Cultura
‘Yo una vez confundí los centros de fuego con la cárcel y el cuchillo de Lorca con la asfixia y corrí peligro y sé que no soy la única’, por Lara Moreno
El rincón para la creación literaria de El Periscopio, el suplemento cultural de La Marea. Con Lara Moreno.
LARA MORENO
En realidad no, no es Lorca, no
es la codeína del medicamento que me serví al llegar
sigo teniendo hambre (un vuelco en el estómago)
aunque ya haya comido, a veces, en esta noche triste de domingo
de primer domingo frío (un vuelco en el estómago, una turbina)
en realidad no es eso, ni siquiera estoy sola porque la tengo a ella
quiero decir que ella está dormida allá al fondo del pasillo
al borde de mi cama
una luz encendida resbala por su cara
y ahora que ella duerme no hay que disimular
quiero decir no importa el cuchillito de Lorca
no importa no importa la culpa de la tierra
no importa tener hambre o taquicardia no importa
el asunto viene a ser quizá lo que también dice el poeta
haber llegado a los centros y entonces
no poder en los centros las cosas y no poder arrancar
aunque no voy arrastrando un caballo a través del desierto
no soy una novia de arena una novia
no soy y si alguna vez bailo no tengo a mi padre alrededor
no me mira mi madre no celebro ante ellos el amor dolorido
esto nadie lo sabe
yo no arrastro al caballo no tiro de él
yo no sé dónde está esa puerta que debo cerrar
a veces se levanta un quicio la estructura en medio de la nada
de mi casa de mi domingo solo de mi hija dormida
a veces tomo codeína y me viene sin querer la silueta
la veo a lo lejos quicio de hierro fino deshilachado
deja pasar el aire un cuchillito en el centro del fuego
qué te creías, mujer
que ya acababas con esto, no, aún no acabas
cierra los ojos tú también por hoy estás cansada
no conviertas tus párpados en batir de alas
y entonces ya no está el quicio de la puerta se ha deshecho una vez más
sigues aquí atrapada e incluso desde la distancia él te gobierna
viene a echarte las sobras de la cena y a certificar que sigues viva
que no te has muerto todavía
poco más
como el fuego está alto como el viento de la noche lo sostiene
qué dificultad ahora arrancar las cosas pero diviso
una perra tumbada y jadeante en la tierra caliente la lengua fuera
el futuro
la libertad
pulmón escarcha yo soy la mujer y tú quién
eres carcelero y gusano
cerraré la puerta de una vez
para que nadie me sola vea
que nadie yo sola nadie ay que nadie te vea mujer
tan sola si cierro ahora los ojos mañana ya
será otro día.