Internacional

Jeremy Milgrom: “El ataque de Hamás ha revivido el trauma del Holocausto”

Rabino israelí y activista pacifista, es reconocido internacionalmente por su denuncia de las políticas de asesinatos selectivos y de ocupación practicadas por Israel.

Jeremy Milgrom en una conferencia en Italia. GIULIO PAOLI

Jeremy Milgrom es cofundador de Clérigos por la paz, una iniciativa interreligiosa israelí-palestina y de Rabinos por los derechos humanos, con más de un centenar de miembros. Lleva décadas denunciando por todo el mundo las vulneraciones de derechos humanos cometidas en Israel y Palestina, lo que le ha acarreado todo tipo de acusaciones y hostigamientos. Y, aun así, en un momento de absoluta tensión en su país, en esta entrevista en la que nos atiende por videoconferencia desde Tel Aviv, sigue sosteniendo públicamente que “es más importante que nunca ser compasivos con todas las víctimas y firmes con la defensa de todas las vidas humanas”.

¿Es difícil pronunciarse en estos términos en Israel en estos momentos? 

Hay muchos israelíes que denuncian que se mate a civiles. La pregunta difícil a la que se enfrentan, a la que nos enfrentamos, es si es posible derrotar militarmente a Hamás sin matar a inocentes. Yo creo que es imposible. Y mucha gente que también lo cree considera que, de todas formas, hay que entrar en la Franja y hacerlo. De hecho, mientras hablamos seguro que hay aviones israelíes lanzando bombas y matando a niños y familias en Gaza. Es terrible.

Como judío, creo que cada vida humana es infinitamente valiosa y que no podemos hacer nada que sepamos que implicará matar a personas inocentes. Por lo tanto, hay que detener los bombardeos inmediatamente y negociar. Pero hay muchos israelíes que dicen que Hamás es el demonio y que hay que destruirlo. El mismo discurso que con los nazis, que hay que eliminarlos porque no hay posibilidad de coexistir con ellos. Pues sí, el mal está al otro lado de la frontera y tenemos que aprender a vivir a su lado porque de lo contrario estaremos matando a inocentes. 

Y la solución es trabajar para que los palestinos no sean humillados, para que obtengan los mismos beneficios de la tierra que nosotros, y entonces Hamás perderá poder. 

El mayor error que hemos cometido desde 1967 es la terrible ocupación. Pero, en realidad, el problema se remonta a antes del 67 e, incluso, a antes del 48. Y es algo complejo en lo que he pensado mucho: cómo le decimos a la gente que los terroristas que cometieron la terrible masacre el pasado sábado son hijos y nietos de refugiados que fueron expulsados de la tierra donde están los kibutz que fueron atacados. Estos terroristas volvieron con los corazones llenos de ansia de venganza por las vidas que han llevado ellos y sus familiares. Los israelíes no hicimos ningún esfuerzo por atender sus justas demandas. Y cuando no respetas la necesidad básica de justicia no vas a encontrar una respuesta civilizada. 

Todo esto es algo que no he escuchado decir en público, pero creo que mucha gente lo sabe. No estoy justificándolos, se trata de entender lo que ha ocurrido. La rabia que estamos sintiendo ahora contra Hamás es por la humillación, por el dolor, pero también porque hay un sentimiento de culpa muy profundo, y que hemos ocultado todos estos años, por los refugiados. Hacíamos como que ya no eran un problema, que se habían ido y que nos podíamos olvidar de ellos. Pero sabíamos que no era cierto. 

«Los terroristas que cometieron la terrible masacre el pasado sábado son hijos y nietos de refugiados que fueron expulsados de la tierra donde están los kibutz que fueron atacados»

Numerosos miembros del Gobierno y del Ejército han declarado, con distintas palabras, que van a llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza. ¿Qué opina sobre el inquebrantable respaldo del gobierno de la Unión Europea y de los Estados Unidos? 

