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Javier Durán: “Pedro Sánchez es un maestro del suspense”
El guionista (y 'tuitstar') publica su primer libro '¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros?', en el que analiza el rompedor humor atemporal del famoso grupo.
La mente ágil y mano rápida de Javier Durán Tortonda le han granjeado más de 73.000 seguidores en X (Twitter, para que nos entendamos) bajo el sobrenombre de @tortondo. Sus chistes sobre la actualidad a veces se difunden a la par que suceden los acontecimientos. Y es que, según cuenta, está entrenado en esa rapidez exigida a los guionistas. Ahora cambia de ritmo para presentar un proyecto más largo, el libro ¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros? (editado por Plataforma), donde hace un recorrido por la trayectoria de los Monty Python y, en especial, de su película por antonomasia, La vida de Brian. Y, como en un sketch de comedia, empezamos la entrevista con una llamada telefónica que sale mal.
Te he llamado y colgado pero te prometo que no ha sido un toque de los antiguos para ahorrarme dinero, sino un problema tecnológico. Tú, en cambio, tienes dominada la tecnología. Al menos, la de X (Twitter).
Sí, estoy en Twitter –no le voy a llamar X– bastante, pero soy un desastre para la tecnología en general. En el caso de Twitter, es un medio de difusión estupendo porque es instantáneo y no hay intermediarios. Y para mi curro es perfecto.
Además de rápido, como tú. Muchas veces he visto noticias y, un segundo después, un meme tuyo.
Deformación profesional. Es mi curro. Llevo mucho tiempo escribiendo chistes para programas sobre temas de actualidad y al final tengo el músculo ejercitado. No es cuestión de talento ni de nada.
¿Estás reconociendo que a veces te han pagado más horas por un trabajo de las que has empleado en hacerlo?
Eso es [risas]. De hecho, siempre he tenido movidas con eso cuando me ha tocado ser jefe. Yo siempre he reivindicado –y esto pasa mucho en Europa pero aquí no– que si tú eres capaz de hacer el curro mucho más rápido del tiempo que te dan para hacerlo y lo haces bien, pues la gente que te contrata debería decir “es buenísimo y encima rápido”.
Nada de calentar la silla.
No. Cuando estaba en Late Motiv [con Buenafuente, en Movistar+] había gente que se quejaba porque el equipo de guion se iba muy pronto a casa. Digo, ¿el guion está bien, os ha gustado? Pues, para que estén aquí sentados todos mirando su cuenta de Instagram, que se vayan a su casa.
Pero cuando hablamos de escribir un libro, como es el caso de ¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros?, entiendo que hay un salto tremendo en los tiempos y en la forma de trabajar.
Un drama [risas]. He tenido demasiado tiempo para escribirlo y eso a mí eso me destroza un poco el cerebro. Porque los tiempos en los libros son larguísimos. Te dicen: «Escribe un libro para el año que viene». Y yo estoy acostumbrado a que me digan: «Haz este chiste para dentro de 15 minutos». Ha sido un cambio de chip que me ha encantado porque me ha dado tiempo a reflexionar, a documentarme y a escribir las cosas de otra manera, aunque a veces he procrastinado un poco.
Los Monty Python nos hicieron cambiar el chip de lo que podía ser parodiable. Rompieron todo. Y cuando alguien te rompe todo, puedes empezar de nuevo.
Toda esa documentación de la que hablas es clave en este libro.
Sí. Mercedes Castro, la editora de Plataforma, me dijo: «Soy súper fan de los Monty Phyton y no hay libros sobre ellos en español más allá de una autobiografía traducida». Y para hacerlo he tenido que documentarme mucho. Ha sido complejo porque, aparte de estar enfadados entre ellos, cada uno te cuenta la historia a su manera, con lo cual es muy difícil sacar datos verídicos. He querido ceñirme a los datos contrastados, porque hay un montón de bulos y de leyendas.
¿Qué podrá encontrar la gente en este libro?
