Política

‘Brooklyn’, el último caso de sedición: “Aquí no hay Puigdemont, aquí hay un salto de la valla”

Un ‘docuthriller’ narra, dos años después, la fuga de una veintena de jóvenes marroquíes que escaparon de un avión en el aeropuerto de Palma de Mallorca.

Cartel del documental 'Operación Brooklyn'. CAPA ESPAÑA

En el momento en que suceden los hechos que dan origen a este documental, en Palma de Mallorca, las miradas estaban puestas en otra isla: La Palma y la erupción del volcán. Y es muy posible que, pese a lo inédito de este otro acontecimiento en el archipiélago balear, la mayoría de la población no lo recuerde

El 5 de noviembre de 2021, una veintena de personas abandonaron el avión en el que viajaban –salida Casablanca- destino Estambul– y huyeron corriendo por las pistas del aeropuerto mallorquín tras realizar una parada de emergencia. Había, supuestamente, una persona que necesitaba asistencia médica urgente. La mayoría de esos hombres, jóvenes marroquíes, fueron detenidos en los días siguientes, acusados de un delito que hoy, tras la reforma emprendida por el Gobierno de coalición, ya no existe en el Código Penal: la sedición

Hasta entonces, durante más de un año, esos jóvenes marroquíes han permanecido en prisión preventiva en un caso en el que pugnan dos presuntas orquestaciones: la Fiscalía, por un lado, ha mantenido que se trataba de un plan organizado, impulsado por un grupo en Facebook denominado Brooklyn; y las defensas, por otro, insisten en que se trata de un plan del Estado para dar una lección y que lo que se vivió aquella noche, en lo que se llamó patera aérea, no vuelva a ocurrir. “Aquí no hay Puigdemont, aquí hay un salto de la valla. Y este salto de la valla lo estamos tratando de una forma que es una exageración jurídica penal en todos los órdenes”, dice uno de los abogados en un momento de la cinta, titulada Operación Brooklyn, grabado antes de la reforma del Código Penal.

Dirigido por Tomás Ocaña –ganador del Emmy en tres ocasiones– y producido por CAPA España, la marca de documentales del Grupo iZen, y la productora Entrefronteras, se ha estrenado esta semana en el Atlántida Film Fest 2023.

“Fue el mismo 5 de noviembre, cuando volviendo muy tarde de trabajar, en el coche, escuchamos la noticia en la radio. En ese momento, no se sabía qué había pasado exactamente. Había mucha incertidumbre y muchas teorías: que si un atentado, que si un avión patera; incluso, hubo quien pensó que podía ser una manifestación de activistas contra la turistificación”, cuenta Lucía Muñoz, subdirectora de la cinta junto con Sergio Rodrigo. 

“La historia era fascinante, ¿cómo habían podido escapar 20 personas de un avión por la pista de un aeropuerto que no conocían, en una ciudad que nunca habían estado? ¿Qué había detrás de todo esto? Solo sabíamos que eran hombres marroquíes, que había un enfermo que había tenido que salir en ambulancia del aeropuerto, y que era un avión que iba desde Marruecos a Estambul. Llegamos a pensar que, si de verdad era una cuestión migratoria, hasta dónde puede llegar la mente de las personas para no tener que jugarse la vida en el mar a falta de vías seguras”, prosigue. 

Fue de este modo como ella y Sergio Rodrigo comenzaron a idear este trabajo sobre un hecho único en el mundo. “Un documental de migraciones sin pateras, sin mantas rojas. Un documental de migraciones de gente que se mueve en avión, como realmente migran la mayoría de las personas, pero claro, no era cómo lo hacen la mayoría de las personas, era corriendo por la pista de un aeropuerto desconocido 20 personas a la vez. Esto había que desgranarlo y que contarlo”. 

Lo que se cuenta, sin embargo, es un relato más allá de lo que sucedió aquel 5 de noviembre en un avión. Con una narrativa y un guion cimentados sobre la perspectiva de los derechos humanos, Operación Brooklyn es un viaje a caballo entre Europa y África que nos recuerda que todos somos personas, que tenemos sueños, que queremos vivir con dignidad. Hay muchos ejemplos en la película, donde los detalles, como esta conversación por WhatsApp, resume lo que se habla a diario entre las personas que tienen algo tan común como son los sueños:

Yassine: Estoy en España.

A: Mentira ? ?

