Cultura
‘Oppenheimer’ cumple los pronósticos y domina el palmarés de los premios Oscar
El ‘biopic’ sobre el padre de la bomba atómica se llevó siete estatuillas y zanjó su duelo con el otro fenómeno cinematográfico de 2023: ‘Barbie’.
Tras cinco nominaciones sin premio, el cineasta británico Christopher Nolan puso anoche punto final a su esquiva relación con los Oscar en la gala celebrada en Los Ángeles. Oppenheimer, su biopic sobre el padre de la bomba atómica, ganó siete premios, incluidos los de mejor película, mejor dirección y mejor actor, para Cilliam Murphy. Los españoles Juan Antonio Bayona y Pablo Berger, nominados por La sociedad de la nieve y Robot Dreams, se fueron de vacío en una gala plácida, sin incidentes, incluso un poco aburrida, en la que hubo pocas referencias (tímidas e indirectas) a la masacre que tiene lugar en Gaza.
El único que de verdad pidió expresamente el alto el fuego a Israel fue Jonathan Glazer, cuando subió al escenario para recoger su estatuilla a la mejor película internacional por La zona de interés. La cinta, basada en la novela de Martin Amis, retrata la vida de los jerarcas nazis junto al campo de concentración de Auschwitz, pero según el director inglés, no es una historia que esté hablando del pasado. «Todas las decisiones sobre la película se tomaron para reflexionar y confrontarnos con el presente», aseguró. «No se trata de decir: ‘Mira lo que hicieron’. Se trata más bien de decir: ‘Mira lo que estamos haciendo ahora’. Nuestra película muestra hacia dónde conduce la deshumanización en su peor momento».
«Ahora mismo, estamos aquí como hombres que rechazan su judaísmo [Glazer y su productor, James Wilson, son judíos] y el Holocausto, que ha sido secuestrado por una ocupación que ha empujado al conflicto a tantas personas inocentes, ya sean las víctimas del ataque del 7 de octubre o las que están sufriendo el actual ataque sobre Gaza», añadió.
El actor Cilliam Murphy fue menos explícito y dedicó su premio «a quienes luchan por la paz en todo el mundo». Es el primer intérprete irlandés nacido en la isla que gana el Oscar desde 1990, cuando lo hiciera Brenda Fricker por Mi pie izquierdo. Secundario habitual en las películas de Nolan, Oppenheimer significa su primer papel protagonista en una gran producción de Hollywood.
La película también ha significado la consagración oficial de Robert Downey Jr., que se alzó con el Oscar al mejor actor de reparto. No necesitaba ningún premio para demostrar que es un intérprete de enorme talento y carisma arrollador, pero sí para entrar por la puerta grande en el ámbito del cine de prestigio. En su irónico discurso, agradeció el galardón a su «terrible infancia», a su esposa (la productora Susan Downey), «que lo rescató del refugio de animales» y a su abogado, que tuvo que sacarlo tantas veces de la cárcel. Económicamente hablando, el Universo Cinemátográfico de Marvel también lo ayudó a borrar un pasado marcado por las polémicas y las adicciones y lo convirtió en una estrella global gracias a su papel de Ironman. Nolan, simplemente, le ha puesto el lazo a su historia de redención.
Visiblemente emocionada recogió su premio Emma Stone por su papel protagonista en Pequeñas criaturas. Ella es sin duda lo mejor de la comedia negra de Yorgos Lanthimos, un fastuoso (aunque polémico) alegato feminista que ganó otras tres estatuillas (a maquillaje, vestuario y diseño de producción). La emoción de la actriz provenía sin duda de la sorpresa, ya que la temporada de premios apuntaba claramente a que Lily Gladstone, la primera nativa americana nominada en la historia de la Academia, se alzaría con el Oscar. No fue así, culminando el fiasco de Los asesinos de luna, de Martin Scorsese: 10 nominaciones y ningún premio.
