Internacional
Milei, el león televisivo que hurgó en la brecha
Argentina escogerá el próximo 19 de noviembre entre el león televisivo y el ministro candidato. Entre el tigre peronista y el libertario viral.
Las encuestas -y las PASO [primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias]- acertaron la tendencia y finalmente Javier Milei clasificó para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la Argentina. No fue capaz de ganar, eso sí, dejando un sabor agridulce en su formación, La Libertad Avanza. El ultraliberal deberá enfrentarse en un segundo turno electoral contra el candidato peronista (y ministro de Economía argentino) Sergio Massa, que se impuso en la elección de este domingo. La noticia de la noche, de hecho, fue el inesperado amplio margen de ventaja a favor del candidato peronista, que obtuvo un 36,68% de los votos frente al 29,99% cosechado por Milei. Massa partirá en cabeza para la elección de noviembre.
En cualquier caso, el polémico líder libertario ha sido capaz de consolidar su avance político desde que irrumpiera en las elecciones legislativas de 2021. En aquel entonces, Milei pasó de ser un economista que ejercía de contundente polemista televisivo a un candidato de propuestas virales de gran calado. Su primera puesta de largo institucional le valió para obtener 3 diputados y un 5,55% de los votos. Era el inicio de su viaje. Las expectativas que generaron las PASO, donde Milei ganó con un 29,86%, llevaron al candidato a admitir públicamente que creía que ganaría en primera vuelta. No solo no ha ganado, sino que ha sido incapaz de sumar nuevos apoyos, aunque liderará una bancada de casi 40 diputados en el Congreso argentino. ¿Habrá encontrado su techo?
Sin duda, sus propuestas -y su verbo inflamado- han catapultado sus opciones políticas. En plena crisis cambiaria entre el dólar y el peso -con la moneda argentina devaluada a niveles extremos-, el economista ultraliberal propone eliminar el Banco Central y que el dólar sea la única moneda de curso legal en Argentina. Una propuesta inteligente, por como impacta en la clase trabajadora del país, acostumbrada a protegerse de la inflación ahorrando en dólares. El dólar, como sinónimo de futuro, asimilado al candidato renovador, rupturista, que pretender superar los años de mal gobierno de “la casta” (sic). Un candidato bregado en la televisión, de carrera académica y que habla de lo viejo y de lo nuevo y de la corrupción de la clase política. Estas características le han servido para liderar el segundo principal espacio político del país, en detrimento de la derecha tradicional.
Patricia Bullrich, que derrotó al jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires -Rodríguez Larreta- en la primaria de Juntos por el Cambio, no ha logrado clasificarse para la segunda vuelta. Un resultado decepcionante para quienes pretendían abanderar la alternativa al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, sucedidos ahora por el ministro Massa. Durante años se ha hablado en Argentina de una profunda brecha que separaba a los partidarios de Cristina Fernández y a los de Mauricio Macri; un enfrentamiento que sentaba las bases de una polarización que ha ido in crescendo.
Bullrich, quien fuera ministra de Seguridad del gobierno Macri, encarnaba esa imagen de mano dura y de crítica ácida hacia el espacio kirchnerista y peronista. Sus opciones han ido de más a menos, con un triste papel en los debates presidenciales, en los que apenas pudo defender propuestas y en los que generó clips virales por su incapacidad de trasladarlas. Especialmente popular fue su intervención sobre el posible bimonetarismo que podría regir en el país de ella alzarse con la presidencia, que obligó a los gurús económicos de Juntos por el Cambio a salir al día siguiente del debate a puntualizar y a concretar sus propuestas. El bluff que apuntaban las encuestas se confirmó, con un desinfle paulatino desde las PASO.
En paralelo a la debacle de Juntos por el Cambio, el espacio de Javier Milei ha adoptado un nuevo perfil. El candidato presidencial llegó a afirmar que contaría con Mauricio Macri para su ejecutivo, rebajando de alguna manera sus críticas a la “casta”. Su participación en los debates, sabedor de encabezar las encuestas, tuvieron un tono más moderado y menos exaltado -como acostumbraba en sus anteriores participaciones televisivas-. Milei, a quién se le ha cuestionado también por su vida personal, acudió al famoso programa de Mirtha Legrand a presentar en sociedad su noviazgo con la actriz Fátima Flórez. Este esfuerzo encaja con el discurso que ofreció desde el búnker electoral de su formación: leído, de signo antikirchnerista y con múltiples guiños a Juntos por el Cambio.
Mientras Milei se preocupaba de fomentar su imagen presidencial, las críticas en campaña se concentraron en su candidata a vicepresidenta: Victoria Villarruel. Esta abogada de familia militar ejerce como presidenta del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas. Para el lector que no conozca el contexto histórico argentino, lo explicaré con palabras sencillas: Villarruel disculpa los crímenes de la dictadura y destaca las malas artes “del terrorismo” de grupos armados como los Montoneros -que enfrentaban la dictadura cívico militar-. La candidata a la vicepresidencia cuestionó también la cifra de desaparecidos durante esa negra etapa de la historia argentina. Así pues, el viaje a la centralidad de Milei parece empañado por sus socios más cercanos.