Yassine: [envía su localización] Restaurante la Teranga, carrer Joan bauza, 48 palma, Islas Baleares.

A: ? ??

Por qué estás en Mallorca?

Tenías un billete para Estambul.

Luego te vas a Turquía?

Yassine: Vendré lo antes posible. A ti. 

Mi sueño se ha cumplido. Ahora soy emigrante. 

A: Mi madre te mandó el dinero para ir a Turquía y ahora piensa que me has engañado.

Yassine: No compliques más las cosas, por favor, es mi sueño.

Las entrevistas realizadas a los familiares de los acusados muestran también de manera muy clara las causas de quienes se ven obligados a migrar. “Esta película habla de migraciones para un gran público y del último caso de sedición en España. Y reitero lo de gran público porque en los últimos años tengo la sensación de que hablar de migraciones sólo le interesa a una parte de la población. Las fronteras, las políticas migratorias, nos han hecho normalizar que haya gente que se juega la vida en el mar a falta de vías seguras, incluso que no se tenga en cuenta que migrar es un derecho fundamental, ya sea por el motivo que sea. Hay discursos del miedo que nos llevan a tener odio hacia las personas que migran y, por eso, para nosotros era muy importante salirnos de los estereotipos de una persona que migra en situación administrativa irregular y contar por qué las personas quieren migrar”, explica Muñoz. 

El padre de uno de los acusados.

Yassine Labiad, uno de los abogados de los acusados, cuenta cómo su padre llegó en patera a España. Sin ese viaje, es muy probable que él no hubiera sido abogado y que hoy hubiera sido uno de esos jóvenes que se pasan los días hablando en Marruecos de cómo llegar a Europa para tener una vida mejor. “Hostia, un moro”, cuenta que dijeron en su graduación cuando citaron su nombre

‘Operación Brooklyn’, en la televisión pública

El documental se podrá ver próximamente en RTVE Play: “Personalmente, hace 11 años publiqué una novela con trasfondo migratorio en el Estrecho, es un tema que siempre me ha parecido de la mayor relevancia: cómo se vive en primera persona el jugarse la vida para llegar a Europa. Pero es muy difícil vender un documental sobre ‘migraciones’, porque a las cadenas y plataformas les parece que es una historia ya contada, o que tendrá poco tirón, o que no da para un largo documental…”, explica Adolfo Moreno, jefe de guion de la productora CAPA España y del documental. 

“Por eso, cuando Lucía y Sergio llegaron a CAPA España con esta historia, dijimos eureka. Ahí estaba la oportunidad de oro para hablar de las motivaciones migratorias en primera persona… pero en el marco de una historia que es un thriller policial que enganchará a la audiencia”, afirma Moreno, muy duro con una de las dificultades que han tenido: no recibir el permiso de Instituciones Penitenciarias para poder entrevistar a los acusados, quienes han insistido, mediante diversos escritos, en hablar con la prensa: “Es aterrador ver que el Estado español incumple su propia legislación y la doctrina del Tribunal Constitucional, que es cristalina: quienes están en prisión tienen el mismo derecho a dar información que cualquier otra persona. Y quien piense ‘bueno, esto le pasa a los migrantes, a mí no me pasaría’ creo que se equivoca, cualquier día nos puede ocurrir a cualquiera”. 

Y añade Moreno: “Este impedimento, que en la práctica supone una prohibición, vuelve  a la pregunta inicial: ¿a qué tiene miedo el Estado para impedirles dar su versión de los hechos? Y la respuesta está en el documental, donde la audiencia podrá hacer su propia valoración sobre cómo fueron tratadas estas personas”. 

Para Sergio Rodrigo, las pruebas que se muestran en este largometraje confirman que las autoridades españolas hicieron todo lo posible para que nunca más se volviera a repetir este caso. Y usaron todos los medios: “La Fiscalía General del Estado desde el primer momento estuvo sobre el tema, y la Fiscalía de Palma asesoró a la policía en los primeros momentos, que fueron clave. Yo creo que querían dar una respuesta ejemplarizante”.

Los jóvenes pidieron reiteradamente ser entrevistados.

