Juan Luis González: “Milei toma decisiones en base a caprichos ideológicos y místicos”

Como si de un mesías terrenal se tratara, Javier Milei llegó a la presidencia del Gobierno argentino tras una revelación: Dios, mediante su perro Conan, le dijo que tenía que luchar contra el maligno. Entender el tortuoso y solitario pasado de este político de extrema derecha, autoritario y negacionista de la historia dictatorial del país, da algunas claves de sus políticas presentes, marcadas por un misticismo como nunca antes visto. 

El periodista del diario argentino Noticias, Juan Luis González, publica El loco. Javier Milei, el hombre que obedece a su perro (Península, 2024). En esta conversación con lamarea.com, repasa las contradicciones de una persona que no deja espacio para el personaje, quién es el empresario que le aupó al estrellato y hasta qué punto se le puede considerar fascista, entre otras cuestiones.

Comenzó a escribir el libro en septiembre de 2022. ¿Qué ha descubierto de Milei que hasta entonces no sabía?

Lo que más ha cambiado ha sido su relación con la historia política de Argentina. Bajo Milei no hay personaje, es tal y como se muestra, así que ha cambiado poco, en ese sentido. Es decir, el Milei que saltó a la fama en los medios de comunicación hace cinco años es casi el mismo de ahora.

A nivel personal, como periodista he descubierto que uno de los cinco “perros hijo” que aseguraba tener está muerto, y aquello fue un escándalo nacional. Él siempre dijo que jugaba con los cinco todas las mañanas, pero yo lo vi y tan solo había cuatro. En términos más sociales, el tiempo nos ha hecho descubrir que La Libertad Avanza, su partido político, no es la organización liberal y anticasta que decía ser. 

En el título de su obra lo dice: el hombre que obedece a su perro. ¿Cuál fue la relación del presidente argentino con su can? Una vez muerto en 2017, Milei decidió clonarlo.

La mejor forma de conocer a Milei es a través de Conan, su perro, porque ahí adivinas el nivel de dificultad y complejidad que el presidente tuvo a lo largo de su vida. No solo fue una vida solitaria donde el padre le golpeaba y su madre lo permitía, sino que ni siquiera tenía amigos o pareja. De ahí que trabara esa relación con su perro. Lo dijo: “Es mi hijo”. Por eso, el hecho de su muerte hay que tomarlo en la dimensión de un duelo de un padre por la muerte de su hijo. Es curioso, porque Milei se pasaba Navidad y año nuevo encerrado con su perro. Le daba una copa de champán y así veían llegar los años.

Eso puede explicar que Milei base absolutamente todas las relaciones sociales que mantiene en la ley de la oferta y la demanda, de un interés, de un intercambio constante. El deseo, placer, amor y altruismo no existe para Milei. Es un anarcocapitalista total. Llega a decir que te puedes cortar un brazo y venderlo si te estás muriendo de hambre, o vender un hijo llegado el caso.

El anarcoliberal salta de contradicción en contradicción en sus políticas. Por ejemplo, dice combatir a un peronismo del que ha recibido ayudas logísticas y monetarias. ¿La población le castiga por este tipo de hechos?

Él cambia de posiciones y la ciudadanía no lo castiga, mayormente. Hay que recordar que el 44% de los argentinos no lo votó y que empezó su mandato con un 70% de imagen positiva y, apenas unos meses después, bajó al 50%. Eso es mucho para el ajuste económico que ha efectuado, pero todos los presidentes previos tenían mejor valoración durante el primer semestre de su gobierno.

Yo creo que irá aumentando el descontento social con Milei. Llegó como un outsider, y, a medida, que pasa el tiempo se desgasta más su figura, aunque es cierto que ganó unas elecciones haciendo lo que nunca nadie había hecho hasta entonces: prometiendo un ajuste económico y teniendo minoría en las dos cámaras, por ejemplo.

Más allá de la revolución que supuso, hay cosas que no puede cambiar. Una de ellas es que la economía determina lo bien o mal que le va a un gobierno, y en Argentina las cosas están muy mal. Los números de estos cinco meses que ha estado al frente son dramáticos. Ha caído el PIB un 10%, la inflación acumulada en cuatro meses está en el 101%, la moneda se ha devaluado un 140% y la pobreza subió un 12%. Milei puede ser todo lo nuevo y excéntrico que quiera, pero si se acumulan los meses con la heladera vacía, verá cómo la gente se activará contra sus políticas.

El salto de Milei a la política fue sorpresivo. Detrás de él, apunta en su libro, está Eduardo Eurnekián. ¿Quién es? ¿Qué intereses tiene en que Milei gobierne el país?

