Política
23J: la remontada que (aún) puede frenar a la ultraderecha
Así han cerrado los partidos la campaña más abierta y decisiva en los últimos 20 años: de las ganas de remontada de la izquierda a la posibilidad de que la ultraderecha entre por primera vez en el Gobierno de España de la mano del PP.
«Feliz #DíaMundialDelPerro». Con una sonrisa espléndida y una retranca propia del “contra todo pronóstico” al que, hasta ahora, nos tiene acostumbrados Pedro Sánchez –“más sabe el perro sanxe por perro que por sanxe”, confirmó él mismo a La Pija y la Quinqui–, el presidente del Gobierno y candidato socialista inició con esta simpática foto y este mensaje el último día de la campaña electoral más abierta y decisiva desde la de 2004. Entonces, el PP perdió las elecciones con la mentira de Aznar sobre el 11-M y Zapatero comenzó una etapa de avances sociales que transformó España.
Casi 20 años después, la irrupción del expresidente socialista en múltiples medios y mítines ha insuflado, de hecho, un chute de emoción entre una izquierda alicaída que ha estado viendo cómo el PP y la extrema derecha formaban gobiernos en su cara sin mayor problema. En esas estaban cuando Zapatero comenzó diciéndole con contundencia al periodista Carlos Herrera que había sido él y su gobierno quien había acabado con ETA. Aquella entrevista se viralizó. Y este viernes, en el municipio sevillano de La Rinconada, el «desatado» expresidente cerró la campaña volviendo a recordar que fue él y el PSOE quien acabó con la banda terrorista. Porque en ésta como en aquella de 2004, la derecha ha vuelto a tirar de ETA y de sus víctimas. «Y que digan misa», ha rematado Zapatero.
El propio presidente del Gobierno lo ha dicho en innumerables ocasiones: éstas no son una elecciones en las que se juegue la alternancia, son unas elecciones en las que está en juego la democracia. La virulencia de los mensajes lanzados por la ultraderecha en contra de los derechos humanos –violencia de género, migraciones, LGTBI, etc.– y, sobre todo, la normalización del PP de esos discursos al pactar con VOX para gobernar ayuntamientos y comunidades autónomas están marcando, sin duda, un nuevo tiempo en el que hemos asistido, incluso, a la censura de películas y obras teatrales –desde Virginia Woolf a Ana Belén–. Numerosas personalidades de la cultura han lanzado manifiestos pidiendo el voto progresista en contra de este retroceso, que de manera muy peligrosa está pasando de los discursos a los hechos.
“Va a ser la victoria de los aplausos frente a las caceroladas, la victoria del futuro frente al retroceso, la victoria de la verdad frente a la mentira”, ha vuelto a decir Sánchez este viernes en Getafe, en el cierre de una campaña marcada también, y muy especialmente, por otras mentiras.
Dos décadas después de aquel bulo indecente, la más destacada viene ahora de mucho antes, de más atrás, cuando “no había Internet”, y está relacionada con la foto con el narcotraficante Marcial Dorado que persigue al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como un álbum de bodas a los visitantes en una casa de recién casados.
“Me llaman mentiroso, no es un asunto que me preocupe mucho”, resumió el dirigente gallego un día después del debate de los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno, celebrado en RTVE, al que él no quiso asistir por aquello, según algunas interpretaciones, que le ocurrió días antes en otra de las entrevistas más difundidas de la campaña, también en la televisión pública. En ella, la periodista Silvia Intxaurrondo le fue desmontando, a medida que las iba lanzando, mentira a mentira –“Inexactitud”, según el vocabulario castellano de Feijóo o «errores», que ha dicho este viernes en A Coruña–: desde la revalorización de las pensiones al archivo de Pegasus.
“Aquí me conocéis mejor que en ninguno otro lugar de España, con mis defectos, mis errores […] Menos confrontación y más moderación, menos personalismo y más interés general, menos yo y más nosotros. Eso es lo que soy”, se ha definido en la ciudad gallega. De los cuatro principales candidatos, ha sido el único que ha optado por refugiarse fuera del centro de España para el cierre de actos, en este caso en su tierra. Allí, sin el más mínimo sonrojo, Feijóo ha pedido el voto para las personas que no llegan a fin de mes y no pueden pagar la hipoteca y también ha pedido el voto para que los pensionistas tengan sus pensiones aseguradas; es decir, ha pedido el voto para quienes su partido votó en contra de mejorarles la vida: como la reforma laboral o la revalorización de las pensiones de acuerdo al IPC.