La otra gran decepción de la noche fue Barbie, aunque su fracaso estaba ya bastante perfilado desde el día en que se anunciaron las nominaciones. El olvido de su directora, Greta Gerwig, y de su actriz y principal artífice, Margot Robbie, ha marcado la trayectoria en los Oscar de la película más taquillera del año (ha recaudado más de 1.400 millones de dólares en todo el mundo). Llegó con ocho nominaciones y sólo alzó una estatuilla: la de mejor canción, que se llevó Billie Eilish por What Was I Made For? Y hasta eso tuvo un cierto sabor amargo, porque había otra canción de Barbie nominada, I’m Just Ken, que a la postre fue el punto culminante de la gala. La tronchante interpretación que hizo Ryan Gosling (acompañado en el escenario por un coro de bailarines y por Slash, el guitarrista de Guns N’ Roses) puso en pie a todo el auditorio del Dolby Theatre.
El resto de premios estuvo bastante repartido. Así, el Oscar al mejor guion original fue para la ganadora en Cannes y gran triunfadora en la gala del cine europeo, Anatomía de una caída. No es extraño que Hollywood premie guiones de películas extranjeras. Pietro Germi, Claude Lelouch, Pedro Almodóvar o Bong Joon Ho han pasado por esa experiencia. Ayer le tocó hacerlo a Justine Triet, y su Oscar (uno de cinco nominaciones) hace justicia a la que es sin duda una de las mejores películas del año.
Más inesperado fue el Oscar al guion adaptado, que obtuvo Cord Jefferson por American Fiction. El filme ni siquiera se ha estrenado comercialmente en España, lo hizo directamente en la plataforma de Amazon Prime Video. Sin embargo, fue uno de los títulos más aplaudidos en el festival de Toronto, que siempre es un buen termómetro de las películas que hay que ver. Quizás las distribuidoras pensaron que el tema era demasiado estadounidense para el público español: cuenta la historia de un escritor afroamericano de clase media alta, autor de sesudas novelas de corte europeo, que no alcanza el éxito hasta que esconde su firma, abraza el estereotipo y publica lo que el público considera «una típica historia de negros», es decir, un thriller de bandas violentas y traficantes de droga. Blackie Books estuvo muy fina y muy clarividente cuando publicó, ya en 2011, X, la traducción de la divertidísima novela de Percival Everett en la que se basa la película.
Pero, aparte de Jefferson, hubo otra persona negra que triunfó anoche en la gala de los Oscar, y esta vez sí que tenía todas las papeletas para hacerlo: Da’vine Joy Randolph, mejor actriz de reparto por Los que se quedan, la maravillosa película de Alexander Payne. Ambientada en 1970, la cinta cuenta la historia de un trío de personajes (un profesor pedante, un alumno rebelde y una cocinera) que se ven obligados a pasar la Navidad juntos y solos en un internado para niños pijos de Massachusetts. Ella, la cocinera, es madre de un joven que ha muerto en la guerra de Vietnam, adonde fue reclutado por no poder acceder a la universidad. Era tan brillante como cualquier otro chico del internado, pero su color de piel y su clase social lo condenaron. Da’vine Joy Randolph, con lágrimas en los ojos, agradeció su premio «a todas las mujeres» que la ayudaron en su carrera, desde su madre a su publicista, pasando por su profesora de teatro, que la acogió con dulzura cuando era «la única niña negra de su clase». Su actuación en Los que se quedan es uno de esos prodigios que no se olvidan. Se queda… para la historia.
Premios en las principales categorías
Mejor película
Oppenheimer, de Christopher Nolan
Mejor dirección
Christopher Nolan por Oppenheimer
Mejor actriz
Emma Stone por Pobres criaturas
Mejor actor
Cilliam Murphy por Oppenheimer
Mejor actriz de reparto
Da’vine Joy Randolph por Los que se quedan
Mejor actor de reparto
Robert Downey Jr. por Oppenheimer
Mejor película internacional
La zona de interés, de Jonathan Glazer
Mejor película de animación
El chico y la garza, Hayao Miyazaki
Mejor guion original
Justine Triet y Arthur Harari por Anatomía de una caída
Mejor guion adaptado
Cord Jefferson por American Fiction
Mejor documental
20 días en Mariúpol, de Mstyslav Chernov
Mejor montaje
Jennifer Lane por Oppenheimer
Mejor fotografía
Hoyte van Hoytema por Oppenheimer
Mejor sonido
Tarn Willers y Johnnie Burn por La zona de interés
Mejor banda sonora
Ludwig Göransson por Oppenheimer
Mejor canción
Billie Eilish y Finneas O’Connell por Barbie
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