De la brecha a la polarización
La candidata del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, dijo a Milei en un debate que él “no era un león”, sino “un gatito mimoso del poder económico”. Más allá de lo gráfico del calificativo, lo cierto es que el ultraliberal encarna la nueva fase de la brecha en la Argentina. Cabe recordar que la crispación social desembocó en un intento de asesinato de la vicepresidenta Fernández de Kirchner, pero no consiguió poner las bases de una alternativa sólida al peronismo dentro de la derecha tradicional. La Libertad Avanza es, de este modo, un subproducto de esta dinámica polarizadora, necesitada una marcha más en su contraste con las fuerzas que en la actualidad gobiernan el país.
En este sentido, Milei es derecha radical; una derecha radical con vínculos con sectores económicos y lazos con importantes líderes de la derecha tradicional argentina -en concreto, con Propuesta Republicana (PRO)-. El economista fue capaz de llevar a los medios y a la política un discurso de máximos, donde incluso se atrevió a llamar “zurdos hijos de puta” a sus rivales políticos. Algo impensable en un candidato al uso. Hurgó en la brecha y le fue bien, aunque tal vez no será suficiente.
¿Y el peronismo?
Unión por la Patria, la marca electoral que presentaban kirchnerismo y peronismo a estos comicios, ha conseguido dos de sus objetivos principales. En primer lugar, revalidar la gobernación de la Provincia de Buenos Aires (44,89% de los votos, a más de 18 puntos del primer candidato opositor), que en los próximos cuatro años seguirá encabezada por el exministro de Economía argentino Axel Kicillof. Este importante aliado de Cristina Fernández de Kirchner continuará con su gestión de la Provincia mientras, tal vez, espera pacientemente su oportunidad para ser candidato presidencial. El gobernador fue, sin duda, uno de los principales ganadores de la noche.
En segundo lugar, Sergio Massa obtuvo un 36,68% de los votos y clasificó a la segunda vuelta. Los peronistas se jugarán su supervivencia política -y la estabilidad de su propia coalición- en una segunda vuelta histórica para el que engrasarán toda su maquinaria. La tendencia al alza de Massa contrasta con los malos datos económicos, pero la buena imagen -y prensa- del de Tigre y su capacidad para tender puentes con sectores moderados de Juntos por el Cambio (especialmente, con la Unión Cívica Radical y con Horacio Rodríguez Larreta, entre otros) le ha permitido presentarse como un candidato solvente. El pasado mes de septiembre mostraba esta capacidad compartiendo un acto público con Gerardo Morales (gobernador de Jujuy) y Gustavo Valdés (gobernador de Corrientes), ambos miembros de la UCR.
La unidad de la coalición Juntos por el Cambio será una de las claves de la segunda vuelta. La cercanía de Mauricio Macri con Javier Milei contrasta con el sentir de sectores más moderados, mucho más cercanos a Sergio Massa (y a lo que representa en el seno del peronismo). El candidato de Unión por la Patria ya anunció que habría ministros de la Unión Cívica Radical en su gobierno, avanzando el escenario que la primera vuelta ha confirmado. En este aspecto ha incidido Massa en su discurso de este domingo, donde tras su victoria ha instado a instalar un “gobierno de unidad nacional”, convocando a los radicales a abrir “una nueva etapa”. Dijo el candidato que “la brecha murió”.
Milei hurgó en la brecha y dio paso a un escenario de máxima polarización, similar al vivido en Chile (Boric contra Kast) o Brasil (Lula contra Bolsonaro). A su favor, el peronismo tiene una cultura política de construcción popular muy profunda, acostumbrada a acercarse constantemente a nuevos públicos para alcanzar el gobierno. Además, Sergio Massa no es precisamente un marxista leninista, aunque sea capaz de representar con dignidad la oposición a que el Fondo Monetario Internacional controle los designios de la Argentina. Una condición necesaria para retener el apoyo del kirchnerismo -en clave interna, pero también electoral-.
Argentina escogerá el próximo 19 de noviembre entre el león televisivo y el ministro candidato. Entre el tigre peronista y el libertario viral. La polarización que sucedió a la brecha.
Desde luego que para empezar a analizar sin ni siquiera escuchar sus exabruptos : el careto que tiene el menda es de padecer una aguda esquizofrenia , lo que inspira en no tener ningún tipo de confianza con este «pájaro» . Me pasa igual que con nuestro cafre marca»SS»paña : refiriéndome sin ninguna duda al también indeseable por nocivo : » Santi b/Abascal y sus pandiller@s (patriotas de cubata en la mano , palillo en la comisura de la boca y mucha hambre por robar todo lo que se pueda a esa patria que tanto » aman……» , je ,je ) » .
Salud.
Este tipo no es ningun leon, es solo un enfermo mental, padece de esquizofrenia, con rasgos psicoticos. Fue promocionado por esos enfermos: los supremacistas porteños para promocionar sus delirios de grandeza, delirios por los cuales se los detesta en todo el mundo.
Solo en un pais carente de seriedad, y en ruinas, como es la Argentina, hay gente capaz de apoyar a un anormal como Milei a ser candidato presidencial. Algo semejante ocurrio con Hitler, en la Alemania en ruinas de despues de la Primera Guerra Mundial. Pero, los argentinos carecen de las caracteristicas culturales de los alemanes, que exploto Hitler para reconstruir Alemania, y, Milei menos. Por tanto, su presidencia solo acabaria con la Argentina.