“Es el momento de derogar el sanchismo”, dijo su compañero de partido, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en el balcón de Génova junto a a la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el mismo Feijóo tras el triunfo en las últimas municipales y autonómicas. Y hasta el último momento, esa ha sido la idea más manejada por el líder del PP: “Dentro de dos días, el sanchismo será pasado”, reiteró en A Coruña. Antes se había dado un baño en Andalucía, donde hace un año ocurrió lo que ahora quiere Feijóo que ocurra en España: que el PP arrase con mayoría absoluta.
Con encuestas que dicen una cosa y la contraria, casi todas con mejores perspectivas para el bloque de la derecha y ultraderecha, así se presentan los ánimos en el PSOE y en el PP en las últimas horas antes del 23-J, con unos líderes que, aunque han vuelto a poner sobre el escenario político el bipartidismo anterior al 15-M, necesitarán muy probablemente de los otros dos partidos que juegan en el tablero.
El dato que quiere confirmar Yolanda Díaz
Pese a las primeras turbulencias que el asunto Irene Montero –o veto de Irene Montero, según a quién se le pregunte– sacudieron Sumar, la vicepresidenta y candidata, Yolanda Díaz, llega a la cita electoral con fuerza. El debate a tres con Sánchez y Abascal ha sido en esta campaña su mejor carta de presentación para quien aún no la conocía o mantenía indecisión y, al estilo Zapatero, volvió a activar los ánimos que se habían venido abajo tras el careo entre Sánchez y Feijóo en el debate de Atresmedia.
“Hay remontada. Los números dicen que hay remontada. Creed que vamos a ganar. Tened esperanza. La esperanza es vuestra. Si nos roban la esperanza, lo perdemos todo”, ha dicho este viernes en el Auditorio Tierno Galván de Madrid con muchas ganas de que el resultado confirme finalmente sus datos. “Me preocupa que el partido más mentiroso, el PP, vuelva a entrar en la Moncloa”, dijo también en el mismo acto la secretaria general de Podemos, Ione Belarra.
¿El momento del PP o de VOX?
Y en la simbólica Plaza de Colón –donde PP, VOX y el hoy desaparecido Ciudadanos posaron juntos el 10 de febrero de 2019 en contra de Sánchez–, ha cerrado el partido de la ultraderecha una campaña en la que, a la misma vez, iba entrando en Parlamentos como el de Extremadura o el de la Comunitat Valenciana.
Paradójicamente, y a la espera de los resultados, la ausencia de Feijóo en el debate, ha podido hacerle más daño de lo que el partido esperaba, sobre todo porque hubo momentos en los que los otros dos candidatos le hicieron ver a Santiago Abascal que estaba asumiendo el papel de ‘defensor’ del líder del PP. “Como no ha venido, no hablaré de él, que no puede defenderse”, dijo el líder de VOX. La cada vez mayor insistencia de Feijóo en querer gobernar solo ha rematado el último acto de Abascal: “El PP quiere derogar el sanchismo… pactando con Pedro Sánchez y sus socios”.
Las primeras elecciones tras la pandemia
Estas elecciones generales, las primeras tras la pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania, fueron convocadas por Sánchez en forma de adelanto tras la debacle de la izquierda en los últimos comicios municipales y autonómicos. Tras ellos, el PSOE ha perdido plazas históricas como Extremadura, y el PP, con ayuda de VOX, ha recuperado gobiernos como el valenciano. Los resultados fueron nefastos para Podemos.
En las últimas generales, tras una repetición ante la falta de acuerdo entre los partidos para formar gobierno, el PSOE de Pedro Sánchez –que había llegado a la Moncloa un año antes, en 2018, con la moción de censura que desbancó a Rajoy del Gobierno– ganó los comicios con 120 diputados. El PP, con Pablo Casado al frente, obtuvo 89; VOX subió a 52 y Unidas Podemos, con Pablo Iglesias como líder, obtuvo 35. Ciudadanos, que había obtenido 57 en la primera ronda con Albert Rivera, se quedó en noviembre de 2019 en diez diputados. De todos ellos, sólo siguen Sánchez y Abascal.
«¿Las elecciones anticipadas de España marcarán el comienzo de la extrema derecha, o la apuesta de Pedro Sánchez dará sus frutos?», titulaba The Guardian estos días. La prensa internacional también está muy atenta a lo que pase este 23 de julio. Y varios líderes mundiales han firmado un manifiesto en apoyo al líder socialista. «No se trata de un compañero, se trata de la democracia», insistió Zapatero, que seguía desatado el viernes noche: “El domingo, sorpresa y chocolate con churros”.
Tapándome la nariz finalmente le di mi voto a SUMAR.
Salud y 3ª República.