Cultura

Intelectuales y políticos arropan a Antonio Scurati tras ser censurado en la RAI

El autor de ‘M’, una exitosa trilogía de novelas sobre Mussolini, iba a leer un monólogo antifascista durante la celebración del Día de la Liberación.

El escritor Antonio Scurati, premiado por el Parlamento europeo en 2022 y censurado en la televisión pública italiana en 2024. UNIÓN EUROPEA

Antonio Scurati, escritor y profesor de literatura en la Universidad Libre de Lengua y Comunicación de Milán, dedicó una exitosa trilogía de novelas a analizar la figura de Benito Mussolini. Traducido en 39 países y a multitud de lenguas (incluida la española, por la editorial Alfaguara), habitual colaborador en las cabeceras más prestigiosas de la prensa italiana (La Reppublica, el Corriere della Sera, La Stampa) y premiado por su obra (en 2022 ganó el premio del Libro Europeo por M. El hombre de la providencia), Scurati es hoy el gran protagonista de la actualidad en su país tras haber sido censurado en la televisión pública, donde iba a recitar un monólogo.

Su texto hablaba de dos efemérides sangrientas: la del asesinato del socialista Giacomo Matteotti, en 1924, y la de las matanzas perpetradas por la SS con la complicidad de los fascistas italianos en 1944. Y terminaba así: «Hasta que esa palabra, antifascismo, sea pronunciada por quienes nos gobiernan, el espectro del fascismo seguirá rondando la casa de la democracia italiana».

La alusión directa a la primera ministra, Giorgia Meloni, está detrás de su cancelación en la RAI y ha provocado un aluvión de solidaridad. El texto del monólogo, pensado para la celebración del 25 de abril (el Día de la Liberación italiana y del fin del nazifascismo) ha circulado de forma frenética en los últimos días, se han hecho lecturas públicas y muchos intelectuales se han pronunciado en favor de Scurati.

El premio Nobel de Física Giorgio Parisi criticó la utilización partidista que Meloni está haciendo de la RAI: «Para este gobierno, el servicio público es personal». Desde Usigrai, el sindicato de periodistas de la televisión pública, alertan de «un control asfixiante de la información». El escritor Roberto Saviano, que ha pasado por lo mismo que Scurati, denuncia el clima de «miedo» que se está instalando entre los trabajadores de la cultura: «El mensaje es claro: si queremos trabajar debemos bajar la cabeza». «Es un clima que me horroriza –añade el actor Pietro Sermonti–, ese clima de desprecio por los intelectuales, por todos aquellos que estudian, que piensan». Giuseppe Conte, ex primer ministro con el Movimiento 5 Estrellas, reprochó a Meloni sus intentos por defender «la idea de un fascismo bueno». Y añadió: «Nuestra Constitución tiene un claro fundamento antifascista. Todo aquel que reconozca la Constitución no puede no declararse antifascista».

El fenómeno, desde luego, no es nuevo. En España lo sabemos bien: tras el ascenso al poder municipal y autonómico de la ultraderecha, numerosos espectáculos programados se cayeron de la cartelera por presiones políticas. Y los paralelismos no acaban ahí. Como el propio Scurati explicaba en una entrevista en eldiario.es, «Alemania ha ajustado más cuentas con el nazismo que Italia y España con sus fascismos».

El término «antifascismo», como se han encargado de señalar diversos políticos de la ultraderecha italiana, está en el centro de esta controversia. Según Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura, el vocablo es «demasiado genérico», «no es representativo para todo el mundo» y «ha provocado muchas muertes durante muchos años». Como en tantos otros temas, la extrema derecha sigue aquí los postulados marcados por Donald Trump, quien en su etapa en la Casa Blanca amenazó con la inclusión del movimiento antifa en la lista de las organizaciones terroristas.

Meloni interviene en la polémica

Lo más sorprendente en este caso de censura es que la propia Giorgia Meloni se ha pronunciado personalmente sobre él. La primera ministra afirmó en Facebook que el contrato de Scurati con el programa Chesarà, de la RAI, se rescindió por motivos puramente económicos. La razón: una supuesta factura de 1.800 euros. «Para enturbiar las aguas y ocultar la verdadera cuestión que plantea mi texto, una jefa de gobierno, haciendo uso de su abrumador poder, no duda en atacar personalmente, con declaraciones despectivas, a un ciudadano privado», se defiende Scurati en una carta abierta publicada en La Reppublica.

«Hay que admitir que hemos sido fascistas», explicaba el autor de la trilogía sobre Mussolini en los micrófonos de France Inter. «Estas novelas están muy documentadas, no hay nada de invención en ellas. Y había que contar, por supuesto, la parte más aberrante. Mi intención era hacer una contribución para que los italianos puedan, por fin, romper con el fascismo». Según Scurati, Mussolini es el iniciador de un estilo de hacer política, marcadamente populista, que vuelve a estar en boga. Y Fratelli d’Italia, el partido de Meloni, no quiere romper con él ni en las formas ni en el fondo.

La noticia de su censura en la RAI se convirtió en un escándalo nacional precisamente porque sus libros han tenido un éxito inmenso en su país. Ha vendido más de 500.000 copias de su trilogía y próximamente se estrenará su adaptación televisiva. La serie, de ocho episodios y actualmente en proceso de posproducción, la dirige el británico Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Expiación, El instante más oscuro…) y la protagoniza Luca Marinelli (Martin Eden, Las ocho montañas), quien se pone en la piel de il Duce.

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Comentarios
  1. El filólogo e historiador comunista, Luciano Canfora, será juzgado por llamar nazi a Meloni.
    Canfora había ido al Instituto Enrico Fermi de Bari para participar en una conferencia y, ante los asistentes, dijo que Meloni era «una neonazi en el alma», una «pobrecita» y una «mentecata peligrosísima».
    Luca Libra, abogada de la presidenta, ha incidido en que los ataques no tienen «justificación». La ministra, asimismo, ha pedido 20.000 euros de indemnización por los daños y perjuicios causados.
    El juicio contra este experto de cultura clásica e histórico militante comunista de 81 años comenzará el 7 de octubre ante el juez Pascuale Santoro, según avanzan los medios locales.
    ————————————–
    Primero vinieron a buscar a los comunistas
    y no dije nada porque yo no era comunista.
    Luego vinieron por los judíos
    y no dije nada porque yo no era judío.
    Luego vinieron por los sindicalistas
    y no dije nada porque yo no era sindicalista.
    Luego vinieron por los intelectuales
    y no dije nada porque yo no era intelectual.
    Luego vinieron por los periodistas
    y no dije nada porque yo no era periodista
    Luego vinieron a por mí
    pero, para entonces, ya no había nadie para defenderme.

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