PODCAST Las menos, las más

[PODCAST] Salario emocional, el elefante en la habitación

'Las menos, las más', el podcast mensual de 'La Marea', nos lleva al mercado de trabajo con el salario emocional, el elefante en la habitación

El debate político gira ahora en torno a la reducción de la jornada laboral como forma de promover el bienestar personal y medioambiental. PIXABAY

Salario emocional. Hay conceptos, como el anterior, que pueden sonar a vacua mercadotecnia, utopía o, directamente, a oxímoron. Sin embargo, si se aplicaran, podrían cambiar nuestra vida o nuestro trabajo, a veces fundidos, indisolubles, indistinguibles.

Pongamos que trabajas. O pongamos que no lo haces, pero que lo harás o lo hiciste. Puede que tu primera demanda como asalariada ya no responda al cuánto sino al cómo. Es decir, a las condiciones que van más allá de un sueldo a final de mes. Un ejemplo: que, junto a la nómina, aparezca el número de días que puedes teletrabajar, si tu empresa dispone de atención psicológica o si la conciliación se ejerce y no se especula con ella.

De estas cuestiones, de favorecer que la persona empleada se sienta mejor, más motivada y cuidada, trata el salario emocional. Una vertiente laboral que se incorporó al debate público cuando, en Estados Unidos, una parte de la clase trabajadora pronunció en 2021 dos palabras: “I quit” (“Yo renuncio”). Un fenómeno de hartazgo respecto a sus trabajos y sus vidas que puso en jaque el mercado laboral norteamericano en tiempos de una pandemia y que sirvió de acicate para La Gran Renuncia (The Big Quit o The Great Resignation).

Esta gran marcha de trabajadores, cuatro millones de personas, hizo que las prioridades a la hora de buscar empleo cambiaran y el factor emocional en el mundo laboral empezara a contar tanto como el dinero que cobras. Por ello, a partir de un reportaje publicado por Azahara Palomeque en La Marea, diseccionamos qué es el salario emocional, cómo se traduce en las prácticas laborales españolas y si las reducciones de la jornada laboral forman parte del salario emocional.

Además de a Palomeque, escuchamos a Patricia Ruiz, secretaria confederal de UGT, y a Jordi Busi, socio cofundador de la cooperativa TandemSocial.

Las -, Las + es un podcast presentado por Lucía Abarrategui, música de Laura Tojeiro y producción de Laboratorio de Radio.

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Comentarios
  1. Los que llevamos años trabajando, cuando aún había un poco de decencia en la sociedad, políticos y sindicatos, a esto, no le llamábamos salario emocional, era simplemente, el derecho a una vida digna.
    No cabe duda que la inmensa mayoria de la gente necesitamos trabajar para vivir, no para sobrevivir que es en lo que se convirtió el » mercado laboral » , gracias a políticos y sindicatos que sólo obedecen al capital.
    Las personas no somos objeto de mercado ni mercancía, somos personas con derecho a trabajar y vivir dignamente y mientras con esta nueva lengua neoliberal, la mandemos a tomar viento, no podremos expresar lo que corresponde.
    Las emociones son de las personas, no de las empresas, y nos deben pagar acorde a nuestro trabajo sin explotarnos. Porque somos cuidadanos con derechos, no siervos.
    A los políticos , sindicatos y a los que manejan el cotarro, les vendría bien tener claro este concepto. Yo trabajo , tu me pagas sin explotarme, es decir , con las normas que deben hacer los políticos para proteger a los ciudadanos del capitalismo brutal que impera, y yo con mi tiempo y mi vida privada hago lo que quiero. Después de mi horario laboral, no tengo porque atender las necesidades de la empresa, porque si esto es así, tendrás que pagarme plus de localización y servicio permanente. Y un día si tu empresa, te trata acorde a lo estipulado, a cualquiera se le puede hacer un favor, pero un favor, no es una obligación, ni tiene que servir de amenaza para perder el empleo.
    Después dicen que no hay recambio generacional, no me extraña , con esta inseguridad laboral mundial, y el poco tiempo que tiene uno para desarrollar otras facetas de la vida, además del trabajo, es imposible que la gente, tenga hijos. Hoy en día hay que ser muy valiente o un inconsciente.
    Todas estas cuestiones que se plantean en el artículo, en mi época, era lo normal, porque se diferenciaba claramente, lo que era el trabajo y lo que era tu vida, y una no tenía que interferir continuamente en la otra. No hay que pedir que te dejen vivir, hay que exigir vivir dignamente .
    Y los gobernantes no se dan cuenta del gasto sanitario y público, que se hace al estado, que somos casi todos, solo por el beneficio de unos cuantos. Si las empresas y empresarios, no anduvieron a sus anchas, habría menos bajas laborales, y se consumirian menos medicamentos, la gente sería más feliz , habría menos conflictos y los que se dedican a la política y sindicalismo, hasta vivirían mejor, que en comparación al resto de los mortales, ya lo hacen. Y ande yo caliente, riase la gente.
    Tenemos tan comido el coco con palabras y expresiones, que son como slogan propagandísticos, gracias, eso sí, ya se encargan los sistemas educativos para que no entiendas tu propia lengua y lo que significa, que damos por válido, cualquier frase hecha, sin ver lo que realmente , se esconde detrás, que no es más que manipulación para convencerte de que no eres un esclavo y que las empresas te explotan.
    Y no hablo de todas, sino precisamente de las que tienen realmente el poder, fondos de inversión, multinacionales, que ya se encargan de que cuando el politico que les ayudó , en cuanto acaba su vida política, tiene un asiento asegurado.
    No nos dejemos convencer, no somos «mercado de trabajo», somos cuidadanos con derechos y no debemos permitir que nos los acorten por el beneficio de unos pocos.
    Políticos ,sindicatos y jueces, debéis recordar que trabajáis para los ciudadanos y no para las élites, somos nosotros los que pagamos vuestro salario.

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