Sociedad
El ‘precio’ del metro en un barrio de Madrid: tala masiva de árboles, años de ruidos y adiós a un parque
La asociación vecinal de Comillas y la Asociación de Familiares del alumnado del colegio Perú piden revertir el proyecto y que la tuneladora no comience por el parque. Este sábado han convocado una manifestación.
Asier siempre ha jugado en el parque de Comillas, situado en el madrileño barrio del mismo nombre. Ahora, con tres años, va todos los días al colegio Perú, justo pegado a esta zona verde que vertebra un lugar en el que predomina gente humilde y trabajadora. Asier, dentro de poco, ya no podrá jugar más en ese parque. Ni él ni nadie. Tampoco los 550 niños y niñas que acuden a su mismo colegio, muchos de ellos con necesidades educativas especiales.
La Consejería de Transportes ha decidido que el punto de acceso de la tuneladora que abrirá camino para la extensión de la línea 11 de Metro esté, precisamente, en el parque preferido de Asier. A la tala masiva de árboles se suma un impacto social que los habitantes de Comillas quieren frenar. Por ello, este sábado, han convocado una manifestación para intentar revertir el proyecto y que la tuneladora no comience por el parque en cuestión.
Asier es hijo de Alberto García, miembro de la Asociación de Familiares del Alumnado (AFA) del colegio Perú: “Aunque en el proyecto aparece que las obras durarán unos 40 meses, creemos que en realidad se alargarán hasta cinco años”, calcula. El plan que no fue concebido así en un primer momento. “Primero proyectaron la prolongación de la línea de Metro sin que parara en Comillas, pero lo conseguimos con alegaciones. A cambio, decidieron meter la tuneladora por aquí”, incide.
En teoría, la tuneladora abriría el camino desde unos terrenos entre las carretera de la M-30 y la A3. “Lo peor de todo es que las clases de los niños de tres, cuatro y cinco años son las que dan al parque y quienes más sufrirán con las obras”, agrega este afectado. A ello se suma el calor que, por añadidura, llegará al colegio tras perder la masa arbórea de 200 árboles que habrá que talar. Ahora, la asociación vecinal Comillas y la AFA, aunque contentos con la idea de que el Metro llegue hasta el barrio, se movilizan para que la tuneladora penetre por el lugar original en el que estaba proyectado.
Asier tiene los mismos años y va al mismo colegio que Darío, hijo de Patricia Campelo, también integrante de la AFA del Perú: “Llevamos desde enero con unas vallas gigantescas que atraviesan el parque. Una cosa que llama la atención es la prisa que se dieron en quitar todos los juegos infantiles que había”, explica. Aunque ella también apuesta por el cambio de ubicación de entrada de la tuneladora, sabe que quizá eso ya no lo puedan conseguir.
Contra el ruido, contra la tala
No todo está perdido. La AFA también se moviliza para limitar el trasiego de camiones a las horas de entrada y salida de los escolares. Quieren que no haya apenas este tipo de tráfico rodado entre las 8 y 9 horas de la mañana y las 16 y 17 horas de la tarde. “También nos han comentado la posibilidad de colocar paneles para evitar el ruido, pero tenemos que saber algo más de la medida porque quizá hagan que el ruido se incremente al no canalizarlo de la forma adecuada”, apunta la propia Campelo.
El único pulmón verde del barrio de Comillas está en peligro, y no lo sabe todo el mundo. Por eso, diferentes colectivos se afanan en establecer mesas informativas. “Entre todos quizá podamos salvar de la tala algún árbol más. Los necesitamos para oxigenar el aire que respiramos y las sombras que proporcionan. Quieren talar ejemplares de unos 50 metros de alto y con una edad de 30 a 50 años”, añade Campelo. Algunos de estos árboles están apenas a un metro de la linde de la valla, por lo que sí consideran que es posible salvarlos.
La destrucción de este espacio verde de 4,5 hectáreas también preocupa a Mikel Ogueta. En su caso, sus dos hijos acuden diariamente al Perú. “El colegio está pegado al parque, solo les separa una valla, y vimos que estas obras les afectarían muchísimo”, comienza a explicar. Por eso, tanto él como otros familiares del alumnado empezaron a informarse. Así, llegaron a saber cómo es realmente una tuneladora y su forma de actuar. “Vimos que el problema no era tanto la entrada de la tuneladora, sino el material que iba a sacar constantemente”, añade.
Un colegio rodeado de camiones
Estos escombros serán transportados en camiones procedentes desde Plaza Elíptica, que recorrerán aproximadamente un kilómetro hasta la calle Antonio de Leiva, cercana al parque de Comillas. “Habrá un camión cada 10 minutos. Eso significa que los camiones harán ese trayecto cada cinco minutos, a dos turnos de trabajo mínimo, unas 16 horas. Solo hay que multiplicar para ver que cientos de ellos estarán transitando continuamente al lado del colegio”, analiza el mismo Ogueta.
