Opinión
Guerra, guerra y guerra
Fernando Luengo escribe sobre el clima bélico instaurado en Europa y cómo este se impone a otros problemas que viven los diferentes países
Escucho las noticias, las declaraciones de buena parte de la clase política y de algunos «expertos» y también de los opinadores profesionales; leo las cabeceras de los principales medios de comunicación; incluso percibo la distancia con la que buena parte de la población contempla -inactiva, como si la cosa no fuera con ella- el ambiente guerrero y militarista que avanza imparable; habla un supuesto especialista en temas internacionales que echa más leña al fuego y dice que Rusia no parará en Ucrania, pues su intención es invadir otros países de Europa.
Llama también la atención cómo varios dirigentes europeos piden de forma más o menos velada recuperar el servicio militar obligatorio, pues, según ellos, tenemos que preparar a la población para la guerra, que consideran cada vez más próxima e incluso inevitable. Esos mismos dirigentes, entre los que incluyo al Gobierno español, que con insistencia defienden la necesidad de aumentar de manera sustancial el presupuesto dedicado -me permito la licencia de utilizar este eufemismo- a «defensa», porque ese aumento representa -una mentira tras otra, en esas estamos- más Europa y una Europa más fuerte.
Escucho y veo todo esto y siento una mezcla de miedo e impotencia, y al mismo tiempo de indignación. Pienso, sobre todo, en mi hijo y en los jóvenes. En el mundo de mierda que están heredando. Pero también pienso en la pobreza del denominado primer mundo, en los desempleados, en los que malviven instalados en la precariedad permanente, en los que no pueden acceder a una vivienda digna, en las personas que tienen que padecer largas listas de espera para ser atendidas en los centros de especialidades y en los hospitales, en las mujeres que son víctimas y que sufren la violencia diaria del patriarcado, en las personas inmensamente pobres de los países en vías de desarrollo, en los millones que huyen de la miseria y de las guerras, en la destrucción -diría que prácticamente irreversible- del planeta.
Sí, pienso en esos problemillas sobre los que deberían volcarse todos los esfuerzos y me invade la tristeza, mucha impotencia y también rabia. Asimismo, me indigna que todo lo anterior esté quedando, de hecho, fuera de agenda o reducido a medidas tibias, insuficientes, cortinas de humo tras las que se encuentra la autocomplacencia de una buena parte de la clase política y el enriquecimiento de las oligarquías y las grandes corporaciones. Detrás está el capitalismo puro y duro. Yo no diría que el mundo, esta locura que estamos viviendo, se encuentre fuera de control; no nos equivoquemos, al mando están los que hacen negocio con las guerras, los que pretenden mantener e imponer sus privilegios con los conflictos, los que, amparados en el clima bélico, pretenden hacer valer sus intereses imperialistas y, al mismo tiempo, relegar a un muy segundo plano la lucha contra la desigualdad y el cambio climático.
Una coalición de intereses muy potente, cada vez más poderosa, que controla los principales resortes del poder económico y político, y que está imponiendo su agenda. Un regalo para las derechas populistas y los fascismos. Ni en sueños podían imaginar un escenario tan propicio a sus intereses. Esta es la realidad. Ya lo dejó dicho, con clarividencia, Naomi Klein: en los momentos críticos, de encrucijada, los intereses más reaccionarios imponen sus agendas, sin apenas resistencias. Mi pregunta, simple y directa, es: ¿dejaremos que nos lleven al desastre?
ISRAEL. Esto es un sionista hablando sin tapujos (vídeo 3 minutos)
https://insurgente.org/israel-esto-es-un-sionista-hablando-sin-tapujos/
MANIFIESTO PARA LA PROMOCIÓN DE UNA CANDIDATURA ELECTORAL “¡POR LA PAZ Y LA SOBERANÍA YA!”
En un manifiesto ampliamente circulado y firmado por más de cien persona, entre las que se encuentras activistas y políticos, se expresa una contundente condena al fascismo y al imperialismo, señalando cómo estas fuerzas se nutren de conflictos bélicos globales y haciendo un llamamiento a la constitución de una candidatura electoral por la paz y la soberanía.
El documento, – a cuyo contenido íntegro y rúbricas que lo suscriben puede acceder el lector pulsando este enlace-, ha sido publicado bajo el título «¡Por la Paz y la Soberanía YA!», articula una visión detallada sobre cómo las guerras contemporáneas, especialmente mencionando la crisis en Ucrania y el conflicto en Palestina, están siendo alimentadas por políticas exteriores agresivas de potencias como los Estados Unidos y la OTAN….
https://canarias-semanal.org/art/36025/manifiesto-para-la-promocion-de-una-candidatura-electoral-por-la-paz-y-la-soberania-ya
LA GUERRA QUE NO TE ANUNCIAN PERO SE ESTA LIBRANDO, por Tita Barahona.
