Política
Sánchez y Díaz se visten de Gobierno y Feijóo asume el liderazgo de la oposición
El candidato a la presidencia del Gobierno y la futura vicepresidenta presentan su programa conjunto ante las hipérboles de la derecha y la extrema derecha.
Todo pasa, sí, pero todo queda también; y esta sesión de investidura pasará, pero quedará en el recuerdo y la memoria de quienes la vivieron. Para algunos, porque dio comienzo una supuesta «dictadura» solo real en sus cabezas; para otros, porque se hizo posible lo que, hace apenas unos meses, parecía impensable. Salvo sorpresa, Pedro Sánchez será presidente del Gobierno otra vez. No es noticia hoy, pero es lo que quedará mañana.
Sánchez no es el mejor cuando tiene que defender los logros de su gobierno, tampoco cuando tiene que esperanzar a los suyos con promesas de futuro. El candidato no emociona, sus palabras no remueven; tampoco es un burócrata, pero su defensa del salario mínimo interprofesional, de la revalorización de las pensiones y de todas las medidas aprobadas en la pasada legislatura no agitan.
Su intervención inicial se basó en ello: en recordar y proponer, que es lo que la Constitución fija para el candidato a la investidura. Entre las nuevas propuestas, Sánchez incidió en mantener la bajada del IVA de los alimentos hasta junio de 2024 y anunció la gratuidad del transporte público para menores, jóvenes y personas en paro a partir del próximo 1 de enero, con el objetivo de que se convierta en una medida permanente.
También defendió de forma directa la amnistía pactada con Junts per Catalunya «en defensa de la concordia entre españoles», con el objetivo de «cerrar la brecha del 1 de octubre» y para convencer a los independentistas «de que España es también un buen país para ellos». El relato era claro: la medida de gracia será un mal menor para sostener al gobierno progresista con Sumar y para mantener la paz en el territorio.
El futuro líder de la oposición, ya con su papel asumido, no utilizó esta vez la música tristona de otras ocasiones. Atrás queda un septiembre lejano en el que Alberto Núñez Feijóo se sintió presidente. En esta ocasión, el líder del Partido Popular hizo un discurso duro, en tono muy bronco y combativo, que dejó poco espacio a Santiago Abascal en el flanco más a la derecha. Feijóo acusó a Sánchez de cometer un «fraude» y de «corrupción política«: «Lo que se trae hoy a la Cámara no se votó en las urnas», aseguró desde la tribuna.
El discurso, sin embargo, quedó opacado en la primera réplica del candidato Sánchez, en el que éste ironizó con un nuevo error cultural del popular: Feijóo había atribuido un verso del cantautor Ismael Serrano al poeta Antonio Machado, lo que provocó la mofa del lado izquierdo del hemiciclo.
Desde Moncloa también han tirado de sarcasmo para comentar la intervención y han celebrado «lo fácil que lo ha puesto Feijóo», de quien aseguran que ha decidido abrazarse a la ultraderecha y mimetizarse con ella.
Un circo en el Congreso
Terminado el turnismo entre Sánchez y Feijóo, Abascal subió a la tribuna para hacer su discurso. Se revolvió el dirigente de la ultraderecha y transitó por el único resquicio posible dejado por el PP: el de la hipérbole del golpe de Estado y la comparación con el nazismo: «Hitler también llegó al poder mediante unas elecciones, señor Sánchez, y sólo después maniobró para liquidar la democracia», ha asegurado el líder de VOX. Tras estas palabras, el portavoz socialista, Patxi López, ha acusado a Abascal de «incitación al odio» y la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha anunciado que retirará estas referencias del diario de sesiones.
Al terminar su intervención, la extrema derecha abandonó el hemiciclo: «Ahora puede usted lanzar sus embustes a quien quiera escucharle, que nosotros nos iremos junto al pueblo español». Posteriomente, los diputados de VOX se han dirigido al exterior del Congreso para unirse a los manifestantes que se encontraban fuera.
Desmarcarse (poco) del PSOE
El papel de Yolanda Díaz no era fácil en este debate de investidura. En su primera intervención, Sánchez había deslizado algunas de las banderas de Sumar, como la posibilidad de reconocer al Estado palestino o el incremento de la presión impositiva a las grandes empresas y fortunas. La vicepresidenta en funciones remarcó las diferencias entre ambas formaciones pero constató, una vez más, el entendimiento que existe entre ellas.
Díaz inició su discurso, muy similar en estructura al de Pedro Sánchez, confrontando con Feijóo, a quien recordó la factura de la corrupción del Partido Popular para las arcas públicas, cifrada por BBVA en 60.000 millones de euros. Ya con el traje de futura vicepresidenta del Gobierno, se ha dirigido a Sánchez para solicitar la subida del IVA a la sanidad y la educación privadas, actualmente en el 0%.
Asimismo, ha apostado por desvincular la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del Ministerio de Hacienda con el objetivo de utilizar el holding como herramienta industrial. De la SEPI dependen algunas empresas públicas y las participaciones del Estado en grandes empresas como Enagás, Redeia (antes Red Eléctrica) o Airbus.