Lucía Muñoz insiste en la incoherencia y en el incumplimiento de un derecho fundamental: “Desde Instituciones Penitenciarias y el Ministerio de Interior, que es quien exactamente lo regula, ha habido un silencio administrativo. Desde 2020, y gracias a la insistencia y el trabajo de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, el Tribunal Constitucional instó al Ministerio de Interior a que permitiese la entrada de periodistas a las cárceles para hacer entrevistas a presos. Sin embargo, esta ley no cumple con las garantías ni de los periodistas, ni de la ciudadanía presa o no, ya que explica el protocolo que hay que seguir y es el mismo que nosotras y los presos han hecho para pedir su derecho a una entrevista, paso por paso. El problema está en que en esta ley no se recoge ningún plazo, es decir, lo mismo nos podían contestar, ya fuese con un sí o con un no, en 15 días que en 10 años. Por tanto, la ley está hecha para que las instituciones, en este caso el Ministerio de Interior de Grande-Marlaska, puedan alegar a su antojo sin cumplir con el derecho fundamental a la información y a la libre expresión”.

Además de este impedimento, ¿qué ha sido lo más difícil en todo el proceso de la planificación y el rodaje o qué cuestiones les han resultado complicadas bien desde el punto de vista profesional bien desde el personal?

Adolfo Moreno: Profesionalmente, lo más difícil ha sido viajar a Marruecos y obtener allí las entrevistas y las respuestas que buscábamos. Como se dice coloquialmente, “nos dieron por todos lados”, las dificultades surgían una tras otra, con la policía, con las fuentes… pero eso no ha impedido que hagamos nuestro trabajo, que no es otro que trasladar a la audiencia información veraz.

Desde el punto de vista personal, Operación Brooklyn ha sido una experiencia maravillosa. El equipo humano que armamos entre CAPA España y Entrefronteras es de muchos quilates.

Lucía Muñoz: Desde lo profesional, coincido en que Marruecos ha sido lo más difícil: vigilancia policial todo el tiempo con seguimientos, incluso se colaron a las entrevistas con familiares en espacios privados. Sin embargo, el proceso de producir hasta poner el último crédito en este documental ha sido tan disfrutón y lleno de tantos aprendizajes que las cosas menos buenas salen pocas veces, sólo cuando tenemos que denunciarlo. Este documental no se podía haber hecho sin un equipo tan humano como profesional.

El fiscal superior dice que, por supuesto, no ha recibido ninguna orden del Gobierno, pero dice también una frase para la reflexión final: ojalá no sean absueltos. ¿Qué les sugiere este comentario?

Lucía Muñoz: Nos parece que si hoy tuviésemos que volver a grabar el documental le preguntaríamos por eso: ¿No decía usted que “ojalá no fueran absueltos”? Me encantaría saber la respuesta, pero me imagino que iría en la misma línea políticamente correcta que en la entrevista y se acogería a lo que dice la ley que ellos mismos aplican y que a veces la justicia debería interpretar, según los casos particulares y no generales. Cada persona es y tiene una historia. 

Cuando entrevistamos a los cargos institucionales, la verdad es que no teníamos muchas expectativas de que diesen respuestas algo más espontáneas, sino que sabíamos que iban a estar estudiadas. Creo que este documental ha hecho preguntas muy incómodas, era incómodo para mucha gente, y los cargos se jugaban mucho en sus respuestas, incluso en sus gestos, porque nadie hasta el momento ha asumido responsabilidades de los 14 meses que estos jóvenes han estado en prisión privados absolutamente de toda libertad. Por ejemplo, Iberia y Air Arabia no han querido participar en el documental, tampoco el ministro de Interior, Grande-Marlaska. Creo que la transparencia, incluso asumir que nos podemos equivocar, es positivo para la sociedad y poder dar marcha atrás, pero no todo el mundo lo ve así.

Adolfo Moreno: Este comentario llama mucho la atención, como también lo hace el que pronuncia en el juzgado la fiscal que se encargó del caso desde el primer momento. La Policía nos cuenta cómo trabajaron de la mano con la fiscal, la delegada del Gobierno que habló con el ministro Marlaska sobre el tema… Bueno, es mejor dejar que la audiencia tome sus propias conclusiones, pero sí parece claro que hubo cierta coordinación entre distintas instituciones del Estado. Esta coordinación está en el trasfondo del título Operación Brooklyn: ¿quiénes estaban más coordinados: los poderes del Estado español o los migrantes a través del grupo de Facebook marroquí Brooklyn? Cada espectador o espectadora podrá sacar sus propias conclusiones. 

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