…Es evidente que, como colonia de los Estados Unidos, los intereses de la Unión Europea están supeditados a los de la gran potencia norteamericana y su brazo militar, la OTAN -que no es una organización defensiva, como nos cuentan en las colonias, sino claramente ofensiva, como se puede comprobar en sus 75 años de historia. Unos intereses que son los del complejo militar-industrial, las grandes corporaciones, los bancos y los fondos de inversión, como el buitre Black Rock, de la clase capitalista del llamado bloque “occidental” enfrentada a la clase capitalista de la Federación Rusa y el “socialismo con características chinas” del gigante asiático. La historia, los motivos reales, el grado de responsabilidad de ambos bloques y sus distintas interpretaciones los dejamos, de momento, a los buenos analistas.
Por supuesto, los tambores de guerra también resuenan en el Reino de España, cuyo actual gobierno es, como los anteriores, fiel lacayo de EE.UU y de la OTAN.
… En realidad, de lo que no es suficientemente consciente la mayoría de la población a la que va destinado este bombardeo de mensajes belicistas es que llevamos tiempo siendo objetivo de una guerra no declarada pero no menos real y sentida por quienes dependemos de un salario o una pensión mínima para subsistir, que es la del capital contra el trabajo. O, para ser más exactos, una guerra de clases silenciada que, desde la década de los 70 del siglo pasado, con la ofensiva neoliberal, va ganando el capital con la inestimable colaboración de una “izquierda” que se volvió “compatible” con los intereses de aquél.
…Las bajas que esta guerra produce son numerosas, en ascenso progresivo y de distinta consideración. La caída de los salarios reales está aumentando los índices de pobreza entre la masa asalariada. En España, un 26% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social. La reciente subida del salario mínimo ha quedado por debajo de la de la inflación….
… Entre recortes en gasto social, desvío de fondos para armamento, evasión fiscal de las grandes fortunas y otros desfalcos, la riqueza que sólo la clase trabajadora genera ya no se redistribuye, sino que se distribuye hacia arriba. Los más de 60.000 millones con que el Estado español “rescató” a los bancos tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008, que no han devuelto, es un claro ejemplo de que, mientras las ganancias de los capitalistas son suyas privadas, sus pérdidas, por el contrario, se socializan (las pagamos entre todos), no así las pérdidas de las familias asalariadas….
…Los estados de angustia y ansiedad que estas situaciones provocan, a falta de unos sindicatos verdaderamente de clase, se tratan de aliviar mediante ansiolíticos y antidepresivos -somos, al parecer, el país donde más tranquilizantes se toman-, o a través de la adormidera de la telebasura, que, mientras nos idiotiza con trivialidades, no desaprovecha la ocasión para inculcarnos la idea de que vivimos en el “mejor de los mundos posibles”, ese mundo, que según Borrell, es un “jardín” rodeado de una “jungla” amenazante, y trata de desviar la atención de nuestro principal enemigo, el sistema capitalista…
…Para los “demócratas” y charlatanes de los derechos humanos, el sionismo, íntimo aliado de EE.UU, no merece sanciones económicas, ni bloqueos, ni condenas abiertas, ni expulsar a sus deportistas de las competiciones o a sus cantantes de Eurovisión (por cierto, creación de la OTAN), ni prohibir sus medios de comunicación….
… Ni Rusia, ni China, ni Irán son nuestros enemigos, menos aún sus clases trabajadoras. Ninguno de estos países tiene interés alguno en invadir Europa, una Europa desprovista hasta de fuentes de energía, pues cuentan con recursos naturales y humanos suficientes para hacer prosperar sus economías. Quienes nos hacen la guerra son los capitalistas de nuestros propios Estados y los gobiernos que operan en defensa de sus intereses. Contra ellos y sus alianzas belicistas, debemos dirigir nuestra lucha y alzar la voz:
NO A LA OTAN, NO A LA GUERRA, POR LA PAZ MUNDIAL Y EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO.