La gente a la que le gusta La vida de Brian podrá disfrutarla mucho más porque va a encontrar un montón de cosas que no sabían. Y para las generaciones más jóvenes, que no los conocen, podrán saber quiénes eran y cómo empezaron. Me encantaría que una generación nueva se acercara a la peli, porque ya tiene casi 50 años pero sigue siendo superactual.
Titulas el libro ¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros? La respuesta larga es el libro, ¿pero cuál es la respuesta corta?
Nos hicieron cambiar el chip de lo que podía ser parodiable y de lo que se podía hacer en comedia. Que pensáramos que se puede hacer comedia de cualquier cosa y que no tiene por qué seguir unas normas. Es decir, esa gente ha acabado un sketch porque de repente aparecía un guardia y así terminaba. Y al verlo pensé: ¡es la leche! Porque funciona y no tengo que hacer presentación, nudo y desenlace. Lo rompieron todo. Y cuando alguien te rompe todo, puedes volver a empezar de nuevo. A mí me condicionó mucho en mi trabajo. Fue muy disruptor en mi época. Y creo que eso es lo importante de los Monty Python: su influencia, su legado, que es tan fuerte porque consiguieron tener éxito mundial haciendo una cosa que era suya y que era una locura. Creo que nos marcó a muchos y espero que marque a más gente todavía, porque echo mucho de menos esa locura de la televisión pública española, por ejemplo.
Lo que hace la ultraderecha no es humor, es burla.
De hecho, es que el rasgo característico de ese humor que estás mencionando es el cuestionarse todo, el desafío a la autoridad, la libertad salvaje. ¿Crees que la ultraderecha ha secuestrado el humor salvaje?
Lo que hace la ultraderecha no es humor, es más bien burla. Los Monty Python hacían un análisis sociológico con sus chistes, y nos hablaban de unas pensionistas, de los jueces, del ejército… Eran 360º, daban hostias en todas direcciones. De lo que se ha apropiado la ultraderecha es de una manera de reírse de todo que no sé si es humor: reírse de las instituciones, de ti si eres bueno, de alguien que se queja porque han matado a su madre… Reírse de alguien no es reírse de algo. Los Monty Phyton tenían clara esta diferencia; la ultraderecha, no.
Pero sí nos han robado un poco la opción de reírnos. La izquierda está un poco enfurruñada últimamente y está actuando como a rebufo de la derecha. Y eso me duele porque tendríamos que ser nosotros la avanzadilla del humor y de podernos reír de gente cuyo discurso es un absurdo. O sea, no hay ninguna diferencia entre un discurso de Milei y un discurso de los mesías que salen en La vida de Brian. Y eso es superactual y me flipa. Creo que en la izquierda tenemos un complejo de querer hacer las cosas bien que, a veces, juega en nuestra contra. Y sí nos podemos reír de todo y sí podemos hacer humor con lo que sea. Tendríamos que tomar la iniciativa y poder reírnos de esta gente, porque lo que hacen es risible.
Por ejemplo, en el caso de la boda de Almeida, ¿dónde crees que están hoy los límites del humor?
Empieza a poder ser humorística desde el momento en que una televisión pública la retransmite con mi dinero. Porque si eso hubiera sido una ceremonia privada, creo que no hubiera habido ningún chiste. Pero si tú haces de tu boda un espectáculo de supuesto glamour –intentó ser glamuroso pero acabó siendo gracioso– para demostrar a la gente que eres de una clase social superior al resto y encima una televisión pública lo retransmite como si fuera un acontecimiento, pues ahí vamos a entrar a muerte, claro. Es lo que creo que tenemos que hacer como contrapoder y como cómicos.
Rescatando esa idea de contrapoder, ¿crees que el humor es un arma suficientemente poderosa para combatir los discursos de odio?