Eurnekián es uno de los empresarios más poderosos de Argentina. No es el más rico, pero sí está en el top 15. Su particularidad es la relación fluida que mantiene con la política desde hace muchos años. Suele tener expolíticos contratados en lugares importantes de su mayor empresa, Aeropuertos 2000, de diferentes partidos. También opera para aportar plata para campañas o para ayudar a crecer a ciertas figuras.

Y una de estas figuras es Milei.

Fue Eurnekián quien le empujó a los medios, sobre todo a los que controla, como el Canal América. Quería tener un caballo mediático, pero no un Milei como presidente. El empresario, ahora, está en una posición incómoda. Todo el empresariado argentino le mira como al creador del monstruo, porque Milei lo que viene a hacer es un fortísimo recorte del gasto del Estado.

Además, Eurnekián está por cumplir 93 años. Su heredero y sobrino, Martín Eurnekián, arrastra una pésima relación con Milei, incluso desde que eran compañeros de la misma empresa. Es importante recordar que el ahora presidente estuvo en Aeropuertos 2000 desde 2008 hasta 2021, justo un día antes de asumir como diputado.

En su obra también habla del pasado de Milei, quizá lo que le ha conferido la personalidad que tiene ahora. En ese pasado, ya estaban presentes los ataques de ira y furia descontrolada. ¿De dónde cree que proceden?

Hay mucha personalidad de Milei que es mejor que la trate un psicólogo, no un periodista. Dicho esto, las evidencias concluyen que Milei es producto de una persona profundamente sola que tuvo su primer amigo a los 35 años y su primera pareja a los 47. Milei ha estado tan alejado de las relaciones humanas que no sabe tratar con otras personas.

El presidente de Argentina pasó de denominarse popularmente “El Loco” a ser conocido como “El Peluca” por sus seguidores. ¿Milei hubiera sido un fenómeno político si no se hubiera convertido antes en un fenómeno mediático con amplia presencia en las redes sociales?

Sería imposible separar a uno del otro. Hay elementos de las dos esferas muy conectados en él. Por ejemplo, tras su éxito electoral, se presenta como alguien genuino, que dice lo que piensa. Él no dice lo que le aconsejan sus consultores, sino lo que cree. A diferencia de toda la política argentina, él sale de las redes sociales y pasa a la política, no al contrario. Es el político de Argentina más seguido y llegó a ganar en lugares que ni siquiera visitó, lo que supone una gran influencia de las redes sociales.

Resulta algo extraño que alguien que nunca ha militado en ninguna organización política, ni cuando era estudiante ni en su vida profesional como economista jefe de Aeropuertos 2000, llegara a tener tanta notoriedad pública. ¿Cómo fue posible?

En la Argentina venimos sufriendo 10 años continuados de fuerte inflación, una situación muy compleja a nivel monetario y la crisis política de los dos gobiernos de signo distinto que preceden a Milei. De ahí sale la crisis de los partidos tradicionales y florece uno nuevo, La Libertad Avanza. Además, la pandemia fue muy larga y compleja.

Acá el debate está en si se derechizó la sociedad. Yo creo que no, pero sí se individualizó. Se ha perdido el sentido de lo comunitario, incluso la idea de la fuerza que puede aportar pertenecer a un sindicato. Eso es consecuencia de la filosofía de Milei, que solo repite que el Estado no te ayuda, que cada uno depende de sí mismo y de nadie más.

La mística es un elemento que impregna todas las facetas de Milei. ¿Cuál es “la misión” que le encomendó Dios? 

Según cuenta, Dios se le apareció a través de su perro Conan y le dijo que estaba destinado a ser presidente, a modo de profecía, y le encomendó una misión: terminar con el maligno. Para Milei, el maligno es el mal, el diablo, que se manifiesta de distintas maneras en la realidad, especialmente en el socialismo, aunque para él cualquier tipo de intervención estatal ya es socialismo. Por eso, en Davos comparó la socialdemocracia con el nazismo.

Bajo la autopercepción de libertario anarcocapitalista, llama la atención que Milei sea la persona que más protagonismo dé a Dios en su relato.

Todo su Gobierno está marcado por eso. El Gobierno argentino actual tiene una visión teológica como nunca se vio en el país. Analizan la realidad en base a una cosa muy mesiánica: hablan de la fuerza del cielo, de cuestiones sobrenaturales que no se pueden explicar. 

En su praxis política, Milei viene a reinventar la política en Argentina. De hecho, publica textos en hebreo en sus redes sociales, y afirma hablar con el rey Salomón o con Moisés. No solo es un asunto discursivo, sino que está fuertemente imbricado en su filosofía de vida. Y toma decisiones en base a sus creencias. Por ejemplo, trasladó la embajada israelí de Jerusalén a Tel Aviv porque el rey David se lo había dicho en un sueño.

