Medio ambiente
Pellets: un problema que va mucho más allá del vertido en Galicia
La Fiscalía de Tarragona ha vuelto a abrir por tercera vez una investigación sobre los vertidos de pellets que desde hace años se encuentran en las playas de la provincia
Los pellets son, en España, “una de las fuentes con mayor aporte de microplástico al mar”, según advierte un documento del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), un organismo público dependiente de los ministerios de Transporte y para la Transición Ecológica. Y lo eran antes del vertido del buque ‘Taconao’, a pesar de que, hasta ese momento, se trataba de un material prácticamente desconocido para la mayoría de la población.
El problema de España con los pellets y el medio marino, sin embargo, es histórico, y los vertidos de los también llamados nurdles, más recurrentes de lo que cabría imaginar, aunque no de la forma en la que ha ocurrido en Galicia.
De acuerdo con los datos del CEDEX, en 2022, los pellets fueron el tercer tipo de microplástico más común encontrado en las 17 playas sobre las que se realizó el estudio, suponiendo un 13% del total de las partículas recabadas durante los muestreos, solo por detrás de los fragmentos de plástico y el poliespán. El informe subraya, sin embargo, que tanto los pellets como los gránulos de poliespán “disminuyeron significativamente” en los últimos años.
Así, en estudios de años pasados, los pellets representaron la principal fuente de microplásticos hallados en las playas, con porcentajes de entre el 46% y el 64% en campañas como las de 2016, 2018 y 2019. El CEDEX alerta, no obstante, que este tipo de partículas “solo aparecen en algunas de las playas analizadas”, no en todas, aunque “en grandes cantidades, lo que aumenta el promedio significativamente”.
Entre estas, el organismo público destaca los casos de Itzurun, en Zumaia (Guipúzcoa), Lambra, en la isla de La Graciosa, Famara, en Lanzarote, y en la playa de La Pineda, en el municipio de Vila-Seca, en Tarragona. Esta última ha sido una de las pocas zonas que ha recibido atención mediática en los últimos años gracias al trabajo de organizaciones como Good Karma Projects y Surfrider, las cuales llevan años denunciando la inundación de pellets que sufren las playas en esta parte del litoral catalán.
El pasado 15 de enero de 2024, la Fiscalía decidió volver a investigar los vertidos encontrados en las playas de Tarragona al considerar que podrían ser objeto de un delito medioambiental. Unos días antes, la Conselleria de Acción Climática de la Generalitat de Catalunya inició un expediente sancionador contra un total de 13 empresas por estos mismos vertidos.
Según explicó el fundador de Good Karma Projects, Jordi Olivia, en una entrevista con lamarea.com el pasado verano, a finales del año 2018, mientras surfeaba en la playa de La Pineda, encontraron “millones de pellets” repartidos por la arena: “Era como si hubiese nevado”, destacaba. Ese fue el inicio de una campaña para denunciar la contaminación por este tipo de material en las playas de la zona.
Según el Perfil Ambiental de España 2020, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la playa de La Pineda es la que “recibe la mayor proporción de pellets de pre-producción” de todas las analizadas. El documento es claro y señala la “proximidad” de esa zona “a una importante concentración de industrias del sector de la fabricación y transformación de plásticos”.
A unos 12 kilómetros en línea recta de la playa, se encuentran muchas de las compañías del Complejo Petroquímico de Tarragona, el mayor del sur de Europa. Allí, solo las compañías que forman parte de la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT) producen más de dos millones de toneladas de este material cada año, aunque tienen capacidad para llegar a hasta cinco millones anualmente.
Pero, ¿cómo podrían recorrer los pellets esa docena de kilómetros hasta La Pineda? El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas ya lo explicó en un informe anterior: “La pérdida de pellets puede suceder durante la producción y transformación y en cada uno de los procesos logísticos: transporte, almacenamiento, ensacado, paletizado, carga y descarga y lavado de camiones cisterna”. Este material perdido en los diferentes procesos puede acabar siendo arrastrado hacia los ríos debido a la escorrentía del agua de la lluvia y, por último, terminar en el mar. Las corrientes marinas terminan el trabajo haciendo que estos lleguen a algunas costas y playas.
La desembocadura del Francolí, el río que más cerca pasa del Complejo Petroquímico es señalada como una de las principales áreas de acumulación potencial de pellets, lo que vendría a corroborar esta explicación.
