Medio ambiente
Voluntarios denuncian la falta de operarios de la Xunta en la recogida de pellets: “No he visto a ninguno en varias playas”
Coinciden en que el grueso de la recogida de pellets no está siendo acometido por personal contratado, sino espontáneo. Y denuncian el incumplimiento de los protocolos.
Mariló asegura haber acudido como voluntaria a la recogida de pellets desde que tuvo conocimiento del desastre: “He estado en diferentes playas y la verdad es que nunca he visto a ningún operario”. Comentarios como el suyo se repiten entre las personas que acuden por su cuenta para ayudar en las labores de limpieza tras el vertido del buque Taconao, como muestran los diferentes grupos de WhatsApp en los se coordinan los voluntarios y voluntarias, y donde las quejas sobre la falta de medios puestos a disposición por parte de la Xunta de Galicia son continuas.
El 10 de enero, el presidente gallego, Alfonso Rueda, aseguró que, en esos momentos, el Gobierno autonómico contaba con un dispositivo que “pronto” llegaría a los 300 efectivos “contratados por la Xunta de Galicia, dirigidos por la Xunta de Galicia”. En la actualidad, desde la Consellería do Mar sostienen que el número de trabajadores ha aumentado y ya supera los 400. Entre ellos se encuentran agentes ambientales, personal del Parque Nacional marítimo-terrestre das Illas Atlánticas y del Parque Natural de Corrubedo e Lagoas de Carregal e Vixán, efectivos de Gardacostas y personal contratado de las empresas públicas Tragsa y Seaga.
Mientras el personal aumenta, múltiples testimonios siguen denunciando que el grueso de la recogida de los pellets en las playas está siendo acometido por espontáneos que ayudan en su tiempo libre. Antón, a través de una conversación en WhatsApp, asegura no haber visto “a nadie de a Xunta” durante los tres días en los que recorrió “cinco o seis playas” de la Illa de Arousa.
En otros casos, los voluntarios aseguran haber visto a trabajadores de la Xunta, aunque pocos y durante un tiempo muy escaso. Así lo explica, por ejemplo, Olalla, quien afirma haber estado recogiendo pellets en la playa de Espiñeiro, en el municipio de Oleiros, donde solo vio a cuatro operarios públicos. Andrea, voluntaria del concello de Bueu, afirma haber visto a dos operarios que bajaron a la playa de Ancoradouro un total de cinco minutos: «Solo observaron, cogieron unos pocos pellets en la mano (les ayudamos los voluntarios a escogerlos de la arena) para contar cuántos había. Con eso, nos dijeron que harían un cálculo de cuántos había en un metro de arena, y se fueron». Mientras, asegura Andrea, los voluntarios siguieron limpiando.
Para Manuel Santos, coordinador de Greenpeace en Galicia, el operativo de la Xunta de Galicia no es lo “suficientemente amplio” para acometer el ingente trabajo que hay que realizar en la costa gallega: “Galicia tiene 1.000 playas y, aunque no a todas han llegado pellets, la Xunta dice que está limpiando unas 50, las más conocidas. No se puede dejar el peso de esto en mano de los voluntarios, que tienen sus vidas, sus trabajos… Es la administración la que debe coordinar el operativo”, explica el activista, que, sin embargo, reconoce la enorme dificultad que supone limpiar los 1.500 kilómetros de costa de la región.
Ayuntamientos como el de Ribeira están organizando batidas de voluntarios para tratar de recoger la máxima cantidad de pellets posibles. A una de ellas acudió Luis Fresco, quien también coincide en que la falta de operarios es clave: “Cuando yo fui estábamos como unos 100 voluntarios y 3 técnicos contratados. Esa es la proporción”, se queja. Según Fresco, el operativo de la Xunta de Galicia “está hecho para aparentar”: “Hay tan pocos trabajadores que el tiempo que tienen es mínimo. No es que trabajen mal, es que el operativo no funciona”.
Supuesto incumplimiento de los protocolos
Otra de las denuncias más recurrentes por parte de los voluntarios y voluntarias está relacionada con el incumplimiento de los protocolos que la Xunta ha establecido para la recogida de los pellets en las playas. Así lo hizo saber Carmen en uno de los grupos de WhatsApp: “Esta mañana, en la playa de San Amaro [A Coruña], los gránulos estaban muy mezclados con las algas. Había seis operarios de la Xunta que barrían y después lo echaban todo a un cubo con agua, pero tanto los gránulos como las algas flotaban y con un colador lo echaban todo a un saco blanco de plástico”.
Carmen aportaba una foto en la que se podía ver un gran saco en el que, la mayor parte del contenido, eran algas y otro tipo de materia orgánica.
El protocolo establecido por la Xunta “para la recogida de pellets plásticos en la costa” y dirigido al “personal contratado”, no a los voluntarios, establece como recomendación “no extraer de la playa elementos naturales como: algas, conchas, arenas, etc.”. La administración regional pide también “intentar recoger la menor cantidad de arena posible”, ya que, recuerda, esta “es importante para la playa”. Por ello, recomiendan utilizar cribas o depositar lo recogido en cubos con agua para que los pellets floten y puedan ser retirados.