Tengo una dualidad con eso. En parte, entiendo a la gente que te dice que si solo te ríes en redes y no sales a la calle a quejarte, no estás haciendo nada. Pero también creo que el humor es muy importante para contrarrestar el poder y lo absurdo del poder, y creo que es un arma muy poderosa; pero tiene que ir acompañada de otras armas como las denuncias. Creo que el humor lo que hace es visibilizar actitudes que de otra manera no se verían. Puedes pasarte un meme sobre la sanidad pública, pero ahí has colado un discurso que creo que es importante. ¿El humor sirve para eso? Yo creo que sí. Siempre lo ha sido y el poder lo sabe, y lo ha intentado coartar. ¿Por qué hay cómicos en la Audiencia Nacional? Porque son incómodos para un determinado poder y una forma de actuar. Y creo que la comedia a lo largo de la historia ha sido clave en eso. ¿Es suficiente? Pues quizá tengamos que reírnos pero también denunciar y no quedarnos solo en el chiste rápido. Pero creo que a veces a la gente le llega más un chiste bien tirado que una reflexión seria.
Una comedia cómoda con el poder es menos comedia.
Pensando en la parrilla televisiva, prácticamente no hay humor crítico.
Sí, porque es incómodo para el poder. El Intermedio sigue porque es una tradición, pero en el resto de opciones no hay nada similar. Y la comedia sí tiene que ser algo incómoda. Una comedia cómoda con el poder es menos comedia. Y también se ha pecado mucho de hacer comedia solo con los de tu bando, pero cuando trabajas en un programa tienes que hacer humor y tirar hacia todas partes. Lo bueno de los Monty Python en la escena del Frente Popular de Judea es que es la mejor definición de la izquierda que yo he visto jamás. E igual que hacen esa crítica a la izquierda, se hacía una crítica a las clases acomodadas con lo de Pijus Magnificus, de la gente que lleva el mando… Monty Python tenían activado ese chip de reírse de todos y creo que hemos perdido un poco eso. Estamos un poco en el humor más de trinchera –que también es normal, porque en una guerra tiene que haber trincheras–, pero creo que hacer humor hacia todas partes es muy sano para una democracia.
¿Crees que estamos en una guerra cultural?
Absolutamente. Pero cultural y humorística y de toda índole. Lo que está pasando ahora con Pedro Sánchez, las fake news, en lo que se está convirtiendo Twitter… A veces tengo la sensación de me estoy defendiendo más que haciendo chistes.
En el libro mencionas que los Monty Phyton eran una “mente colmena humorística”. Si piensas en mente colmena, ¿quién o qué te viene a la cabeza de la actualidad?
Es que es muy curioso porque es un grupo de gente muy distinta que trabajaban juntos y que creaban juntos. Pero no veo eso en la actualidad, porque si pienso en Ayuso, veo más a una abeja reina con sus zánganos. Además, la derecha siempre ha sido mucho más individualista. Son más de venderte a los Llados de turno y de decirte que si te levantas muy temprano y haces muchas dominadas, te puedes hacer millonario. Ese es el discurso contra el que tenemos que luchar. Lo que tienes que hacer no son dominadas sino afiliarte a un sindicato. Y de esto hablan también en La vida de Brian cuando hablan de los falsos mesías.
Los youtubers de la fachosfera son los nuevos falsos mesías.
¿Cómo crees que el humor de La vida de Brian ha envejecido tan bien?
Creo que lo querían hacer los Monty Python en esa película era, más que una crítica a la religión –que la hay–, una crítica a los mesías y a la gente que, en momentos de incertidumbre, se agarra a lo que sea. Y me flipa que una película que tenga 50 años siga tocando teclas que son actuales. Cuando haces buen humor, el humor es atemporal y puede ser una ayuda para otras generaciones. Una ayuda por lo menos para sobrellevar toda esta incertidumbre en que vivimos. La historia se repite: primero como tragedia y luego como comedia. El mensaje es que esto ya les pasó a nuestros abuelos, a nuestros padres, y se rieron de ello. Vamos a intentar que no nos pase de nuevo. Y si pasa, vamos a reírnos.