Si Israel entra en Gaza, la pregunta es si cometerá un genocidio o se plasmará en la expulsión de sus habitantes al Sinaí, en Egipto. Hasta ahora Egipto no los quiere, así que no sé lo que va a pasar. No confío en que Estados Unidos vaya a parar una limpieza étnica o un genocidio. Europa sigue sintiéndose culpable con los judíos, por lo que sigue dándole mucha libertad a Israel en esta guerra. Y por su parte, Israel presenta a Hamás como si fuese Estado Islámico y Al Qaeda para conseguir que el mundo occidental se una en su lucha contra ellos como ocurrió tras el 11 de septiembre. 

Y aunque la analogía entre Hamás y Estado Islámico es errónea, ha penetrado en la mentalidad de mucha gente de Occidente porque hay mucha islamofobia. Los políticos están en una posición equivocada, pero sigo confiando en la sociedad civil. Tenemos que estar activos para frenar esta matanza.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? 

Tras la salida de los colonos y soldados israelíes de Gaza, en 2005, Hamás fue elegido para representar a su Gobierno e Israel impuso un bloqueo asfixiante a los palestinos de la Franja. Desde hace 16 años, no tienen suficiente combustible, electricidad ni agua potable; el hacinamiento es terrible y la economía está arruinada. Cada pocos años, a veces incluso con mayor frecuencia, hay rondas de combates entre Israel y Hamás. Y a veces, con Yihad Islámica, otro grupo de resistencia. Como consecuencia, miles de palestinos han muerto, en su mayoría civiles. Y también israelíes a causa de los cohetes lanzados desde la Franja. Los combates solían acabar con un alto el fuego e, incluso, algún acuerdo, que es lo que espero que ocurra ahora. 

Lo que ha cambiado en el último año es que Benjamín Netanyahu formó un gobierno en alianza con socios extremistas que exigen acciones más violentas y, ahora, una invasión terrestre. Dentro del Ejecutivo incluso hay quienes piden convertir Gaza en un aparcamiento, destruirlo todo para forzar a sus habitantes al exilio en Egipto. Otros proponen matar a todos los palestinos de Gaza. Es espantoso. 

Claro que lo que hizo Hamás fue devastador, horrible, pero desde su punto de vista consiguió su objetivo: sembrar el terror, capturar rehenes para intercambiarlos por prisioneros y poner a todo el mundo muy nervioso. 

Para entender cómo unos seres humanos normales se pueden convertir en unos bárbaros capaces de actuar de una manera tan brutal –no para justificarlo, para entenderlo– hay que ser conscientes, y creo que muchos israelíes lo son, de que vivir en Gaza es vivir en una olla a presión y que cuando estalla, lo hace así, de una manera horrible.

«La analogía entre Hamás y Estado Islámico es errónea, ha penetrado en la mentalidad de mucha gente de Occidente porque hay mucha islamofobia»

El profesor e investigador Assaf David ha publicado un hermoso texto en el que explica que se siente fracasado tras años intentando explicar eso mismo a los israelíes. Yo me siento así. He estado tantos años viendo y denunciando la opresión israelí que, por una parte, cuando sus consecuencias han estallado, no me ha sorprendido. Pero también me atormenta pensar que quizás no hice lo suficiente para cambiar nuestro comportamiento y evitar que estos ataques ocurrieran. 

Estos días he vuelto a leer sobre las atrocidades cometidas por las Fuerzas de Defensa de Israel en 1948. Son espeluznantes. Luego, leo sobre la terrible masacre cometida ahora por Hamás, y entiendo que estos comportamientos bárbaros pueden ocurrir en cualquier parte, sin distinción por religión o una cultura. Se cometieron en Yugoslavia, Vietnam, Armenia…. Frente a eso, hay quienes concluyen que la solución es llevar armas para defenderse y otros, como yo, que consideramos que tenemos que esforzarnos por mejorar la educación, la igualdad, por resolver el conflicto. 

Es público que el Estado de Israel alentó el crecimiento de Hamás para debilitar a la Organización de Liberación Palestina y terminó arrastrando a la irrelevancia a la Autoridad Nacional Palestina ¿Cuál era el objetivo? 

