Política

La Diada menos masiva en una negociación clave para España

La Guardia Urbana de Barcelona cifra en 115.000 las personas que han acudido a la manifestación. La ANC, que eleva los asistentes a 800.000, pide independencia o elecciones.

Un momento de la manifestación. ANC

La «suerte» de Pedro Sánchez o esas decisiones contra todo pronóstico a las que el presidente del Gobierno en funciones sorprende incluso a sus más cercanos colaboradores volvió a resonar cuando, tras las elecciones del 23J, su posible investidura pasaba a depender de los independentistas catalanes. «Es que ahora ni Puigdemont pediría un referéndum, porque lo perdería», se llegó a escuchar en algunas conversaciones en las que se elucubraba sobre todo ante los sorpresivos resultados.

Más allá de elucubraciones, suposiciones o deseos, lo cierto es que Puigdemont ha exigido una ley de amnistía, pero no ha hablado de referéndum para negociar la investidura de Sánchez. Y, pese al discurso oficial del president Aragonès la noche antes de la Diada, en el que insistió en la consulta, lo cierto es que la calle no ha acompañado, según los datos oficiales, y mucho más en un momento en el que Catalunya puede decidir sobre el rumbo de España en los próximos cuatro años.

La Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado en 115.000 las personas que han acudido a la manifestación por la Diada, el número de asistentes más bajo en los últimos años –2014 fue el año con mayor acogida: 1,8 millones de personas en la calle–. La Assamblea Nacional Catalana (ANC), sin embargo, ha elevado la cifra a 800.000 –incluso más alta que el pasado año–, ha rechazado la negociación entre Junts con Sánchez y ha vuelto a insistir en el reconocimiento del referéndum del 1-O. «Si no saben hacerlo, si no con capaces, que convoquen elecciones», ha dicho la presidenta de la ANC, Dolors Feliu.

En la marcha ha habido una mezcla de mensajes: mientras unos gritaban «Govern dimisión» –ante la presencia del propio presidente de la Generalitat– otros lanzaban gritos de «independencia». También se corearon consignas a favor del regreso de Puigdemont. Desde Òmnium Cultural, su presidente, Xavier Antich, ha afirmado: «La única cosa que puede dar miedo al estado es la cohesión del independentismo».

De la negociación a la oposición

El PSOE, con la vista puesta en las calles catalanas, incide en la «discreción» y la «cautela» para poder llegar a un acuerdo de investidura. «Las condiciones [de Puigdemont] son de máximos […] aunque hay espacio para el diálogo dentro de los límites constitucionales«, ha dicho la ministra María Jesús Montero. En Sumar, el partido liderado por Yolanda Díaz, ven muy cortos los plazos para aprobar una ley de amnistía antes de la investidura.

Desde el PP, la estrategia será de oposición dura, de levantar un frente contra Sánchez con el nuevo poder autonómico alcanzado con el apoyo de VOX. Y para ello, presentarán en los Parlamentos y ayuntamientos de toda España mociones «en defensa de la igualdad de los españoles», con las que pretenden «retratar» al PSOE.

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