Opinión | Política
Extremadura: el telón del PP para tapar sus miserias en Valencia y Baleares
24 horas antes de negarse a pactar un Gobierno con Vox, el PP extremeño prometió a los ultras la presidencia de la Asamblea de Extremadura
«No puedo dejar entrar en gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera una bandera LGTBI». Con estas palabras, la líder del Partido Popular extremeño, María Guardiola, prácticamente daba carpetazo a las negociaciones con Vox y abría la puerta a una repetición electoral. Lo hizo tras una esperpéntica sesión de constitución de la Asamblea de Extremadura donde PSOE y Unidas por Extremadura consiguieron cuatro de los seis puestos de la mesa aprovechando la división entre populares y ultras.
Extremadura fue ayer el escenario de un juego de ilusionismo diseñado por el PP con el objetivo de intentar esconder sus pactos con la extrema derecha en otras comunidades. La misma noche de las elecciones del 28M ya se conocía que la región extremeña iba a ser la más complicada para la formación de Alberto Núñez Feijóo porque, aunque sumaban mayoría absoluta con Vox, la división entre ambos partidos y sus líderes autonómicos era notoria. Extremadura, por tanto, iba a ser la coartada perfecta para encubrir las alianzas ultras del Partido Popular en aquellos territorios donde necesitan a la extrema derecha.
El juego de trileros es perfecto: si consigo convencerte de que en Extremadura no hay nada, te olvidarás de lo que sí hay en las Islas Baleares o en la Comunitat Valenciana. Extremadura como telón para tapar, a ojos de la opinión pública, que el mismo partido que dice que no pactará con quienes niegan la violencia machista, hace presidente del Parlamento balear a un negacionista de la violencia machista, además de conspiranoico y xenófobo. Y ese mismo partido que no puede meter a la ultraderecha en la Junta de Extremadura, mete a la ultraderecha en el gobierno de la Comunitat Valenciana.
Feijóo pacta con Vox con la mano derecha mientras que manda a la líder extremeña María Guardiola de gira por todos los medios de comunicación para predicar la centralidad del Partido Popular. En unas pocas horas: Cadena SER, ABC, El Programa de Ana Rosa y Onda Cero. «Miren, miren mi mano izquierda, aquí no hay nada», debe de estar pensando Feijóo. Sacrificar Extremadura para conservar el resto de autonomías y que, además, no pasen factura en las próximas elecciones generales. Si todo sale bien y Guardiola consigue convencer a la opinión pública de su moderación, la estrategia habrá sido redonda.
Pero no hace falta mirar a este y a oeste para encontrar las contradicciones del Partido Popular. Dentro de la propia región extremeña, su líder lleva asumiéndolas desde hace bastante tiempo. Veinticuatro horas antes de no querer compartir gobierno con quienes niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes o tiran a la basura la bandera LGTBI, Guardiola había ofrecido la presidencia de la Asamblea de Extremadura a quienes niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes o tiran a la basura la bandera LGTBI. A esos mismos les había prometido derogar la Ley de Memoria Democrática a sabiendas de que Badajoz fue la segunda provincia más afectada por la represión franquista.
Pisotear la memoria de miles de víctimas no es una línea roja para María Guardiola. Al igual que no lo es recuperar como candidato a la alcaldía de Guadiana (antes Guadiana del Caudillo) a Antonio Pozo Pitel, nombrado Caballero de la Fundación Francisco Franco por “su labor destacada de la verdad histórica y de la memoria del Caudillo y su gran obra”: “Mientras el que esté os habla, respire y sea alcalde, nadie borrará la historia de Guadiana del Caudillo”, dijo al recibir el galardón.
Pozo Pitel se dio de baja del Partido Popular en 2018 y se presentó como número dos de Vox a la Asamblea de Extremadura en 2019, pero no consiguió el escaño por unos pocos votos. Para Guardiola es impensable gobernar con quienes niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes o tiran a la basura la bandera LGTBI, pero sí puede llevar como candidato a quien hasta hace dos días militaba en un partido que niega la violencia machista, deshumaniza a los inmigrantes o tira a la basura la bandera LGTBI.
El nivel de prestidigitación de Guardiola llega hasta tal punto que, mientras ahora critica las posturas de Vox en temas como la violencia de género, olvida que en mayo permitió que dos cargos del Partido Popular formasen parte de la lista de Por y para Malpartida, una candidatura municipal para la localidad de Malpartida de Cáceres liderada por Alfredo Aguilera, condenado en 2020 por maltratar a su esposa. Según la sentencia, Aguilera y su ahora exmujer mantuvieron una discusión que terminó en zarandeos, un empujón y mensajes a su teléfono móvil: «Sinvergüenza, miserable, eres lo peor, eres una sinvergüenza y lo vas a ser toda la vida, patética».
Hablando de Memoria Histórica Democrática, había un impactante vídeo, muy bien documentado, titulado «La masacre de Badajoz» . Ya lo han retirado, ya no se puede ver.
Lo único que veo de bueno de estar hoy en la EU es que les va a ser más difícil llevar a cabo otro golpe de estado, que ya lo hubieran hecho a estas alturas.
LLevan pastoreando a imbéciles desde el golpe de estado de 1936 ; ¿ porque van a cambiar ? .
Salud.
No te fies de lobos, con piel de cordero.