Esta es la forma de trabajar de la mayoría de los voluntarios, que suelen tirarse en la arena para recoger los pellets de uno en uno a mano o ayudándose de coladores y otros elementos artesanales que les permitan filtrar y, de esta forma, no retirar arena de la playa. Guillermo, otro voluntario, ha hecho llegar a este medio un vídeo en el que se puede apreciar un gran cubo rojo totalmente lleno de materia orgánica (conchas en su mayoría) al lado de una camioneta tipo pick up de la empresa Ardentia Marine, especializada en buceo profesional y salvamento marítimo. En la caja del vehículo, varios sacos amarillos cargados de materia orgánica y pellets.
Ardentia Marine es la empresa contratada por la aseguradora del buque Toconao para realizar la limpieza del vertido. En algunas de las fotos publicadas en prensa, los trabajadores y trabajadoras contratados por la compañía sí estarían utilizando cribas en los trabajos de recogida. Este medio ha preguntado a la empresa sobre el número de personas que integran el dispositivo de limpieza, así como sobre los protocolos, pero no ha obtenido respuesta por el momento. La Xunta de Galicia, por su parte, tampoco ha especificado si los operarios públicos están cumpliendo o no sus propios protocolos.
“Si la limpieza es agresiva, puede alterar más el hábitat que contribuir a disminuir el impacto”, explica Julián Blasco, investigador del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según este químico experto en contaminación marina, en el caso de los pellets “es importante que la labor sea bastante cuidadosa”: “Si uno altera el hábitat, puede estar condicionando que la existencia de organismos se desarrolle adecuadamente”.
Blasco considera que transportar la materia orgánica en sacos o cubos para filtrarla a posteriori “no es la mejor opción”, ya que provocará la muerte de la mayor parte de los organismos vivos: “Algunos sobrevivirán, pero otros no, dependiendo del tratamiento que le den y el tiempo que pase. Pero no es recomendable. La mejor opción es que lo filtren con todo el cuidado que puedan en la zona de la playa”.
Annika, otra voluntaria, asegura haber coincidido con cuatro operarios de Ardentia Marine en la playa de Basoñas, en la localidad de Porto do Son, el sábado 13 de enero: “Llegamos a la playa una amiga y yo y, en ese momento, solo había un trabajador de la empresa. Le dijimos que veníamos a ayudar y que podíamos colaborar con él porque traíamos mucho material. Y lo único que me dijo fue “ajá”, se giró y siguió a lo suyo”, explica.
La voluntaria relata que el trabajador apenas contaba con una escoba y un recogedor, por lo que las zonas por las que ya había pasado seguían llenas de pellets. Media hora después, añade, llegaron tres operarios más pisando las dunas: “Les afeamos la conducta y les dijimos que eso estaba prohibido y que tenían una pasarela al lado. Refunfuñaron y nos dijeron que estaban muy cansados, que llevaban muchas horas trabajando”, asegura. De acuerdo con el testimonio de Annika, “estuvieron cinco minutos de reloj” en la playa, “pisotearon todo” y se fueron: “Así es imposible recoger nada”, se queja.
No es este, sin embargo, el único punto de los protocolos de la Xunta de Galicia que la propia administración estaría supuestamente incumpliendo. Tal y como ha demostrado La Sexta, los operarios públicos no están utilizando los guantes de nitrilo que se recomienda usar en dichos documentos.
Los medios de la Xunta, parados durante días
En respuesta a las preguntas de lamarea.com, el Gobierno gallego reitera “la necesidad” de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez “movilice medios para atajar en la medida de lo posible el episodio en el mar y minimizar la llegada de pellets a las playas”. Asimismo, añaden que “la Xunta tiene desplegados medios aéreos y marítimos para tratar de localizar sacos de pellets en el mar”. Un dispositivo, explican, compuesto por dos helicópteros del Servizo de Gardacostas, cuatro embarcaciones de gran porte y ocho patrulleras de menores dimensiones.
De nuevo, La Sexta ha mostrado que parte de estos medios han estado parados durante días a pesar de que la Xunta de Galicia ya tenía conocimiento del vertido de pellets. Así, aunque fue el día 3 de enero cuando se dio el primer aviso, los helicópteros no realizaron vuelos hasta el día 12 enero, es decir, nueve días después. Por su parte, otra de las grande embarcaciones, no salió del puerto hasta el día 11 de enero.
Muy acertado el primer y único comentario aquí escrito. Lo que no entiendo es que tiene que ver con el contenido del artículo
Hasta hace poco tiempo, los profesionales mencionaban «trabajadores», ahora han cambiado y a los trabajadores los llaman operarios o empleados, también se decía que había partidos políticos ahora son fuerzas, se decia que había derechas e izquierdas, ahora se cambia y se dice conservadores y progresistas, ya no comemos tomates, los consumimos. Todos estos cambios y muchos más se han dado en un corto periodo de tiempo.
El principal vehículo de transmisión cultural, es el lenguaje, cuando con la práctica se fomenta el deterioro, se esta contribuyendo activamente a su perdida de identidad y a su fragilidad para trasmitir entendimiento. Aunque tengo que decir que esa práctica no es improvisada.