Un vertido cada día y medio
Los últimos estudios del CEDEX no ofrecen datos reales ni estimados de emisiones de esta materia prima al medio ambiente. Hay que remontarse a junio de 2017 para encontrarlos; en concreto, en un informe técnico del mismo organismo para el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cuyos cálculos, sin embargo, se realizaron en 2015. En este documento, el CEDEX estima que ese año se vertieron al mar 5.088 toneladas de pellets “originados durante las operaciones de transporte, carga y descarga”, a los que hay que sumar otras 622,5 toneladas procedentes de las etapas de producción.
En total, ese 2015, 5.710 toneladas de pellets habrían acabado en el medio marino; esto es 217 veces el vertido producido frente a las costas de Galicia. Ese año, de acuerdo con estas estimaciones, cada día y medio se habría producido en España un vertido como el del ‘Taconao’.
La Comisión Europea, por su parte, calcula que los pellets vertidos al medio ambiente en Europa suponen entre 52.140 y 184.290 toneladas anualmente. Organizaciones ecologistas han señalado las costas de Puglia, en Italia, y el puerto de Amberes, en Bélgica, como puntos calientes de acumulación de estas pequeñas esferas de plástico.
Los últimos informes oficiales, sin embargo, sostienen que la pérdida de pellets en España ha disminuido “significativamente” en los últimos años. lamarea.com ha tratado de recabar datos o estimaciones recientes a través del Ministerio para la Transición Ecológica pero no ha obtenido respuesta. El departamento que dirige Teresa Ribera, asimismo, no ha explicado a este medio qué medidas se han adoptado desde el CEDEX publicó su estudio en 2017 hasta ahora para minorizar los vertidos durante las etapas de producción y transporte de los pellets.
Los pellets sí son tóxicos (aunque la Xunta lo niegue)
El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas dedica un apartado de sus documentos a la “toxicidad de los pellets”, una máxima que la Xunta de Galicia ha negado tras el vertido, primero con un informe y, después, por boca de su presidente, Alfonso Rueda: “Es un producto que se utiliza en la industria alimentaria y es un plástico”. El conselleiro do Mar, Alfonso Villares, redondeó la definición con las siguientes palabras: “¿Que comemos accidentalmente algún plástico? Pues entran por donde entran y salen por donde salen”
De acuerdo con el CEDEX, sin embargo, los pellets pueden fragmentarse “con el tiempo casi indefinidamente, llegando a tener el tamaño de un grano de arena”. Esto puede provocar una confusión con alimentos planctónicos y ser consumidos por aquellos animales que “se sitúan en la parte más baja de la cadena alimentarias”. Estas partículas microscópicas, alerta el organismo público, “pueden pasar directamente al sistema circulatorio de un animal y alojarse en sus tejidos”.
A ello habría que sumar la “acumulacion de sustancias persistentes bioacumulables tóxicas”, más conocidas como PBTs, en la superficie de estas pequeñas bolitas, las cuales “actúan como unas esponjas para estas toxinas”. Su cubierta puede llegear a alcanzar “concentraciones muy superiores a las del agua del mar circundante”.
Entre estos PBTs se encuentran “sustancias prohibidas altamente peligrosas” como el dicloro difenil tricloroetano (DDT), una sustancia típica de los insecticidas. También los policlorobifenilos (PCB), los organoclorados (HCH) y el nonifenol etoxilato (NPE), todos ellos compuestos químicos industriales que “pueden acumularse en el tejido de las animales causando un daño irreparable a largo plazo”.
Los activistas de Futuro Vegetal son detenidos por la policía y acusados de delitos con penas de cárcel , como asociacion criminal y tachados de grupo terrorista , porque «están en contacto con otros grupos activistas en el extranjero, considerados , a su vez en su país, de terroristas» y estas empresas » están siendo investigadas», que digo yo , tendrán dueños y responsables ( los famosos CEOS), que ganan una pasta gansa por contaminar el planeta y a sus cuidadanos. Y que llevan contaminando años con este material , las playas y a la gente, con sus pellets, tan ricamente. Pero la ¿policia no está para,detener a los delincuentes y proteger al ciudadano?
¿Hay algo que se entienda en este mundo irracional?
Unos, que son los cometen los auténticos delitos , eso si ,que llevan corbata y que son los auténticos terroristas, » son investigados» y los activistas de grupos ecologistas, que son los que defiende realmente al planeta y sus habitantes, son los detenidos y acusados de terrorismo.
¿ De verdad nos están tomando el pelo y quieren hacernos tragar con ruedas de molino, o es una auténtica película y política de terror?