Cultura

¿En serio vas a acabar 2023 sin haber escuchado a estas tres fuera de serie?

Lia Kali, Kara Jackson y Bewis de la Rosa, tres jóvenes artistas con canciones que te remueven por dentro y por fuera.

Bewis de la Rosa, Kara Jackson y Lia Kali.

“La música arropa, a mí me ha salvado la vida”, decía Lia Kali en una entrevista con La Marea nada más sacar su disco Contra todo pronóstico (Propaganda Pel Fet, 2023). Con ella comenzamos este recorrido fuera de serie de artistazas de las que quizá no hayas oído ni una sola canción en todo el año. Apúntalas y póntelas a todo trapo.

Lia Kali

Esta joven barcelonesa tiene una voz educada en escuelas de jazz, un gusto musical que une con naturalidad a Camarón y Amy Winehouse con Nina SimoneBuenavista Social Club o Lagartija Nick, y habla con seguridad de su trabajo, que incluye colaboraciones con Zatu, de SFDK, y Elane. «El dolor de que te digan que no vales es lo que hace que luego necesites escribir y cantar”, cuenta en esta entrevista que le hace Ignacio Pato.

Entre su repertorio, hay un tema, UCA, llamado así en referencia a la Unidad de Crisis de Adolescentes de Sant Boi de Llobregat, en Barcelona. Allí, con 14 años, pasó unos días que describe como una pesadilla. “Estuve muy poco tiempo, menos de una semana, pero es un tema que sigue costando contar. Se dieron cuenta de que yo no tenía que estar ahí. La psiquiatra estaba de vacaciones y a mí me estuvieron medicando sin diagnóstico y a punto de atar. Lo primero que me dijeron fue que había un chaval que no conocí que llevaba una semana atado a la cama, un chico que había venido debajo de un camión. Había otro porque no tenían sitio en el centro de menores de Can Llupià. Era necesario para mí contar esto«. 

Kara Jackson

¿Cuántos poetas laureados se han atrevido a musicar sus poemas? Se nos antoja que es la joven Kara Jackson (Oak Park, 2000) la única capaz de responder, con su impulso, con su talento, a esta peculiar pregunta. Dicho lo cual, debe advertirse de que su álbum de debut, el inesperado y majestuoso Why Does the Earth Give Us People to Love? (Picadilly, 2023) no es para nada un simple disco de poeta. Para empezar, porque no bebe siquiera de la tradición del spoken word, y para continuar, porque, siendo ella afroamericana, apenas hay negritud en sus sonidos. Why Does the Earth… es así un álbum de estudio, en el sentido más amplio y preciso de la palabra, gestado de puertas para adentro a partir de una serie de demos grabadas por Jackson a la guitarra acústica, arropadas para la ocasión con los elocuentes ropajes (tan orgánicos como contemporáneos) confeccionados por otros dos jóvenes genios, los reconocidos multiinstrumentistas NNAMDÏ y Sen Morimoto (puro mix racial, puro Chicago sound).

El disco suena así: acústico y electrónico, folkie y jazzístico, elegante y violento en cualquier caso gracias sobre todo a la honda y desgarradora voz de Kara Jackson, que lo mismo recuerda a Joni Mitchell que a Roberta Flack, a Donny Hathaway que a Robert Wyatt, a Nina Simone que a Eden Ahbez…

La madurez de la propuesta es así especialmente sorprendente, no solo musicalmente hablando sino también por su riqueza lírica y compositiva. Los textos son aquí, cómo no, importantes (importantísimos), e influyen no solo en cuanto a lo que tengan que contar por sí mismos (“I’m not a liquidated asset / I’m a sharper than a jewel / What kind of miner does that make you? / When I’m the gold and you’re just a fool”, dice en Pawnshop) sino también en cuanto a cómo se expresan sus mensajes melódicamente (y un caso extremo estaría en el lánguido –y favorito– country rock de Brain; también, por qué no en la belleza fantasmagórica de Curtains y su clarividente “I know I’m young but not naive / The kings will survive everything”).

Bewis de la Rosa

Cuenta Laura Casielles que la primera vez que escuchó a Bewis de la Rosa su voz llegaba como una letanía mientras se paseaba despacio entre los asistentes al 99 aniversario del ciclo Poesía o Barbarie. “Me dicen que espere / pero yo no espero / quiero comprender el suelo”. Con la luz baja seguía dando vueltas –prosigue Casielles– mientras a la repetición de unos pocos versos se le iban sumando texturas e intensidad con juegos de sintetizadores y pedales. Hasta llegar al escenario, donde su figura en vivo se fundía con su imagen en un vídeo en el que se la veía cantar azada en mano entre ruinas de piedra, o prendiendo fuego a matojos ataviada con un chándal de colores y un pañuelo a la cabeza. 

Detrás de Bewis de la Rosa está Beatriz del Monte, una artista multidisciplinar que creció en los noventa en el extrarradio madrileño, pero que tenía un pueblo: Villamayor de Santiago, en Cuenca, de unos 2.500 habitantes. Ese pueblo iba a marcar su trabajo como investigadora, bailarina, actriz, coreógrafa y música, que desde 2014 articula a través de una compañía llamada Malditas Lagartijas. 

En Amor más que nunca, su primer álbum, editado hace unos meses, la reivindicación del entorno rural se trenza con otras preocupaciones: la salud mental, la memoria histórica, los modos de relacionarse afectivamente. “Cogen el grano, ramo de flores. / A mí me gustan y olé los labradores”.

Con información de Ignacio Pato, Fran G. Matute y Laura Casielles.

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