Usted asegura que “hay quienes están convencidos de que el equilibrio emocional de Milei no puede aguantar mucho más”.

La praxis de su Gobierno está muy marcada por la inestabilidad del presidente, que le juega malas pasadas. Sin ir más lejos, descubrí que uno de sus perros clonado de Conan estaba muerto, o sea que solo tenía cuatro perros, no cinco. Cuando lo íbamos a publicar, recibimos no una amenaza, pero sí una sugerencia de un altísimo funcionario gubernamental que decía que esa información sería tomada como una declaración de guerra. 

La dimos el viernes, y el lunes Milei deseó la quiebra de Perfil, algo totalmente autoritario. Somos una empresa periodística con 630 trabajadores. Tras la publicación, Milei sufrió dos ataques de crisis nerviosas. Y cuando le preguntaron por esta información, respondió que “si el presidente dice que tiene cinco perros, tiene cinco perros”.

El tema de fondo de todo esto es si el presidente distingue la realidad de lo que solo pasa en su cabeza. Además, se rodea con personas que nunca le contradicen porque nadie le respondió que tenía cuatro perros en lugar de cinco. Habrá que ver hasta dónde va a afectar su personalidad a la presidencia.

Hace poco, escuchamos al ministro de Transportes español, Óscar Puente, insinuando que Milei tomaba “sustancias”. ¿Hasta qué punto es compartida esta opinión en Argentina?

Muchos la comparten, claramente, sobre todos aquellos que no quieren a Milei. Hasta donde yo sé, no toma ninguna sustancia como tal. Sí ingiere todas las noches, religiosamente, una especie de calmante como el Lorazepam con una bebida Monster. Nunca había visto que alguien se tomara un relajante con una bebida energizante.

Sus problemas de inestabilidad quedan probados por muchos otros motivos. Lo interesante de esto que pasó, es que las declaraciones de un ministro español las convirtió en un problema internacional al meterse con los problemas internos de otro país. Milei toma decisiones en base a caprichos ideológicos y místicos, es muy difícil ver una estrategia política.

Bolsonaro en Brasil, Kast en Chile, Fujimori en Perú, Trump en Estados Unidos, Le Pen en Francia o Vox en España son algunos ejemplos de cómo la extrema derecha se ha abierto paso a nivel mundial, con presencia en otros países como Italia, Hungría, Polonia y Portugal. ¿Qué diferencia a Milei de todos ellos?

Al mismo tiempo que comparten un mismo enemigo ficticio, que es el comunismo, progresismo, etc., las diferencias son muy fuertes. Me parece llamativo que Milei comparta escenario con Vox en España, cuando la formación que lidera Abascal es fuertemente nacionalista, de fronteras cerradas, un Estado fuerte… Milei es todo lo contrario, quiere reducir al Estado a la mínima expresión. Cree que la mejor sanidad y educación es la privada. Muchas veces, más que las similitudes, en política une algo tan simbólico como un mismo enemigo.

Argentina tiene un pasado marcado por el fascismo latinoamericano, sobre todo tras la última gran dictadura de Rafael Videla. ¿Milei es negacionista? Y, sobre todo, ¿cómo de fascista es Milei?

La realidad nos dice que sí, que es negacionista. Lo dijo en el último debate electoral, que en la dictadura no hubo un plan sistemático de secuestro, torturas y asesinatos, sino que hubo “excesos”. Milei es un gran plagiador, porque esas mismas palabras las dijo en su defensa Eduardo Massera, uno de los militares que formó parte del golpe de Estado, durante su juicio.

En cuanto al grado de fascismo que hay en él, hablamos de un Gobierno que apenas cumple cinco meses. Sí podemos afirmar que tiene rasgos autoritarios, que está llevando los límites de la democracia al máximo, insultando y descalificando a cualquiera que no le rinde pleitesía, ya sea en el terreno periodístico o hacia países extranjeros. Todo esto lo hace con una violencia verbal muy elevada, y esto es lo que precede a la violencia física en todo lugar. Cuándo dará ese salto es el gran debate. 

Yo pienso que la democracia en Argentina funciona a día de hoy, que los tres poderes están funcionando, y que hay libertad de expresión, aunque gubernamentalmente se censure al periodismo crítico mientras a los medios que les gustan les dé guita. La democracia en Argentina funciona, la duda que sobresale es que muchos regímenes autoritarios llegan por vía democrática. No hace falta pensar en el siglo XX, el de Bukele puede ser un buen ejemplo de ello ahora mismo.