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Dossier #LaMarea99 | Robots asesinos
Asistimos a una carrera de rearme global en el que ya hay máquinas con la capacidad para matar sin la intervención humana. Dedicamos el dossier de este número a la lucha por regular este tipo de armas y al desafío ético que representan. Además, viajamos a México, Angola, Marruecos, la Antártida o el parque de Yellowstone.
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En este nuevo número, La Marea dedica el dossier principal de su revista a los esfuerzos por regular el uso de los sistemas de armas autónomas letales, conocidos como «robots asesinos». El pasado mes de octubre, nuestras compañeras Magda Bandera y Patricia Simón realizaron un viaje por Estados Unidos que las llevó a Boston, Waltham y Nueva York, donde entrevistaron a especialistas en esta materia que se habían reunido en la sede de Naciones Unidas. Uno de ellos es Peter Asaro, quien observa la multiplicación de estas nuevas armas con enorme preocupación. «Si no establecemos normas para controlar su uso militar, veremos su proliferación en el uso policial, civil, para el control fronterizo… Y los gobiernos autoritarios las emplearán con sus poblaciones», avisa.
Asistimos a una carrera de rearme global en la que ya hay máquinas con la capacidad de decidir matar a una persona y de hacerlo sin mediación humana. Están programados para ello, en virtud, supuestamente, de oscuros algoritmos proporcionados por la inteligencia artificial. Muchos de sus fabricantes se escudan en que los robots que producen no están inicialmente diseñados para matar.
Hasta cierto punto es verdad, como demuestra el perro-robot que están desarrollando en el Módulo de Investigación en Cibernética de la Universidad de León (y que Cristina García Casado ha podido ver de cerca para escribir sobre él en este número). Su objetivo es convertirlo en un perro pastor para el ganado; Estados Unidos lo usa, en cambio, para vigilar instalaciones militares. Algunos robots similares han sido modificados para integrar armas de fuego en su mecanismo.
El futuro que augura esta tecnología (que está siendo probada ahora mismo en Ucrania y Gaza), a pesar de que se publicite como «quirúrgica» y hasta «infalible», es aterrador. Y ese es el espíritu recogido en nuestra ilustración de portada. La firma David Rubín, uno de los dibujantes fundamentales del cómic contemporáneo. Traducido a varias lenguas y habitual de los festivales más prestigiosos del mundo, trabaja frecuentemente para el mercado norteamericano y ha estado nominado cuatro veces a los premios Eisner, los Oscar del mundo del cómic. Su último título, El fuego, es una obra monumental que ha obtenido el favor de la crítica y el público.
Al margen del dossier principal, viajamos por todo el mundo en busca de historias interesantes. Por ejemplo a Israel, donde, aunque no lo parezca, hay un activo movimiento en contra de la masacre desatada por Benjamin Netanyahu en Gaza y de la ocupación de Cisjordania. David Melero ha fotografiado sus protestas, vigiladas siempre de cerca por la policía y el ejército. Aunque destacan por la ausencia de incidentes, muchos manifestantes son detenidos en el transcurso de las mismas. Sacar un cartel con la palabra «genocidio» puede significar el arresto automático.
También contamos con un hermoso avance editorial, el del libro Historias de Cubal (publicado por Baile del Sol). En él, Cristina Bocanegra e Israel Molina, especialistas en enfermedades infecciosas, reúnen un delicado conjunto de crónicas sobre esta región de Angola en el que mezclan historia, antropología y ciencia médica en un texto, además, de enorme valor literario. El libro está ilustrado con fotografías de Jesús Robisco.
Óscar F. Civieta y Dani Domínguez están detrás de un reportaje sobre la pederastia en la Iglesia tomando como referente el caso de David Pérez, un exsacerdote que colgó los hábitos después de haber sufrido y presenciado abusos sexuales en el seminario Santa María Reina de Torreón, en Coahuila, al noroeste de México.
Pablo Batalla Cueto escribe sobre una aplaudida iniciativa cultural del Ayuntamiento de Mieres: la «Caja de Resistencia» para artistas y obras censuradas por la extrema derecha. Su primera actividad fue una lectura dramatizada de Muero porque no muero, la pieza teatral de Paco Bezerra vetada en Madrid.
En el capítulo del análisis político contamos con la presencia de Constantino Bértolo, editor, crítico literario y voz autorizada dentro de la izquierda. Bértolo examina la opción que hoy representa Sumar y se pregunta si su afabilidad y su alejamiento de los conceptos clásicos del marxismo (clase, proletariado, capital) es una buena estrategia a largo plazo.
Pablo García, por su parte, firma un reportaje sobre la ausencia de trenes nocturnos en España. Existen en toda Europa y son un modelo de éxito. ¿Por qué esta extensa red ferroviaria se corta de repente en los Pirineos? Es sabido que el tren es un medio de transporte mucho más sostenible que el avión (globalmente, emite 28 veces menos CO2). En un contexto de crisis climática parecería una buena idea resucitar la oferta nocturna del tren en España, un modelo que, además, funcionó con normalidad durante más de un siglo. Por el momento, no entra en los planes de nadie.
Laura Galaup nos cuenta la campaña de crowdfunding que ha conseguido arrebatar a una compañía minera unos terrenos colindantes con el parque de Yellowstone. La empresa pretendía realizar allí sus prospecciones en busca de oro, lo que hubiera puesto en peligro una parte del gran santuario de la vida natural en Estados Unidos.
El pasado mes de septiembre un terremoto derribó barrios enteros de Marrakech. La catástrofe costó miles de vidas. Sin embargo, en el mismo epicentro del seísmo, en el Alto Atlas, algunas edificaciones resistieron inesperadamente el temblor: las casas tradicionales hechas de barro. Aristóteles Moreno recoge las opiniones de especialistas sobre el terreno para explicar la resistencia de este rico patrimonio arquitectónico.
Juan F. Samaniego entrevista a la oceanógrafa Marta Estrada, toda una institución en su campo científico y una de las pioneras españolas en la investigación en la Antártida. Ana Veiga, por su parte, charla con la escritora Lucía Lijtmaer sobre su obra literaria y sobre Deforme semanal, el show y el podcast que realiza junto a Isa Calderón.
El Periscopio, el suplemento cultural de La Marea (con ilustración de portada de CacheteJack), viene muy musical en este número. Adriana Bertorelli firma un reportaje sobre las peculiaridades de la música contemporánea, esa que no se puede tararear y que puso los auditorios patas arriba en el siglo pasado. Dani Domínguez, por su parte, habla con miembros de la banda de Robe Iniesta para intentar explicar las claves del éxito de su rock poético y radical, aún masivo 30 años después del nacimiento de Extremoduro.
Y para finalizar, la filósofa Ana Carrasco Conde aplica en su sección El Incordio el famoso «dilema del tranvía» al tema central de esta revista: los robots. El dilema del tranvía habla de accionar una palanca para desviar un vehículo que se aproxima a una persona y salvarle así la vida; pero al accionarla, ese desvío puede matar a otras cinco personas. Se trata de una reflexión sobre la responsabilidad. ¿Cuándo somos más responsables, cuando no hacemos nada y dejamos morir a una persona o cuando sí actuamos? ¿La existencia de estos robots asesinos no se fundamenta, de alguna manera, en la pretensión de eludir (con trampas, o algoritmos, o inteligencia artificial) la responsabilidad de matar?
Hasta el próximo número 100 (una revista que saldrá en mayo y que será especial por muchos motivos), os deseamos una buena lectura.