frente Popular ya se había dotado de un programa, fundamentalmente constituido sobre la base del de la NUPES, incorporando entre otras medidas la derogación de la reforma de las jubilaciones aprobada en 2023 o el reconocimiento del Estado de Palestina. La repartición de las circunscripciones también ha sido acordada y solo quedaría decidir el candidato para el puesto de primer ministro. Entre los nombres se ha sugerido a Laurent Berger, figura moderada proveniente del mundo sindical, François Ruffin (LFI), pero también a Jean-Luc Mélenchon (LFI) o al secretario general del PCF, Fabien Roussel.
Lejos de las instituciones y los pasillos, la dinámica social parece positiva. La intersindical, inactiva desde la última movilización contra la reforma de las jubilaciones, ha vuelto a aliarse para convocar una manifestación unitaria el próximo sábado 15 de junio en toda Francia. El recuerdo de aquel 1 de mayo de 2002, cuando los franceses salieron a la calle de forma masiva para protestar contra la llegada del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen a la segunda vuelta de las presidenciales, está presente. En estos momentos, se puede apreciar la riqueza del tejido asociativo francés, la variedad de colectivos y agrupaciones que participan de la vida política, así como el compromiso de la ciudadanía sin ningún tipo de afiliación política en particular.
Desde abajo se librará un combate crucial: un informe del IFOP muestra que, mientras que el 32% del electorado estaría dispuesto a votar por su partido de izquierdas de preferencia, solo el 25% votaría al nuevo Frente Popular. Esto quiere decir que una parte importante de la izquierda moderada no ve con buenos ojos la coalición, probablemente por la presencia de LFI. Por ello, una parte del electorado de izquierdas tendrá como reto convencer a los que, en teoría, comparten con ellos signo político frente a Macron y la extrema derecha.
No ocurre con frecuencia, pero en esta ocasión, el pragmatismo y la unión están del lado de la izquierda, mientras que las divisiones se encuentran en la derecha. Éric Ciotti, líder la derecha conservadora de Los Republicanos, anunció al poco de que Macron convocara elecciones que se presentaría en coalición con el RN. Horas después, los barones del partido, herederos de la tradición gaullista y defensores del cordón sanitario a la extrema derecha, excluyeron a Ciotti de la formación, dejando escenas tragicómicas para la historia, como el encierro de éste en la sede del partido. Ciotti ha anunciado que recurrirá su exclusión por la vía legal, dejando en suspenso la posible candidatura conjunta con la extrema derecha, aunque ésta, a día de hoy, resulte improbable. Igualmente, Reconquista, el partido liderado por el periodista de extrema derecha Éric Zemmour, ha excluido a su número dos, la sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal, después de que esta pidiera el voto para el RN.
Las semanas que vienen serán decisivas para el orden republicano francés. En este momento, hay razones para pensar que el nuevo Frente Popular pueda hacer frente al RN en la Asamblea. Algunas estimaciones, basadas en el voto de las europeas, dan a la unión de izquierdas una horquilla de 180-220 diputados, atribuyendo 200-240 al RN y pronosticando el descenso a 80-100 parlamentarios del partido de gobierno. El destino de los franceses está en sus manos. De ellos depende convencer a amigos y familiares, en los centros de trabajo y de estudios, para evitar el peor de los escenarios.
La france insoumise de Melenchon izquierda radical ? Me parto, Melenchon ex socialista como Macron es ahora un radical !! Y por eso no los quieren en el » Frente Popular» León Bloum debe dar cabezazos en su ataúd.
Los lfi son los mismos que podemos o sumar aquí, es decir su radicalidad.
Al servicio del capitalismo, de la Otan y la UE, siervos en resumen.
Así que les vaya bien a este Sumar a la francesa, a luchar para un sillón, a emburguesarse más todavía, pero muy radicales eso sí.
Lxs mismxs que han hecho crecer el fascismo por su abandono de la clase obrera, ahora vuelven von la cantinela todxs frente al fascismo, de risa, mientras encierran, apalean compas a diario.
Salud y anarquia!!
LO QUE NO TE CUENTA LA «IZQUIERDA» SOBRE EL AUGE DE LA EXTREMA DERECHA (VÍDEO 4 mint.)
Un análisis de clase sobre los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo.
Los resultados de las elecciones europeas han dejado dos cosas meridianamente claras sobre la situación política actual.
En primer lugar, la altísima abstención muestra que la mayoría de la población está desencantada y desconectada de lo que representa la Unión Europea.
En segundo lugar, las elecciones le han dado una victoria arrolladora a la derecha tradicional y un gran crecimiento a los partidos de extrema derecha, que se convirtieron en ganadores en países como Francia, Austria e Italia, y continúan creciendo en otros como Alemania o el Estado español.
Pero más allá de estos números, conviene analizar, desde una perspectiva de clase, cuál puede ser la razón por la que se está produciendo este fenómeno.
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