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El 60% de las jugadoras de la Liga F con problemas de salud mental no ha sentido el apoyo de su club
El sindicato FUTPRO ha elaborado un estudio sobre salud mental con futbolistas españolas de Primera División. Casi el 80% reconoce haber sufrido síntomas de depresión, estrés o ansiedad y el 96% cree que muchas de sus compañeras ocultan estos problemas.
España, campeona del Mundo en agosto de 2023. El Barcelona, vencedor de la Champions League hace sólo unos días, con 50.827 personas disfrutando del partido en el estadio de San Mamés. La lenta profesionalización del fútbol femenino en España conlleva exigencias para las jugadoras que pueden afectar a su salud mental. Y, aunque el crecimiento sea evidente, no lo es tanto que, desde los clubes y las administraciones, se esté acompañando convenientemente esta explosión.
El estudio La salud mental en el fútbol femenino, elaborado por FUTPRO (el sindicato mayoritario entre las futbolistas), a través de una encuesta a más del 40% de las jugadoras profesionales españolas de Primera División, arroja algunas conclusiones preocupantes.
Por ejemplo, que “casi el 80% de las futbolistas ha sufrido síntomas de depresión, estrés o ansiedad debido a la exigencia del deporte de élite”, y que “el 60% de las que han sufrido síntomas de problemas de salud mental no ha sentido el apoyo de su club”.
Además, “casi el 70% opina que las exigencias de los clubes hacen que tengan más posibilidades de sufrir problemas de salud mental”.
Los resultados del estudio también llaman la atención por el hecho de la dificultad para mostrar públicamente estos problemas. Más del 90% de las futbolistas “no se sentirían cómodas contando que padecen algún problema de salud mental” y “el 96% cree que muchas de sus compañeras ocultan estos problemas”.
El salario mínimo de las futbolistas profesionales
El 14 de septiembre de 2023 se llegó a un acuerdo entre la Liga F y el banco social encargado de la negociación para modificar y mejorar el convenio colectivo para las futbolistas de Primera División (que estaba formado por la Asociación de Futbolistas Profesionales –AFE–, FUTPRO, Futbolistas ON, CCOO y UGT).
El nuevo salario mínimo de las jugadoras se estableció en 21.000 euros para la temporada 2023/24; 22.500 para la 2024/25, y 23.500 euros para la 2025/26.
Estos importes podrían llegar a alcanzar los 23.000 euros en la temporada 2023/2024; 25.000 para la siguiente, y 28.000 para la 2025/26, dependiendo “de los beneficios obtenidos por los activos comerciales y otras fuentes de ingresos propuestas por los sindicatos, como partidos disputados por una selección de jugadoras de Primera División”, explicaron en su momento desde ese banco social.
La cifra, aunque superior a los 16.000 euros anteriores, sigue siendo objetivamente baja y es equiparable a lo que deben cobrar los futbolistas de la tercera división masculina (20.000 euros como mínimo).
Este es el asunto que más preocupa a las futbolistas cuando se les pregunta por lo que hay que mejorar. Según la encuesta de FUTPRO, el 52% respondió que el salario mínimo; el 14% se refirió a los campos; y el mismo porcentaje a las instalaciones en general; un 8% se refirió a la salud mental; el 4% a los protocolos de acoso sexual, y un porcentaje ligeramente inferior apuntó a la maternidad.
“No me ilusionaba venir a entrenar, lo pasaba mal”
El estudio de FUTPRO recoge algunas declaraciones de las propias futbolistas. Entre ellas las de Irene López, exjugadora del Madrid CFF, que dejó el fútbol con 20 años, tras ganar un Mundial con 17 y recibir la Bota de Bronce.
López asegura que “podría disfrazar los motivos” por los cuales dejó el fútbol, pero no lo iba a hacer: “Lo dejo por cuestiones de salud mental, y lo comparto para aquellos que me lean y se den cuenta de que no están solos, de que en esta vida hay que priorizarse por encima de todo, de que desde que nacemos hasta que morimos solo tú vas a estar contigo, y hay que cuidarse. Y yo digo adiós para cuidarme”.
Con 23 años se apartó del fútbol profesional Laura Gutiérrez, Laurina, que jugaba en el Depor Abanca. El informe recoge sus motivaciones a la hora de decidir su retirada: “Sentía que mi pasión, lo que llevaba siendo mi pasión desde los cuatro años, había dejado de serlo. No me ilusionaba venir a entrenar, lo pasaba mal. Irme de mi casa era lo más duro. Entré en un bucle de negatividad, de rechazo… Me siento identificaba con lo que decía hace poco Ricky Rubio, que el personaje se comió a la persona. Llevaba toda la vida enfocada en Laurina y me había olvidado de Laura. Había que trabajar para volver a tener una parte estable sobre la que sostenerme”.