También es cierto que los Monty Phyton cogieron un tema muy amplio para parodiar como es el de la Iglesia católica, que es «eterna» y que nos da 2.000 años de una iconografía brutal. Y, claro, también creo que se ha mantenido tan bien porque el referente de la Iglesia es inmutable.
Has mencionado en varias ocasiones a los mesías y has citado a Milei. ¿Es tu imagen de falso mesías?
Sí y no. Analizándolo, en realidad Milei o Trump están en otra fase, ya son gente que institucionalmente se presenta a las elecciones. Creo que lo más parecido que hay ahora mismo a los falsos mesías –un grupo de gente que dicen idioteces y otros que les siguen como como zombis– son los youtubers de la fachosfera. Creo que el nuevo mesianismo es el youtubismo porque los mesías aparecen en tiempos de incertidumbre. Y esta gente le da a unos chavales una receta de éxito absurda para sobrevivir a un mundo que está cambiando y colapsando… Y ellos, desesperados, necesitan agarrarse a la ramita del acantilado antes de caerse. Y la ramita es un señor cachas que tiene un Lamborghini. Creo que esto es culpa más de la sociedad que del chaval, porque si nosotros no le damos una solución, se la va a dar este este tipo de gente.
Pedro Sánchez es un experto en romper la baraja. Me parece un maestro del suspense más que de la comedia.
Y yéndonos a la actualidad más reciente, hoy estamos con la resaca de la carta de Pedro Sánchez. ¿Crees que la realidad supera a veces la ficción más delirante? ¿Crees que Sánchez está buscando el bright side y vivir una vida tranquila o esto es una estrategia para dominar el Imperio Romano?
La realidad siempre supera a la ficción, en eso no vamos a empatar nunca. Da igual lo absurdo que sea todo, siempre va a salir alguien que rompa la baraja. Y Pedro Sánchez es un experto en eso, en crear puntos de corte. Me parece un maestro del suspense más que de la comedia. No tengo ni idea de por dónde va a salir y me flipa eso, que tengamos un presidente de Gobierno que dice que igual se va dentro de cinco días porque están acosando a su mujer y que seamos conscientes de que eso puede pasar porque su trayectoria demuestra que lo puede hacer y que le da igual. Me parece que es un tío consciente de que las decisiones que toma cambian el rumbo de cosas. Y creo que el valor que tiene lo que hace este hombre es que no tiene miedo a hacerlo. En la izquierda hemos tenido esos complejos de «uy, esto no lo vamos por si molesta». Él perdió las elecciones y las volvió a convocar. Y las ganó. Le echaron del PSOE y se cogió un coche, volvió, y ganó de nuevo… Es la figura del héroe. Ahí hay un poco de comedia también. Creo que es importante lo que está haciendo, pero no tengo ni idea de lo que va a hacer. Veo un 50% de posibilidades de ambas opciones.
¿Pero crees que hay una estrategia detrás?
Creo que es imposible que seas el presidente del Gobierno y hagas eso con una estrategia, porque es tan brutal… Y esa muestra de cariño a su mujer, escribir esa carta, abrirse así, con lo que todo eso va a implicar en la fachosfera, que todo el mundo se va a reír de él… Todo el mundo sabe que Pedro es un estratega, pero yo creo que no conozco a nadie que diga «lo dejo todo porque mi mujer está jodida con esto» y escriba una carta pública, dirigida a todo el país, para decir que necesita un tiempo para pensar. Me parece importantísimo lo que ha hecho y ojalá lo hiciera más gente.
Es un tipo que se va a ir del puesto más alto, el puesto al que todo el mundo aspira, el de presidente de Gobierno, por amor y por salud mental. Eso me parece bonito. Y haga lo que haga, ya va a cambiar la historia de este país, y eso me parece espectacular. Si es que se va, que no lo sé…
Esperemos entonces al siguiente capítulo.
Va a ser brutal. Haga lo que haga.