Tragedia en Grecia: las labores de rescate continúan pero las esperanzas se desvanecen

KALAMATA (GRECIA) | Son las dos de la madrugada y fuera del hangar todo está tranquilo. Se han levantado tres carpas: una de primeros auxilios, otra de ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ]y otra de emergencias para catástrofes. También se han habilitado ocho váteres portátiles. Hay silencio; y algunas bolsas con zapatos y ropa que la gente ha depositado para quienes pasarán allí la noche. Si no fuera por las carpas, nada haría pensar que dentro del almacén se encuentran los aproximadamente 100 supervivientes de uno de los peores naufragios en la costa griega.

En la madrugada del martes al miércoles, un barco pesquero que había salido de Tobruk, en Líbia, y que se dirigía hacia Italia, se hundió ante la costa de Pylos, en el Peloponeso. Se calcula que viajaban a bordo unas 750 personas, pero a primera hora de la mañana de este jueves solo se habían recuperado 79 cuerpos y 104 supervivientes, que fueron trasladados a Kalamata. Todos son hombres de entre 16 y 40 años. Por el momento, se desconoce si a bordo viajaban mujeres y niños, aunque algunos testimonios indican que sí .

Hay diferentes versiones acerca de lo que ocurrió realmente. Durante un primer momento, las autoridades griegas dijeron que habían ofrecido ayuda al pesquero, pero que las personas que iban a bordo la rechazaron. En un documento publicado por la ONG Alarm Phone, sin embargo, se asegura que el barco estuvo pidiendo ayuda durante varias horas. Lo que sí es cierto es que tanto la guardia costera griega como Frontex habían localizado la embarcación.

En el país heleno se han decretado tres días de luto oficial y, a pesar de que las labores de rescate continúan, las esperanzas de encontrar tanto supervivientes como cadáveres, se desvanecen a medida que pasan las horas. El lugar donde se produjo el naufragio, la fosa de Calypso, a unos 50 kilómetros al suroeste de Pylos, es uno de los puntos más profundos del mar Mediterráneo, lo que complica las labores de rescate de los cuerpos.

Supervivientes deshidratados y en estado de shock

A pocos metros de donde se encuentran los supervivientes, en el paseo marítimo de Kalamata, tampoco nada hace sospechar semejante tragedia. Los jóvenes que pasean o toman copas en los bares, preparados ya para arrancar la temporada de verano, parecen ajenos a lo que ha ocurrido. Como si ni siquiera el mundo pudiese detenerse un instante para tomar aire y ver lo que sucede al alrededor. Unas horas después, al amanecer, el paisaje ha cambiado: ya no hay gente tomando copas, sino hombres y mujeres paseando a perros o saliendo a correr; pero el marco continúa siendo el mismo. Algún curioso se acerca hasta las inmediaciones.

En el hangar empieza a haber movimiento: hay cambios de turno y los supervivientes del naufragio empiezan a salir para usar los baños. Un camión descarga un palé lleno de botellas de agua. “Hay unas setenta personas dentro. Llegaron deshidratados; estuvieron cinco días sin apenas comer ni beber. La noche ha sido tranquila porque todos estaban muy cansados, pero algunos de los supervivientes han sufrido episodios de ansiedad. Están en shock y también debilitados físicamente. Les estamos tratando, tanto físicamente como psicológicamente”. Quien habla es Aikaterini Tsata, enfermera de la Cruz Roja en Kalamata. Las personas que lo necesitaron fueron trasladadas al hospital de Kalamata, donde se atendieron, principalmente, casos de hipotermia.

En el recinto, la policía griega evita que las y los periodistas se puedan acercar a los supervivientes. De hecho, tras un buen rato, instalan biombos para que no se pueda hablar por los espacios que quedan entre las vallas y los baños. Al otro lado del puerto hay dos patrulleras amarradas; desde una de ellas, algunos jóvenes griegos hacen labores de descarga. Según la agencia de noticias griegas Granma, se trataría de cuerpos sin vida.

Fuera del recinto se encuentra la oficina de las autoridades portuarias griegas. Allí es donde tienen la lista con los nombres de los supervivientes. A partir de las ocho de la mañana empiezan a llegar los primeros familiares. Algunos lo hacen en taxi; otros con su coche particular. Algunos encuentran a quienes buscan; otros, desgraciadamente, reciben la peor de las noticias, que ni siquiera es la muerte del ser querido: sino su desaparición. A los que encuentran a un familiar o conocido con vida tampoco se les permite la entrada en el hangar, y el intercambio con el superviviente en cuestión se produce fugazmente por entre las rejas. Se calcula que a lo largo de la tarde, los rescatados serán trasladados al campo de refugiados de Malakasa, al norte de Atenas, según han indicado fuentes del Ministerio de Inmigración y Asilo.

Grecia constituye una de las principales rutas de acceso a la Unión Europea. Desde enero de 2023, según datos de ACNUR, han llegado al país heleno unas 6.498 personas, de las cuales 5.104 lo han hecho por mar. En 2022 fueron casi 13.000 personas las que llegaron por mar y unas 326 la que se contabilizaron como desaparecidas. Sin embargo, esta última cifra es muy inexacta, ya que nadie sabe cuántas personas viajaban a bordo de estas embarcaciones.