Defensa estrecha lazos comerciales con Lockheed Martin, que acaba de acordar la entrega de 25 aviones de combate a Israel

La empresa estadounidense Lockheed Martin se muestra, en su página web, “orgullosa del importante papel que ha desempeñado en la seguridad del Estado de Israel”. De hecho, en plena masacre en Gaza, acaba de formalizar con el Gobierno de ese país la entrega de 25 aviones de combate de quinta generación F-35. Y con esta misma compañía, que también presume de “servir fielmente a la Fuerza Aérea de Israel”, quiere estrechar sus lazos la Armada española.

Para ello, el pasado 11 de junio se produjo un encuentro de alto nivel entre la multinacional (representada, entre otros altos cargos, por su vicepresidenta de Rotary and Missions Systems, Stephanie Hill) y la Armada. Reunión que fue presidida por el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro Sánchez.

En la misma, apuntan desde Defensa, “se hizo un repaso de la situación general de los principales programas en los que la Armada y Lockheed Martin están trabajando estrechamente. Y se reiteró a los representantes de la empresa la conveniencia de que establezca relaciones con carácter de naturaleza con las principales industrias nacionales de Defensa, tales como Navantia, Indra o Sener”.

Lockheed Martin y la industria de defensa española: una relación de casi 60 años

En realidad, la relación entre España y Lockheed Martin ya es realmente cercana. El último ejemplo de esta cordialidad bélica y comercial es la adjudicación, en octubre de 2023, de la producción de ocho helicópteros Sikorsky MH-60R Seahawk para la Armada. Estos cuentan “con avanzados sistemas de misión y sensores para la guerra antisubmarina y antisuperficie”, según destacan en la web de la empresa. Pero las entregas de helicópteros a España comenzaron mucho antes: en 1966.

En enero de 2024, la multinacional estadounidense firmó un nuevo acuerdo de colaboración industrial con Indra “para explorar conjuntamente áreas de cooperación en los dominios de tierra, mar, aire y ciberdefensa, así como en los ámbitos de simulación y sostenimiento”, señalan en Indra. La nota de prensa de la empresa española enfatizó que “Lockheed Martin ha dado soporte a la Armada española en sus misiones mediante la entrega de sistemas de alta capacidad para las fragatas F-100, los submarinos S-80 y los helicópteros MH-60R y SH-60B”.

En febrero, Lockheed Martin e Indra volvieron a chocar sus manos. En este caso, para adjudicar a la española el contrato para equipar cuatro buques saudís con sistemas de defensa electrónica de vanguardia.

Navantia, la empresa pública española para la construcción de buques militares y civiles, extendió su acuerdo de colaboración con la empresa norteamericana en marzo de 2024. De esta forma ampliaba una “historia de éxito que dura ya 27 años”, subrayan en Navantia.

La colaboración entre ambas empresas permitió dotar a la Armada del potente sistema de combate Aegis, integrado en las fragatas F-100. “Actualmente, colaboran en la integración del sistema de gestión de combate y los sistemas de sonar para los submarinos S-80, y en el programa de fragatas F-110”, detallan.

Y en abril de este mismo año, el Grupo Oesía llegó a un acuerdo con la norteamericana “para la producción de componentes de los misiles interceptores para el sistema de defensa aérea conocido como Patriot Advanced Capability 3, o PAC-3, en España”.

25 aviones de combate más para Israel

Además de lo anterior, tal y como apuntan en Infodefensa, la Armada ya ha mostrado públicamente su interés por la joya de la corona de Lockheed Martin: el caza F-35B.

Precisamente, 25 unidades de la quinta generación de estos aviones de combate se sumarán a los 50 que ya tienen la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), tras firmar el Ministerio de Defensa de este país un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos.

Israel, según las FDI, fue el primer país fuera de Estados Unidos que recibió (en 2016) este avión, tras llegar a un acuerdo en 2008.

Pero los F-35 que recibe Israel no son como los del resto de países. De hecho, le han puesto un apellido hebreo, Adir, que se puede traducir como “majestuoso” o “poderoso”. La diferencia, según diversos medios especializados, es que Estados Unidos dio acceso a Israel al “código fuente del modelo”. Lo que le permitió personalizar estos aviones, incluyendo elementos de fabricación propia, como “sistemas de guerra electrónica, los equipos de contramedidas electrónicas, sensores, misiles aire-aire específicos y bombas de precisión”, relatan en defensa.com.

Es más, Maya Carlin, analista del Centro de Políticas de Seguridad y máster en  Contraterrorismo y Seguridad Nacional de la Escuela de Gobierno Lauder de IDC Herzliya en Israel, asevera en Galaxia Militar que “Israel es la única nación del mundo con una versión personalizada del avión”. Esas mejoras, añadió, las hizo con el apoyo económico del Ejército estadounidense.

Lockheed Martin, clave en el suministro de armas de Estados Unidos a Israel

Aparte de los F35, Lockheed Martin –explican en la empresa– también ha proporcionado a Israel el sistema de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), radares, cohetes, sistemas de guía y control de incendios, punteros láser y cápsulas.

Y se espera que en 2026 entregue al Ministerio de Defensa israelí 12 helicópteros CH-53K (construidos por su filial Sikorsky). También en este caso, informan, “la Fuerza Aérea Israelí se convierte en el primer cliente internacional en adquirir estos vehículos”. Su compra, remarcan, “es parte del plan a gran escala de Israel para fortalecer sus fuerzas frente a las amenazas existentes y futuras”.

Por añadidura, la empresa estadounidense se vanagloria de que suministró 102 cazas biplazas F-161 Sufa, “un modelo especialmente adaptado para Israel, que ha demostrado su valía en numerosas operaciones prestigiosas y se ha ganado una posición destacada en la FAI”.

Y más allá de la cooperación armamentística, Lockheed Martin también tiene un acuerdo de colaboración con los ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología de Israel. El objetivo es promover programas relacionados con la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

Condenados por sobornos y atacados por Trump

Actualmente, los principales accionistas de Lockheed Martin son State Street Corporation (con el 14,9% de las acciones), The Vanguard Group (8,9%) y BlackRock (7,4%).

Al frente de la empresa está Jim Taiclet, un exoficial y piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Sirvió en la Guerra del Golfo y pilotó uno de los primeros aviones que llevó fuerzas estadounidenses a Arabia Saudí para la Operación Escudo del Desierto.

La historia de esta empresa, una de las mayores vendedoras de armas del mundo, comenzó en 1912 y ha pasado por algunas etapas polémicas. Entre ellas, el escándalo de los sobornos. Así lo contaba El País, el 3 de junio de 1979: “La compañía aeronáutica norteamericana Lockheed se declaró ayer culpable ante un tribunal federal de Washington, de haber sobornado a altos funcionarios gubernamentales de Japón para potenciar las ventas de la empresa en ese país. Fue multada con 647.000 dólares (unos 40 millones de pesetas). Los abogados de la Lockheed admitieron que, entre 1972 y 1974, la compañía aeronáutica pagó 2.600.000 dólares a políticos japoneses, incluyendo 1.800.000 dólares que fueron a la oficina del entonces primer ministro, Kakuei Tanaka. El objeto de estos sobornos fue conseguir contratos para la venta de aviones comerciales del modelo L-1011 para las líneas aéreas niponas”.

Mucho más actual fue el enfrentamiento con el ex (y quizá futuro) presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Un tuit de éste, el 12 de diciembre de 2016, en el que criticaba el costo del programa de los F-35 hizo caer en picado las acciones de la compañía. Diez días después volvió a la carga, asegurando que le había pedido precio a Boeing por su F-18 Super Hornet.