https://canarias-semanal.org/art/35985/la-guerra-que-no-te-anuncian-pero-se-esta-librando
El escenario ideal sería justo el opuesto al que estamos padeciendo en este entorno bélico con guerras declaradas en Ucrania, Palestina y tantos otros lugares de los que apenas o nada se habla. El ideal para los pacifistas es, obviamente, un mundo sin guerras ni pobreza. La cuestión es cómo alcanzarlo, cómo hacer posible ese otro mundo. No tenemos la respuesta. Nos queda al menos exigir y luchar a corto plazo por la celebración de una Conferencia de Paz mundial que ponga fin a las guerras existentes y al ambiente bélico que padecemos. Siendo realistas, no se me ocurre otra fórmula, más allá de salir a la calle a exigir el fin de las guerras y de las amenazas de futuras guerras y destinar los presupuestos bélicos a la construcción de la paz, a poner fin a la pobreza, a políticas medioambientales rigurosas, a mejor y ampliar la sanidad, educación y demás servicios públicos, y un interminable etcétera.
Me temo, que tal como veo de dormida y manipulada a la grey, especialmente a los jóvenes, dejaremos que nos lleven al desastre.
Yo no tengo dudas de que algo han echado en el medio ambiente, algo nos han hecho, para tenernos en este estado, como de semianestesia.
Cosas muchísimo más complicadas se han inventado.
Pulsión de muerte: fin de la humanidad, Marcelo Colussi.
Dado que nadie quiere perder en una guerra, el desarrollo de un conflicto bélico puede llevar a consecuencias impensables, a salidas virtualmente “locas”. De las guerras se sabe cómo comienzan, pero nunca cómo terminan. Nadie quiere disparar los misiles intercontinentales, pero si alguien los usa, la respuesta del otro lado es inevitable. Incluso, así se destruyera completamente una de las potencias enfrentadas, las respuestas van más allá de la intervención humana, porque son robots especialmente preparados los que devolverían el golpe, ya no los humanos vencidos. Y no hay antídoto contra eso. Si no es por la muerte instantánea en el momento de recibir los impactos, la lluvia ácida provocada por las posteriores nubes radiactivas, y el prolongado invierno nuclear que seguiría (noche permanente por al menos una década con temperaturas gélidas extremas, similar a lo que sucedió hace 65 millones de años con el aerolito que cayó en la península de Yucatán terminando con prácticamente toda forma viviente en aquel entonces), todo eso acabaría con toda la actual vida sobre el planeta por la falta de luz solar.
Un gran conflicto internacional, con misiles estratégicos, podría tornar el planeta invivible, con esas élites escapando a paraísos extraterrestres. Aunque suene a ciencia ficción, eso es pensable. De dispararse todo el potencial, es decir: de darse una tercera guerra mundial con armas atómicas, como dijo Einstein, “la cuarta sería a garrotazos”. Fue benévolo en su consideración, porque si se dispara toda esa energía, no quedaría nada en el planeta (la onda expansiva que se produciría alcanzaría la órbita de Plutón). Ya no llegaríamos ni a los garrotes: no quedaría ser humano alguno para contarlo.
Considerando todo lo anterior, Sigmund Freud, padre del psicoanálisis -que no era socialista propiamente, pero tenía un muy agudo pensamiento crítico progresista-, en una serena y madura reflexión de su senectud, dijo que una tendencia autodestructiva del ser humano (la pulsión de muerte, tal como él la concibió) terminaría imponiéndose, llevando a la desaparición de esta especie. Es una intuición, una hipótesis, indemostrable en principio; lo cierto es que, viendo el mundo actual marcado tan profundamente por los valores capitalistas, la misma tiene total sentido. El afán de ganancia (se permite destruir nuestra casa común, el planeta Tierra, si eso da dinero, business are business) y la búsqueda de poder y de imponerse sobre el otro (¿quién acepta perder en un conflicto?) nos pueden llevar a la catástrofe final. Es por eso que, en defensa de la humanidad, de toda forma de vida y del planeta que habitamos, el socialismo aparece como la única salida posible. Una vez más, cobra absoluta vigencia la reflexión de Rosa Luxemburgo, retomando a Engels: “Socialismo o barbarie”.
https://insurgente.org/marcelo-colussi-pulsion-de-muerte-fin-de-la-humanidad/
La guerra la quiere imponer EEUU en su propio beneficio y estos inútiles de políticos europeos, que le siguen el juego, para obtener los suyos, porque ,deben considerar que no cobran suficiente y que no nos exprimen suficiente con los impuestos.
Lo que no se dan cuenta , es que ellos y sus familiares , también pueden morir, pero se creen a salvo , porque tendrán su bunker preparado, que de poco les va a servir.
Se consideran especiales y con privilegios, pero la muerte nos llega a todos, la pena es que a los que tanto daño hacen gratuitamente, al resto de población, no sean los primeros.
Muerto el perro, muerta la rabia.