Internacional
Del plató a Casa Rosada: el viaje de Javier Milei
El nuevo presidente electo de Argentina se confiesa aliado de VOX y Abascal en España, admirador de Bolsonaro en Brasil y de Kast en Chile.
La victoria de Javier Milei en el balotaje presidencial de este domingo 19 de noviembre convierte al polémico líder político en una de las principales caras de la derecha radical a nivel global. Aunque con estilo y rasgos ideológicos particulares, el nuevo presidente electo de la Argentina se confiesa aliado de VOX y Abascal en España, admirador de Bolsonaro en Brasil y de Kast en Chile. La primera lectura que cabe hacer sobre estos comicios es justamente esta; destacar el pensamiento del nuevo presidente. Más allá de su imagen rompedora y de su verbo inflamado, la derecha radical global no tiene dudas al respecto: Milei es su hombre en la Argentina.
En términos numéricos, la victoria de La Libertad Avanza fue, contra todo pronóstico, muy clara. En el total nacional acumuló una ventaja de más de 11 puntos porcentuales, habiendo ganado en 21 de las 24 provincias argentinas. El peronismo encabezado por Sergio Massa tan sólo pudo ganar en Santiago del Estero, Formosa (feudos tradicionales de este espacio político) y –por la mínima- en la Provincia de Buenos Aires del gobernador Axel Kicillof. El avance del libertario fue especialmente espectacular en la Región Centro del país (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) pero su resultado en el norte también fue relevante.
¿Cómo se explica, pues, que Milei se haya impuesto con tanta claridad? Su derrota en la primera vuelta, a casi siete puntos del primer clasificado, hacía prever una desaceleración del fenómeno Milei. Y, sin duda, desde los comicios del 22 de octubre la actitud y las propuestas políticas del candidato libertario han cambiado mucho. En primer lugar, por su pacto con el expresidente Mauricio Macri, que, tal y como afirma Werner Pertot en Página 12, se ha convertido en el Padrino del nuevo inquilino de la Rosada. De hecho, hay quien dice que Macri prefería la figura del ya presidente electo a la de sus compañeros de partido que lanzaron carrera presidencial (Rodríguez Larreta y Bullrich).
En cualquier caso, ya en la segunda vuelta, la candidatura de Milei supo sintetizar en su seno el ADN de la derecha tradicional que representa Juntos por el Cambio (JxC). Pasó de ser outsider a antikirchnerista, y de repente sólo eran casta el ministro Massa, Cristina Fernández y sus aliados. El concurso del expresidente, como comentaba, ha sido central; ya que ha arriesgado la integridad de su fuerza política (JxC) con el objetivo de apartar de la presidencia al peronismo y asegurar asientos en el gabinete a sus aliados. O quizás también para sí mismo.
«Lo nuevo» frente a la ‘operación Massa’
Aún con el concurso activo de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, Milei supo seguir representando “lo nuevo”, en política. Y es que el libertario en apenas dos años ha pasado de ser un comentarista televisivo a convertirse en presidente electo del país. Para ello, eso sí, ha tenido que reunir bajo un mismo equipo a negacionistas de los crímenes de la dictadura cívico-militar como su vicepresidenta Victoria Villarruel, excuadros políticos del peronismo federal como Ramiro Marra o a los ya mencionados líderes de Juntos por el Cambio. Una amalgama que, sin duda, será difícil de gestionar en el contexto de un país en persistente crisis económica y social.
Es evidente que no sólo se ha confirmado la victoria de un fenómeno social como Milei, apoyado por la derecha tradicional. Además, constatamos que la operación Massa –tan alabada en la primera vuelta- fue del todo insuficiente. Sobre el papel, la jugada del peronismo era impecable: situar como candidato a un moderado capaz de arrastrar votantes de frontera frente al radicalismo libertario, reivindicando bajo su figura cualquier avance conquistado desde el Estado argentino en el periodo democrático. Esa premisa, junto a la resiliencia de la militancia peronista, le llevó a la victoria en primera vuelta.
Fue entonces cuando el expresidente uruguayo, Pepe Mujica, tildó al peronismo de “animal mitológico”, ya que solo de este modo se podía entender que un ministro de Economía pudiera luchar por la presidencia teniendo en cuenta el contexto económico del país. Sin duda, esa fortaleza –esa rara avis– también pudo acabar siendo la principal debilidad de la candidatura de Massa. Si Milei era “lo nuevo”, aun con el apoyo de Macri, Massa no ha podido representar algo más que “lo de siempre”, aunque centrase sus esfuerzos en hilvanar una propuesta ajustada a su persona y dirigida a un público que excedía las fronteras del peronismo. Se hablaba, incluso, de Rodríguez Larreta (JxC) como ministro de economía de su gabinete, que se presumía que también contaría con diversos cuadros de la Unión Cívica Radical (UCR).
