Sociedad
Lucía Lijtmaer: “Deforme Semanal es un nicho que se fue de madre”
«Toda historia femenina parte primero de una conversación que ha sido silenciada, y eso necesariamente te remite a algo emocional», asegura la escritora
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Para Lucía Lijtmaer, 2024 es el año de la autogestión. Junto a Isa Calderón, ha iniciado en el podcast Deforme Semanal una etapa nueva de forma independiente a Radio Primavera Sound para acercarse más a su público, ese que las ha aupado desde su nicho particular hasta un mainstream que ha alcanzado hasta un Ondas.
Hablamos sobre su último libro, la evolución del mundo de los podcasts y la cultura de la cancelación.
Periodista, escritora, comisaria cultural, traductora… ¿Cuál de estas facetas la define más?
Escritora. Porque todo lo anterior incluye el acto de escribir de una manera u otra.
Como escritora, reeditó el libro Casi nada que ponerte en 2023, donde hablaba sobre la construcción de la identidad. ¿Cómo ha cambiado su visión desde que lo escribió?
El libro para mí es muy importante desde un punto de vista personal porque trata temas que tienen que ver con la identidad y qué implica un exilio para una familia, en qué te convierte.
Tanto Casi nada que ponerte como Cauterio –y, en general, toda mi escritura– tienen en común esa deslocalización de personajes que están fuera de su hábitat natural. En el fondo, creo que todo parte de ahí; de alguna manera, desde mi narrativa familiar, yo también.
En el libro Ofendiditos (2019) trata el tema de la criminalización de la protesta y las amenazas a la libertad de expresión. ¿Eso ha cambiado si tenemos en cuenta, por ejemplo, la difusión que se le dio a las protestas de la calle Ferraz?
Ofendiditos es un libro que terminé justo cuando Vox entraba en las instituciones andaluzas. Y me parece de un cinismo tremendo que aquellos que entonces los consideraban un fenómeno curioso, ahora hagan esta especie de «que viene el lobo» cuando les han dado un espacio constante en los medios de comunicación. Creo que hoy en día hay mucha más diversidad mediática y que, teóricamente, tiene que ser una buena noticia; pero cuando se usa para la difusión de bulos o de proclamas que rayan en la persecución, ya no lo es. Creo que el periodismo de declaraciones ha sustituido al periodismo de datos. Pero a mí no me importa lo que haya dicho Trump, sino lo que ha hecho.
¿Cree que esa especialización está pasando en los ‘podcasts’?
Sin duda. Creo que en España ha habido una cierta sobresaturación del podcast conversacional -del que nosotras formamos parte pero, como somos más pioneras, tenemos esa pequeña medallita [risas]-. Me gustaría ver más podcasts de investigación periodística, más slownews, reportajes o ficciones.
Hay formatos que me parecen muy interesantes, como por ejemplo El Hilo, para poder dar cobertura a la política internacional latinoamericana.
¿Es Deforme Semanal un podcast de nicho?
Creo que lo somos porque hablamos de la cultura que nos interesa. Fíjese, ahora estoy escribiendo sobre el cuerpo de Serena Williams y voy a estar 45 minutos hablando de algo así [risas]. No seguimos una agenda. Tenemos una óptica feminista, pero creo que lo que distingue un poco a Deforme Semanal es nuestra audiencia, que es muy buena. Somos un nicho que se fue de madre, ¿no? Lo cual no está mal.
¿Y quién cree que está en ese nicho?
Las conozco porque nos vienen a hablar. Tenemos un público muy feminizado –aunque cada vez hay más hombres–, que va desde los veintipico a los 70 años. Mujeres interesadas en la difusión cultural, por un lado, y luego en el relato de experiencias femeninas, por otro. Es decir, qué pasa con las emociones de las mujeres, con el amor, con el rechazo, con la salud mental. Cosas que nosotras, como amigas, nos contamos a veces de una manera muy prosaica pero que conectan con la gente.
Les dieron el Ondas a Mejor Podcast en 2021.¿Los gustos de las mujeres han ganado protagonismo en este tipo de galardones?
Creo que todas las que hacemos este tipo de contenidos hemos mostrado que lo que le interesa a las mujeres es lo que le interesa a la mitad de la población; y que esos intereses pueden ser muy diversos. La experiencia femenina, ahora, también es una experiencia importante.
¿Por qué cree que en los ‘podcasts’ hechos por mujeres acabamos hablando de emociones?
Todo lo que nos interesa es un cierto espejo de la experiencia propia. Y como nosotras elegimos qué queremos contar, siempre acaba habiendo algo emocional. Luego creo que también la experiencia de las mujeres ha sido siempre la otra, una experiencia más oculta. Toda historia femenina parte primero de una conversación que ha sido silenciada, y eso necesariamente te remite a algo emocional.
«No lo olvidéis: las mujeres hablamos entre nosotras, y tenemos un disco duro que flipas con toda esa información». Esta frase suya se hizo viral cuando se conoció la acusación de abuso sexual contra el cineasta Carlos Vermut. ¿Eso es su ‘podcast’, un espacio seguro para hablar?
Ha acabado siendo eso sin haberlo premeditado. Ha habido momentos en los que nuestras confesiones alcanzaron un nivel tan alto que tuvimos que cortar trozos. Me emociona mucho que se haya usado mi frase, pero me parece muy importante que eso que dije sea un primer paso, no el último.
Hace unos años hablaba de la cultura de la cancelación y la definía como un «espejismo». ¿Cree que sigue siendo así?
Sí, y eso que a nosotras nos han intentado callar.
¿De qué manera?
Quizá no callar directamente. Nadie nos ha censurado ni nos ha cerrado el teatro. Pero sí hemos sido sujeto de críticas muy feroces y violencia muy explícita en redes, pero nosotras no lo llamamos censura ni cancelación. Mientras todo el mundo tenga la posibilidad de decir lo que quiera, en el espacio que quiera, me parece un despropósito hablar de censura. Sobre todo porque hay gente que sí ha sufrido censura real.
¿Qué futuro le espera a Deforme Semanal?
Desde este año, estamos de manera independiente. Hemos vuelto a la autogestión. Queríamos tener las riendas completas del trabajo que hacemos. Ahora también tenemos contenido extra para quien se suscriba a nuestro canal y nos está funcionando. ¿El futuro? Pues no sé, somos de hacer las cosas muy orgánicamente. De momento, el futuro es la autogestión. Luego ya veremos.