Política
Las bases del PSOE acuden en masa a apoyar a Sánchez
La llamada de las agrupaciones territoriales surtió efecto entre la militancia, que colapsó la calle Ferraz durante la reunión del comité federal del partido.
«¡Qué-da-te!», gritaban los militantes del PSOE mientras acompasaban su petición con palmadas. Unas 12.500 personas, según la Delegación del Gobierno, han acudido a la sede del partido, en la calle Ferraz de Madrid, para tratar de influir en la decisión del presidente del Gobierno, que está pensando en dejar su cargo. Pedro Sánchez anunció el pasado miércoles que necesitaba unos días de reflexión para decidir si continuaba al frente de sus obligaciones después de que un juzgado aceptara a trámite una denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, que se basaba en recortes de prensa, algunos de los cuales son bulos publicados por medios de ultraderecha y ya están desmentidos.
El partido se volcó en apoyo a Sánchez y organizó la concentración de hoy, a la que acudieron autobuses con militantes procedentes de todas las agrupaciones territoriales de España. La reacción de las bases responde a lo que consideran ataques intolerables contra el presidente por parte del entramado mediático y judicial de la derecha. Uno de los cánticos más repetidos fue precisamente «¡Ayuso, dimisión!», en referencia al apoyo financiero que la Comunidad de Madrid ofrece a este tipo de medios. También se oyó «Fuera fascistas de la judicatura» y el clásico «¡No pasarán!».
Dentro de la sede, el comité federal discutía la estrategia para las próximas elecciones europeas, que se celebrarán el 9 de junio. Pero la reunión pronto se convirtió en otra cosa, empujados sus asistentes por el clamor de la calle. La vicepresidenta María Jesús Montero y varios ministros del gabinete de Sánchez salieron para saludar a la multitud y sumarse a la petición de los militantes: «¡Pedro, resiste!». Cuando acabó la reunión de los altos cargos del partido, uno de los más aplaudidos fue Salvador Illa, quien según las encuestas es el máximo favorito para alcanzar la presidencia de la Generalitat de Catalunya en los comicios del 12 de mayo. Los manifestantes le abrieron un pasillo para cruzar entre una animosa multitud que le cantaba: «¡Illa, maravilla!».
El ambiente, a pesar de lo delicado de la situación, fue más festivo que preocupado. Los militantes que abarrotaron Ferraz y las calles adyacentes corearon al presidente y bailaron canciones amplificadas por la megafonía como Perra, de Rigoberta Bandini, o Quédate, de Quevedo.
Las reacciones por parte del Partido Popular son, lógicamente, muy distintas. Según su líder, Alberto Núñez Feijóo, el periodo de reflexión que se ha tomado el presidente «no es ético». Feijóo acudió a un mitín en Tortosa (Tarragona) y allí comparó a Sánchez con Puigdemont: «Uno amenaza con volver y el otro amenaza con irse», dijo irónicamente. El dirigente popular insistió en «los presuntos casos de corrupción que afectan a su partido, a su Gobierno y a su entorno» para seguir atacando al presidente, en consonancia con las tesis que manejan sus medios afines. A pesar de su inconsistencia (la propia Fiscalía pidió archivar las diligencias), estas tesis han acabado en una inopinada investigación judicial abierta contra la esposa del presidente.
El próximo lunes, Pedro Sánchez comparecerá ante la prensa para comunicar su decisión final: dimitir, someterse a una cuestión de confianza ante el Parlamento o seguir al frente del Gobierno.
Manos limpias asuntos sucios como dice Antonio Maestre en un artículo.