Pero no le preocupa únicamente lo que saldrá de la excavación, sino lo que habrá que meter, como las dovelas de hormigón que sostendrán el futuro túnel. “Desde el punto de vista técnico, nuestros expertos nos han quitado el miedo de que pudiera pasar algo como en San Fernando de Henares, porque mucha gente de aquí decía que podría haber un arroyo subterráneo”, señala este miembro de la AFA.
Las afectaciones al colegio serán “inabarcables”, concluye Ogueta. El Perú es uno de los centros educativos más grandes de la comunidad. Además de tener como mínimo dos líneas por curso, es decir, dos clases por cada nivel, en los últimos años han ido a más. “La Consejería de Educación decidió abrir en él una guardería pública el año pasado, y estamos de acuerdo con ello, y ahí hay niños de apenas unos meses que también se verán afectados por las obras”, destaca.
Perturbación para alumnado con necesidades especiales
Estos niños y niñas, que necesitan especialmente descanso y tranquilidad, ocupan tres aulas más del Perú. A ello se añade que el colegio es un centro preferente para alumnos con trastorno del espectro autista y trastorno general del desarrollo, por lo que dos aulas más están dedicadas a ellos. “Son muy sensibles a los ruidos y alteraciones”, incide Ogueta.
Él tampoco es experto en ingeniería civil ni medio ambiente, pero sí le ha echado algunas horas a conocer qué iba a suceder en este parque que colinda con el colegio al que van sus dos hijos de cuatro y siete años. Así, revisando la declaración de impacto ambiental, competencia del Ayuntamiento de la capital, que ya fue favorable para la constructora, encontró la única explicación que alguien le ha dado a por qué se cambió el lugar de entrada de la tuneladora.
Tal y como explicita la mencionada declaración, el Consistorio “consideró que no suponía un incremento significativo en cuanto a emisiones a la atmósfera, vertidos al suelo o las aguas o generación de residuos”. Y añaden: “Además, se consideraba que la ubicación seleccionada supone un menor impacto sobre la población sobre todo en lo referente a las molestias por cortes en la circulación”, en referencia a su antiguo emplazamiento, entre la M-30 y la A3.
Ogueta sintetiza la cuestión: “Resulta que para no afectar al tráfico han decidido destruir todo un parque y molestar a los niños y niñas del colegio Perú durante años, en un barrio que no tiene precisamente los mejores servicios públicos”. Al cierre de este artículo, la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid no había respondido a las cuestiones planteadas por este medio.
La manifestación discurrirá, a partir de las 12.00 horas, desde el puente de Toledo hasta el parque. “Los cambios en el proyecto de prolongación de la línea 11 de Metro destruyen el pulmón verde del barrio de Comillas y sumen a un barrio en el caos”, reza el cartel de la convocatoria.
Ecoligistas en Acción de Madrid:
—Denuncian irregularidades en el proyecto modificado de la Línea 11 de Metro aprobado para agilizar el inicio de las obras.
El proyecto constructivo modificado aprobado incurre ambientalmente en las mismas irregularidades que el proyecto constructivo anterior y supone la tala de 600 árboles más que el proyecto original.
Recuerdan que el recurso contencioso-administrativo contra las talas sigue abierto y exigen que no comiencen las obras hasta que se dicte sentencia.
El Ayuntamiento de Madrid permite ubicar la estación de Madrid Río en pleno parque de Arganzuela a pesar de reconocer que incumple las directrices urbanísticas.
La vecindad pide la mediación al Banco Europeo de Inversiones, que ya tiene una investigación en curso.
—Denuncian la falta de sensibilidad ambiental y la mercantilización de las zonas verdes que suponen los espectáculos lumínicos navideños.
Recuerda los efectos negativos de estos eventos sobre la biodiversidad.
Evidencia el lavado verde que se esconde tras los patrocinios.
Exige otro modelo de uso y disfrute de las zonas verdes de la ciudad.
Un año más, con la llegada de la Navidad, al menos tres grandes espacios verdes de Madrid: el Parque Tierno Galván, el Parque Juan Carlos I y el Real Jardín Botánico de Alfonso XIII, se destinarán a diferentes espectáculos lumínicos gestionados por empresas privadas que supondrán daños a la biodiversidad de los mismos.
—Numerosas organizaciones denuncian los graves retrocesos y la falta de avances en movilidad sostenible en Madrid.
Una treintena de organizaciones, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, se unen para reclamar que se avance en la mejora de la calidad del aire, la movilidad activa y la lucha contra el cambio climático en la ciudad de Madrid.
Más allá de la propaganda municipal, un repaso a la política madrileña de movilidad muestra importantes retrocesos y escasas mejoras:
https://www.ecologistasenaccion.org/303773/numerosas-organizaciones-denuncian-los-graves-retrocesos-y-la-falta-de-avances-en-movilidad-sostenible-en-madrid/