Internacional
Las llamas de Gaza también calcinan nuestras democracias
"Apoyar al pueblo palestino, pedir el fin del la ocupación y del 'apartheid' israelí no es sólo nuestro deber ético y moral, sino también una defensa de nuestras democracias", escribe Patricia Simón.
El Estado de Israel puede permitirse arrasar por enésima vez la Franja de Gaza porque Estados Unidos y la obediente Unión Europea llevan décadas justificando, legitimando y financiando la ocupación de Palestina y el régimen israelí de apartheid.
Con la invasión rusa de Ucrania, muchos occidentales se sorprendieron ante la falta de apoyo a Kiev de muchos de los países del Sur Global. No sabían o no les habían informado de las devastadoras consecuencias de las invasiones e intervenciones militares de Estados Unidos, de la OTAN y de Estados miembros de la UE de países como Afganistán, Irak, Libia o Mali; desconocían o no se habían interesado por las implicaciones de sus lazos comerciales con monarquías criminales como Arabia Saudí y sus asesinatos en masa en Yemen; no eran conscientes o habían preferido ignorar las guerras que alimentan en países como Colombia sus grandes multinacionales; o quizás habían querido creer que el atroz rastro de muerte y dolor que ha generado y sigue generando la guerra librada en nuestras fronteras, y más allá, contra los refugiados e inmigrantes no tendría consecuencias.
Sólo la soberbia occidental puede explicar que cuando la guerra nos tocó cerca esperásemos que quienes llevan siglos soportando nuestra violencia y expolio se comprometiesen con la defensa de ese mismo bando. Máxime, si éste se presenta como el abanderado de los valores democráticos. Si alguien sabe bien que una democracia es mucho más que votar cada cuatro años son las poblaciones en las que les dijeron que había que imponerla a bombazos.
Ahora, con el genocidio que Israel está perpetrando en Palestina, los líderes de las grandes potencias occidentales vuelven a afinar su retórica vacua para blindar la indecencia. Desde el 7 de octubre, cuando miembros de Hamás cometieron unos terribles crímenes por los que deberían ser juzgados, la mayoría de los líderes de Estados Unidos y de la Unión Europea han pisoteado, día tras día, el derecho internacional humanitario para apoyar una limpieza étnica disfrazada de legítima defensa. Los mismos políticos que se presentan como el dique de contención de la ultraderecha, mantienen su respaldo a un Estado ocupante que está exterminando a una población –a la que se refiere como “animales”– mediante ejecuciones extrajudiciales, bombardeos indiscriminados contra la población civil y sitiándoles sin agua potable, comida, electricidad, Internet ni combustible.
Las llamas de bombardeos israelíes no sólo están calcinando Gaza, sino también la poca credibilidad que le quedaba a las democracias occidentales. Precisamente por eso es nuestra obligación seguir manifestándonos públicamente, a sabiendas de que, como ocurrió con la invasión ilegal de Irak, no servirá para que nuestros gobernantes cumplan con su deber y dejen de patrocinar la guerra y la impunidad.
Como hace veinte años, es fundamental gritar con todas nuestras fuerzas que no sólo no lo hacen en nuestro nombre, sino que lo hacen en contra de nuestra voluntad, también sigue haciéndolo una minoría de la población israelí, cada vez más perseguida y amenazada. Seguir llenando las alamedas para clamar que no seremos cómplices con nuestro silencio de un nuevo genocidio, como están haciendo miles de judíos en Estados Unidos. Llenar las redes sociales y los medios de comunicación de artículos explicando que, porque creemos fieramente en la democracia, no nos podemos sentir representados por unos gobiernos que no respetan la legalidad internacional. Alertar de que sabemos bien que cuando los dirigentes y la sociedad civil avanzan en direcciones opuestas es porque los primeros están minando los pilares de la democracia. Y, una vez más, no es la ultraderecha la que la está poniendo en peligro, sino precisamente quienes en lugar de ahondar en el respeto de los derechos humanos, de la dignidad y de la decencia, reproducen los postulados de los fundamentalistas envueltos en eufemismos y falacias.
Hoy más que nunca, no basta con pedir el fin de los bombardeos sobre Gaza ni, mucho menos, que Israel permita el acceso de la ayuda humanitaria. Apoyar a pueblo palestino, pedir el fin del la ocupación y del apartheid israelí no es sólo nuestro deber ético y moral como defensores de la justicia y de la paz, sino también una defensa de nuestras democracias.
A los israelíes no les hacía falta del terrorismo de Hamas para cometer la limpieza étnica y el apartheid, bastaba con ver la implantación por la fuerza de asentamientos de violentas colonias de israelíes desde hace años, en territorio palestino, y que proliferan cada vez más con la colaboración e impunidad de su ejército.
Pero Europa prefiere hacerse la loca y seguir al pie de la letra los argumentos yankees e israelíes. Por lo visto apoyamos que el derecho a defenderse es privilegio de los poderosos, negado a los vulnerables. Somos como los mercaderes, escoria mundial.
Me gustan mucho vuestras opiniones y publicaciones.
Nuestras pseudo democracias no es que se » calcinen » con las llamas de Gaza ; es que están ya » calcinadas » desde hace mucho tiempo . Por ejemplo aquí en el penoso y ya agonizante » reino de Borbonia » lo que se puede denominar como una auténtica democracia no lo hemos conocido ni por asomo . Porque democracia no es poder votar solamente : » las opciones que te propone este régimen corrupto/caciquil » .