La vivienda, al igual que la pasada legislatura, ha sido el principal punto de desencuentro entre Díaz y el PSOE. La líder de Sumar ha asegurado que se trata del «principal problema» de España junto al desempleo y, ante ello, ha anunciado la publicación «con carácter inmediato» del índice de precios en las zonas tensionadas y la regulación del «principal agujero de especulación de las ciudades»: los alquileres turísticos.
De la misma forma, Díaz se ha desmarcado de una de las propuestas lanzadas por el candidato en su intervención inicial, las desgravaciones fiscales a la compra de vivienda y a los propietarios de las mismas: “Nosotros no compartimos en absoluto que ustedes se empeñen en una medida que científicamente es incorrecta y políticamente está fracasada. No compartimos que desgravemos fiscalmente con el 15% la adquisición de una vivienda. Esto se ha practicado por el Partido Popular y por el Partido Socialista y el único resultado fue incrementar el precio del alquiler en España, pero vamos a seguir trabajando”.
Las intervenciones de Díaz han terminado apelando a la emotividad: «Podemos tener diferencias, pero sé también que vamos a cumplir los acuerdos, lo vamos a hacer de manera serena, y vamos a demostrar a nuestro país que, mañana, nuestro país será mejor: más verde, más feminista […]».
La múltiple ruptura de España
El líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, comenzó su intervención recordando todas las veces que la derecha dijo que España se rompía: con la aprobación del Estatut, con la negociación con ETA, con el reglamento que permite el uso de las lenguas cooficiales en el hemiciclo… Rufián ha confrontado contra la derecha y ha avisado a Feijóo de que si Sánchez va a ser presidente no es porque tenga al lado a los partidos independentistas, «sino porque les tiene a ustedes en frente».
En su discurso, el político independentista ha advertido a Sánchez de que tendrán «memoria» para recordar lo firmado con la formación, y le ha pedido que «no se la juegue», ya que no tiene ninguna alternativa de gobierno que no pase por cumplir sus acuerdos con los partidos nacionalistas.
Rufián también ha utilizado su intervención para lanzar un dardo a Junts per Catalunya a propósito de las críticas de la formación de Carles Puigdemont por sus pactos en la legislatura pasada: “Nuestro compromiso es que, cuando el PSOE les intente engañar, porque lo hará, jamás diremos que la culpa es suya”, ha concluido.
«No tiente a la suerte», ha dicho desde Junts la diputada Miriam Nogueras, en referencia al discurso del presidente en funciones, a quien han afeado su discurso en relación con Catalunya. «Tenemos una oportunidad. Ahora el trabajo es ingente y el tiempo, limitado», ha añadido.
En su réplica, Sánchez le ha manifestado su compromiso de cumplir con el acuerdo firmado. «Su partido y mi partido tienen posiciones muy diferentes. Espero que sigamos avanzando en la solución de este conflicto. Pero hay algo que nos une: el progreso y la estabilidad de Catalunya».
Se os ha colado un poco de artículo en vuestra ideología.
A ver si aprendemos a no llamar fascista a cualquiera que no esté de acuerdo con alguno de los 200 puntos de vuestro argumentario.
El propio Sánchez ha reconocido en su discurso de investidura que ha vendido al país sólo por gobernar, y la gracieta nos va a costar, al menos, 15.000 millones.
Desdecirse como lo ha hecho de lo que dijo en campaña, donde renegaba de la amnistía, deja claro que no, que no todos los españoles somos iguales ante la justicia.
Todo por 7 puñeteros votos. Pero claro, cualquiera que relate estos hechos va a tener en seguida una marabunta de convencidos de la vida gritando «facha» para defender a su amado líder: Pedrito el Guapo…
Os mean en la cara, y vosotros abrís la boca.
Rufián ha confrontado contra la derecha y ha avisado a Feijóo de que si Sánchez va a ser presidente no es porque tenga al lado a los partidos independentistas, «sino porque les tiene a ustedes enfrente».
Estoy con Rufián.
Dentro de lo factible, lo menos malo.
Hay que reconocer que Sánchez valiente si que lo es. A no ser que le guste vivir en el sinvivir.
No querría yo estar en su piel.
Sánchez y Díaz se visten de gobierno , mientras » Fijoo» se prepara calzándose en el cocoroto , el «gorro con cuernecillos de bisonte «……. . ,je ,je .
PD :
El juego del programa que regalan a los jugadores que mandan para casa ; ya se lo tienen preparado al » Fijoo » , a la «Cuca Matona» y al «bola del Beodo » ,je ,je .
Qué pasen los siguientes…..
Salud.
Y ahora y realmente ; ¿ tod@s a avanzar y a arrinconar a este latente fascismo español ? , o ¿ a continuar mareando la perdiz hasta que la clase que mantiene esta penosa y casi » seudo democracia española » nos terminemos de cansando de bajar al » colegio electoral » ? .
Salud.