No hay duda de que Israel ha intentado debilitar a la Autoridad Nacional Palestina y al presidente Abu Mazen. Benjamin Netanyahu y ministros de su gabinete lo han dicho públicamente en sucesivas ocasiones. En 2006, los palestinos de Gaza y de Cisjordania eligieron a Hamás porque estaban decepcionados con la Autoridad Nacional Palestina, a la que relacionaban con corrupción e ineficiencia. Hay quien cree que el Gobierno de Israel prefiere a Hamás porque es más inflexible, pero lo cierto es que se ha pronunciado a favor de la solución de los dos Estados. Hamás tiene la retórica de que no acepta Israel, pero creo que, en realidad, es más pragmático. Así que creo que lo que buscaba el Gobierno de Israel con Hamás era poder mantener una línea dura de no hacer concesiones a los palestinos. Ahora fantasean con la idea de destruir Hamás o reemplazarla. Esa lógica de imponer un cambio de régimen, que es la que empleó Estados Unidos en Afganistán, Irak y antes en muchos países de América Latina, es errónea desde el punto de vista moral y, también, práctico porque ni siquiera funciona.

«La mayoría de la población israelí quiere venganza» 

Además de contar con el gobierno más reaccionario de su historia, la sociedad israelí se ha ultraderechizado en los últimos años. ¿Por qué?

Hay distintas interpretaciones, pero la que yo considero más válida es la que recuerda que ya en el siglo XIX había un movimiento de derechas en el sionismo. Desde entonces, ha tenido periodos de mayor pragmatismo y otros más agresivos. Por ejemplo, cuando la ONU les ofreció la creación del Estado de Israel con el plan de partición de noviembre de 1947, hicieron una guerra para conseguir mucho más territorio. Y lo consiguieron expulsando a la mayoría de los palestinos y convirtiéndolos en refugiados. Lógicamente, iban a querer regresar a sus tierras, por lo que esa paz no podía ser duradera. De ahí surge la resistencia armada palestina. 

Pero para entender su comportamiento, hay que tener presente que Israel se creó tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial, que traumatizó al pueblo judío. Por ello, sus impulsores relacionaban cada uno de los obstáculos con la persecución de los nazis y el antisemitismo. Eso generó la política irracional y paranoica que ha primado hasta el día de hoy. Y no hay duda de que el ataque de Hamás ha revivido el trauma del Holocausto con la matanza de familias y su brutalidad. Ahora mismo, la mayoría de la población israelí quiere venganza. 

«Tenemos que mirarnos profundamente y aceptar que, por mucho que nos sintamos víctimas, hemos victimizado mucho más» 

¿Cuál es la solución?

La única forma de que podamos tener una vida en paz es viviendo juntos, compartiendo. Es imposible crear dos Estados porque hay un mosaico de asentamientos, ciudades, aldeas, repartidas por un territorio en el que viven judíos y palestinos. A lo máximo que podríamos llegar es a trazar una línea que ponga que hay una mayoría de palestinos en un país y una mayoría de judíos en la otra. 

Aún existe un apego a la idea de un Estado judío, pero es imposible. Israel ya tiene dos millones de ciudadanos palestinos y los refugiados palestinos deben poder regresar, es lo correcto desde el punto de vista judío de la justicia. Entonces habrá una mayoría palestina y me parece bien. Tendremos que superar el odio y la ira mutua. Como lo han hecho Francia y Alemania, como lo habéis sabido hacer los españoles tras la guerra de los años 30. Nosotros también podemos hacerlo, pero para eso tendremos que aceptar que hemos estado muy equivocados en algunas cosas. Tenemos que mirarnos profundamente y aceptar que, por mucho que nos sintamos víctimas, hemos victimizado mucho más. 

En este sentido, creo que los palestinos estarán más dispuestos a aceptarnos a nosotros de lo que lo estarán los israelíes a ellos. Y eso es muy triste. Conozco a muchos musulmanes a los que me siento muy cercano y a muchos judíos de los que me siento muy alejado por el extremismo con el que interpretan el judaísmo. Como rabino, mi desafío es enseñar un judaísmo humanista, que no sea egoísta, que no crea que Dios nos dio la tierra a nosotros y que tenemos que acabar con todos los demás. 

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