Sociedad
Dandora: malvivir del plástico
En Nairobi se decide un tratado mundial para eliminar el plástico de un solo uso, pero en el vertedero de Dandora, a pocos kilómetros, miles de personas trabajan en condiciones insalubres para poder reciclarlo y ganarse la vida.
DAVID SOLER CRESPO (NAIROBI) // Entrar sin unas botas de agua es una osadía, pero un joven camina en chanclas. El suelo no es suelo, sino una amalgama de plásticos aplastados negros fruto del lodo de la lluvia. Las trincheras de bolsas de rafia hacen de paredes que flanquean el único paso humano. En algunas zonas hay –perfectamente alineadas por colores– botellas de leche de plástico azul, tercios de cerveza verdes y litronas de vino, pero no es lo común.
Una vez llegas al final del camino, la única opción para ir avanzando es ir trepando por las montañas de basura con cuidado. Apoyar las manos no es recomendable. Desde arriba, se observa cómo un camión Mercedes Benz llega y abre su puerta lateral. Sobre él se agolpan una decena de personas con sus sacos vacíos, listas para recoger el material de valor acompañadas por la atenta mirada de los marabús que se agolpan sobre las pilas de de mierda.
Jeanette Ogola, a sus 38 años, lleva ya diez viniendo todos los días a trabajar a Dandora, el principal vertedero de la ciudad de Nairobi. Abierto en 1976 con financiación del Banco Mundial para mejorar el saneamiento en la capital de Kenia, el lugar no ha parado de expandirse y se calcula que cubre ya 12 hectáreas. En 2001 dijeron que ya no cabía más basura, pero más de veinte años después a él sigue viniendo cada vez más gente como Jeanette para ganarse la vida. […]
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