Sociedad

La Iglesia recibe el testimonio de 927 víctimas de pederastia en España

La Conferencia Episcopal recopiló casos desde la década de 1940 y los hizo públicos en un informe. Hay acusaciones contra 728 religiosos.

José Gabriel Vera, director de comunicación de la Conferencia Episcopal, en la presentación del informe. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

La Iglesia española ha tardado mucho más que otras en encarar el problema de la pederastia en su seno, pero por fin ha dado el primer paso. Ayer hizo público su balance de víctimas, recopilado a través de denuncias presentadas en sus oficinas. La cifra es de 927 personas violentadas por los religiosos cuando eran menores de edad. Los casos se remontan a la década de 1940.

Aunque existe la sospecha de que estos casos son sólo la punta del iceberg, el volumen de los testimonios presentados ya es, por sí solo, considerable: el informe titulado Para dar luz está compuesto de siete tomos y fue presentado por el director de la Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal (CEE), José Gabriel Vera. El primer volumen contiene la cuantificación de los datos recibidos; los otros seis recogen la legislación vigente en el ámbito eclesial y los protocolos elaborados por sus instituciones para fomentar los «espacios seguros» para la infancia dentro de la Iglesia. El espíritu de estos protocolos responde, en palabras de Vera, a una percepción que el sacerdote resume así: «No sabemos qué ha pasado, pero no puede pasar esto».

Según el informe, el número de religiosos acusados de pederastia en España es de 728. La mayoría de ellos ya han muerto. «Todos los testimonios nos interesan. Para una oficina [de protección del menor en la Iglesia] no hay prescripción, porque la condición de víctima no prescribe nunca. Un testimonio siempre es relevante, aunque date de muchas décadas atrás o se refiera a alguien que ya ha fallecido», aseguró Vera. Esto puede ser así para la Iglesia; el Estado, sin embargo, ha clarificado los límites. Según la Ley del Menor, aprobada por el Gobierno de España en junio de 2021, «el plazo de prescripción se contará a partir de que la víctima haya cumplido los 35 años de edad. Con ello se evita la existencia de espacios de impunidad».

El informe Para dar luz surge a iniciativa de la Iglesia pero lo impulsa, inicialmente, una petición de datos del Defensor del Pueblo a las diócesis: qué protocolos seguían para la protección de menores, qué legislación estaba vigente, qué trabajos estaban realizando las oficinas de protección del menor y cuántas denuncias habían recibido. Esa información, después de mucho tiempo de espera, ya es pública. Su difusión vino acompañada de la asunción de los delitos y de un propósito de enmienda.

«Que cualquier víctima de abusos sexuales cometidos en la Iglesia sepa que hay, también en la Iglesia, un lugar en el que se les necesita, se les quiere conocer, se les quiere acompañar, se les quiere sanar, se les quiere reparar. Un lugar que existe porque reconocemos el daño causado», declaró Vera. «La Iglesia es la institución más interesada en saber lo que ha ocurrido con los abusos sexuales, aunque nos duela. A veces no estamos cómodos con la verdad –admitió–, pero nosotros somos gente de la verdad. Conocer la verdad es imprescindible para nosotros. Si no hay verdad, no hay Iglesia».

La verdad sobre la pederastia ya estaba ahí

Las sentidas palabras de Vera contrastan con los hechos: el papa Juan Pablo II ordenó en su día que los casos de pederastia fueran investigados por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Así se hizo, y el Vaticano supo gran parte de esa verdad desde hace al menos 40 años, pero manejó el asunto con secretismo y en clave interna. En cualquier caso, tampoco entonces fue una sorpresa, el problema venía de lejos. El caso del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, es paradigmático: Roma ocultó sus delitos durante 63 años. Además, éste nunca perdió el favor del pontífice polaco, quien aun conociendo su historial consideraba al religioso como un hombre «colmado de los dones del Espíritu Santo».

La reacción de la Iglesia por los casos de pederastia no se produjo hasta la elección del papa Francisco. Hoy, teóricamente, los obispos se juegan la mitra si no actúan con diligencia contra los religiosos pederastas u ocultan algún delito. El año pasado, además, la legislación vaticana intensificó la persecución de los delincuentes sexuales en la Iglesia: según el Vademécum (sobre algunas cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos), la investigación interna debe ser puesta siempre en conocimiento de las autoridades civiles, incluso cuando no den veracidad al testimonio de la víctima.