Salud.
Un podcast español ha recordado la terrible historia de las hordas hitlerianas mas criminales: las SS. Estas bandas de ultra racistas y supremacistas nazis fueron creadas y dirigidas por Henrich Himmler, con el expreso fin de crear terror y sumision entre los pueblos conquistados por los nazis. En el podcast el periodista presenta algunas de las arengas y discursos que Himmler dirigia a los SS. Se trataba de instigarles a que cumplieran su labor de exterminio sin compasion alguna. La base de la argumentacion de Himmler, era que los alemanes son una raza superior y que, por tanto, tienen derechos sobre todas las demas. Con respecto a los SS, los discursos y arengas de Himmler tenian como objetivo principal el de convencerles de que, como eran arios perfectos, les cabia la responsabilidad y el honor de liquidar a las razas inferiores y, en consecuencia, debian hacerlo sin remordimiento alguno.
Con motivo de la guerra contra el pueblo palestino, desatada por las hordas yihadistas- sionistas de Netanyahu, se ha escuchado las arengas, racistas, supremacistas y llenas de odio que este tipo dirige a los judios israelies, con el fin de motivarles a que a que ataquen y matrn sin piedad a los palestinos de Gaza.
Lo notable del discurso belico, supremacista, racista y de odio que usa Netanyahu, y que aplauden los gobiernos de Europa, es su total similitud con los discursos, racistas, supremacistas, y tambien llenos de odio, que usaban Hitler y Himmler en sus arengas con las cuales se dirigian a las SS , y a toda la soldadesca alemana, para instigarles a que asesinen a judios, polacos, rusos y a otras razas inferiores sin compasion.
Lo unico que distingue el discurso de odio de Netanyahu del de los nazis, es que, en lugar de raza, Netanyahu argumenta (implicitamente siempre, para no levantar polvareda) de que los judios son el » pueblo escogido por Dios» ; mientras que Hitler hablaba de » raza superior», lo cual viene a ser exactamente lo mismo, pues, un «pueblo elegido por Dios» tiene que ser, por definicion, superior.
Más claro , imposible, Patricia Simón. Menos mal que aún , queda gente , en este mundo, con una mirada tan limpia y honesta ,que podamos ver, que hay otras formas de ver y estar en la vida, desde la honradez, la dignidad y la decencia, que por desgracia, ya poca gente entiende.
Nos hemos acostumbrado a resolver nuestra mísera vida, algo planificado por las élites psicópatas que nos gobiernan , que nos marcan el paso y nos tienen ocupados en sobrevivir, que no vemos el declive, tan importante a lo que están sometiendo a la población del mundo, por jugar a ser dioses, para seguir imponiendo su poder, con ayuda, de los politicos y con la indiferencia de la sociedad.
Hemos creído, delegando en sus manos, y sin ponerles freno, que se comportarian con honradez y en beneficio de todos, disfrazando de democracia , lo que es simplemente, tiranía. Se han arrogado, un poder, que ya sin vergüenza alguna, lo consideran ,solo suyo. Se han convertido, en los dueños del mundo y se lo hemos permitido.
Y llevan haciéndolo durante mucho tiempo, creando conflictos por todo el mundo, en beneficio propio, destruyendo poblaciones enteras, por simple afán de poder y enriquecerse, robando y esquilmando, el mundo.
Aun, oyes a gente en prensa, a tu alrededor, y entorno, llamarnos, a los que vemos estos desmanes, «conspiranoicos.» O a gente , ingenua, que no se plantea, ni por un segundo, que todo esto obedece , a un plan trazado, y que no puede haber tanta maldad.
Este país ( y todo el mundo , espero sepa al que me refiero)., solo se mantiene ,creando conflictos, destruyendo el mundo para sacar tajada y obtener beneficios. Sembrando el terror y haciéndose amos y dueños, arrasando con todo , en nombre de la tal mal traída y llamada Libertad,con la complicidad de la EU, y resto de secuaces. Pero que se puede esperar de un país nacido, de la delincuencia europea, y que lo primero que hizo, fue robar las tierras y aniquilar a la población originaria. Esto se define, ¿ como democracia o como tiranía?.
Siempre se les llena la boca, diciendo , que somos muy demócratas y que respetamos los derechos humanos. Pero les importa un pito, lo que pensamos y ya ni se molestan en preguntarlo , averiguarlo y ni tan siquiera, esconderse, por un poco de decencia. Y si se nos ocurre decir algo, venga más opresión económica y leyes mordaza.
Es deber, y obligación (ya que tenemos, la Carta de los Derechos Humanos), de los ciudadanos, (nuestros representantes, solo la nombran , cuando les conviene) , obligarles y exigirles , con la razón y el derecho, que ya va siendo hora , de que la apliquen, que dejen de mirar para otro lado, por intereses espúreos, y no la conviertan , ya ni se sabe cuantas veces, en papel mojado.
Los acuerdos, se cumplen. Si no va a ser así,que dejen de hacernos perder el tiempo, y que estalle el mundo de una vez.
Se debe acabar de jugar las partidas del » gran casino», que es el mundo, y empezar, a pensar en un futuro, en el que podamos vivir todos, más o menos en armonía. Y sino, siempre , les queda Marte, allí, no nos» darán la turra».