El mejor ejemplo del fracaso de la operación Massa es bien tangible y fácil de situar en el mapa. Se trata de Córdoba. En la primera vuelta allí se impuso La Libertad Avanza (33,6%), justo por delante de la candidatura de Juan Schiaretti, exgobernador cordobés, Hacemos por nuestro país (29%). Schiaretti, que compartía fórmula con Florencio Randazzo (exministro de Interior y Transporte de los gobiernos de Cristina Fernández), es una figura del peronismo cordobés, que tiene línea propia alejada del kirchnerismo y el Partido Justicialista (PJ). Todo parecía indicar que, con Massa como presidenciable, la fuerza cordobesa podría dar su apoyo a Unión por la Patria (UP). En cambio, Schiaretti se declaró neutral en el balotaje y Randazzo no dejó de coquetear públicamente con La Libertad Avanza –destacando su buena relación en la Cámara de Diputados–. Massa y UP no supieron convencer ni a Schiaretti ni a Randazzo, pero sobre todo no convencieron a los cordobeses, que optaron en un espectacular 74,05% por Javier Milei. La candidatura peronista sólo recibió un 25,94% de los votos en aquella provincia. Todo un correctivo.
A partir de ahora, el kirchnerista con mayor rango institucional será Axel Kicillof. La derrota de su espacio sitúa al gobernador de la provincia de Buenos Aires como el líder político de mayor relevancia en un contexto adverso. ¿Le corresponderá a él armar una candidatura presidencial que evite una posible reelección de Milei? ¿Qué rol jugará en la recomposición de la coalición peronista? La única certeza, en la actualidad, es que será uno de los hombres clave para el próximo ciclo político argentino.
Un 140% de inflación interanual
Por último, debemos recordar el contexto en el que tienen lugar estos comicios. El comprensible hartazgo de vivir en un país con un 140% de inflación interanual es el mejor combustible para cualquier propuesta política de máximos, populista o radical. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional condiciona el desempeño de las finanzas públicas y, además, el escenario de constante corrida cambiaria pone en el centro del debate la cuestión monetaria. Este octubre se podía cambiar 1 dólar por 1.000 pesos (aproximadamente) en el mercado paralelo, mientras el cambio oficial rondaba los 350 pesos. Una economía donde la incertidumbre es la tónica generalizada.
¿Será la motosierra de Milei la solución para la Argentina? En España se hizo viral, como también previamente en Argentina y otros países de la región, el vídeo (o vídeos) en el que Javier Milei dibujaba su futuro gabinete. Sorprendía la contundencia y seguridad de sus palabras mientras anunciaba la eliminación de los ministerios de Salud, Educación o Desarrollo Social; carteras que quedarían fusionadas bajo la cartera de Capital Humano. Los reportes tras la jornada electoral dejan entrever que, efectivamente, el presidente electo cumplirá con su palabra. Más dudas genera la dolarización propuesta por Milei, así como la eliminación del Banco Central –que tenía la oposición de Juntos por el Cambio–. Apuntaba el periodista Jorge Lanata que, al margen de las reformas que consiga impulsar Milei, “hoy nace un nuevo país”. Un nuevo país que contará con una compleja gobernabilidad, dado que en la Cámara de Diputados no hay mayorías decisivas. La Libertad Avanza, tercera fuerza legislativa, tendrá que trazar acuerdos con la derecha tradicional y con sectores del peronismo federal para aprobar sus proyectos. Todo esto en un entorno de conflictividad social y una anunciada resistencia en las calles.
Por lo pronto, tanto Alberto Fernández como Sergio Massa han anunciado una transición ordenada para traspasar el poder al nuevo presidente. El 10 de diciembre el león televisivo, el candidato libertario, adoptará una nueva faceta para ocupar el sillón de Ribadavia. Un viaje relámpago con el que nace un nuevo país.
Se dan muchas interpretaciones acerca de como, un payaso esquizofrenico y anormal como Milei pudo ganar una eleccion presidencial.
En la investigacion cientifica, suele ocurrir que se propongan varias hipotesis para explicar la causa o el origen
de un fenomeno natural recien descubierto. En esas situacion, y a fin de avanzar, se suele aplicar un metodo, llamado » La Navaja de Ockham» para eliminar de la discucion una o mas de las hipotesis propuestas. El metodo, esencialmente, consiste en elegir como explicacion basica a la mas simple de las hipotesis propuestas.
Podemos aplicar la Navaja de Ockham para explicar el fenomeno del triunfo politico de Milei. Para ello, basta tomar como hipotesis basica a la mas simple de las explicaciones: Milei gano porque la mayor parte de la poblacion argentina carece de seriedad y, por tanto, se ve mucho mas representada, y cree mucho mas, en un personaje carente de toda seriedad, como lo es Milei, que en cualquier otro. Esa seria la causa principal. Pero, hay otras.
Por ejemplo: Milei fue elegido por USA; o sea, por los de la Reserva Federal useña por que es el que posee en mayor medida las » virtudes» que ellos mas aprecian: ignorancia, servilismo sin limites hacia USA y sus sionistas, digase alcahueterio, y delirios de grandeza.