El desglose de las denuncias recibidas por la Iglesia española arroja ciertos patrones sobre los delincuentes que ha acogido en su seno: casi todos los acusados son varones (salvo cinco mujeres) y la gran mayoría de sus víctimas también lo son (el 82,7%). El 75% de los delitos registrados se cometió antes de 1990, con especial incidencia entre los años sesenta y los años ochenta. La mayoría de los delitos se cometió en el ámbito de las escuelas religiosas (un 47%), seguidas éstas por seminarios e internados. Entre los 728 agresores, algo más de la mitad (378) son curas. Además, hay 208 religiosos no ordenados sacerdotes y 92 laicos. En 23 testimonios el denunciante no supo especificar la condición religiosa del agresor.

«Esta es una foto fija del momento actual, pero el trabajo está abierto, no está acabado», admitía, por su parte, Francisco César Magán, secretario general de la CEE, que acompañó a Vera en la presentación del informe. «Los datos se siguen actualizando con la información que nos proporcionan las oficinas de protección al menor». De hecho, según afirmó el director de comunicación de la institución, hay otros 191 testimonios que siguen en fase de estudio, «para poder culminar con ellos el proceso pastoral o judicial oportuno».

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Comentarios
  1. Con estos representantes de dios y su España católica no se gana para sustos.
    Fueron instigadores del golpe de estado del 36 y cómplices de los verdugos en guerra y dictadura, han robado al pueblo infinidad de propiedades públicas, cuyo mantenimiento financiamos los expoliados, les regalamos once mil millones de euros al año y ningún gobierno se atreve a llevarles la contraria pues son los que determinan los votos electorales.
    Para colmo abusan sexualmente de los hijos de sus fieles sin que les acuse el movimiento me too ni tengan que acabar como J. Epstein.
    Son jueces de la derecha nacional/católica quienes en mayor medida manejan la judicatura del estado; pero para que no se les escape de las manos, van a reforzar su influencia.

    El ‘think tank’ de la cúpula católica abre una escuela para formar a los jueces y fiscales del futuro.
    La Iglesia católica, más concretamente su jerarquía, estrecha su vinculación con la élite funcionarial española. La Fundación Pablo VI, una entidad religiosa y académica con sede en Madrid cuya cúspide está en su mayoría copada por obispos y cardenales, acaba de poner en marcha la Escuela de Oposiciones Herrera Oria, un “centro de formación integral” para los “Altos Cuerpos de la Administración”, es decir, para futuros jueces, fiscales, abogados del Estado, técnicos e inspectores de Hacienda y economistas del Estado. La fundación indica a infoLibre que se trata de la “primera academia” de España dedicada “exclusivamente” a la preparación de funcionarios de la “alta Administración”.

  2. Pederastas eclesiásticos e impunidad en el Reino de España, por Domingo Sanz.
    Lo de la pederastia en la Iglesia Católica no ha hecho más que empezar, por lo que toda cifra es provisional.
    Además, el número total de delitos que se podrán conocer será mínimo en comparación con los que se cometieron, pues a las víctimas que habrán fallecido se sumarán las que jamás denunciarán.
    “las trabas de varios obispos” son la causa de que en el Reino de España avance con exagerada lentitud una investigación que es similar a las realizadas en las repúblicas portuguesa y francesa.
    Esta lentitud española en la investigación de los pederastas que han abusado investidos de la autoridad eclesiástica multiplica una impunidad que es muy elevada en esta clase de delitos, sea cual sea su entorno.
    En mi opinión, el problema del Reino de España es que la impunidad es el resultado de una historia en la que durante muchas generaciones han predominado los periodos de crueldad de las élites contra los de abajo.
    nunca pagaron por sus crímenes ni aquellos militares, ni los grupos de falangistas que sacaban a sus vecinos para fusilarlos sin juicio en cualquier descampado, ni tampoco los que aprovecharon la postguerra para adueñarse de bienes que pertenecían a republicanos. Y, para confirmar la impunidad absoluta de tanto criminal en el bando de los vencedores, la Ley de Amnistía aprobada durante la Transición metió a los culpables en el mismo saco de unas víctimas que durante la dictadura fueron condenados por reclamar democracia.
    Si en la misma encuesta se preguntara si creen que en España han pagado por sus delitos todos los políticos que se han corrompido y enriquecido gracias a los cargos que desempeñaban, la mayoría, aún sin llevar la cuenta, diría que no, que hay muchos que se han librado, a pesar de los casos tan relevantes que han aflorado en los últimos años.
    Y si en la misma encuesta se preguntara si están de acuerdo con que el jefe del Estado pueda cometer cualquier delito sin rendir cuentas ante la Justicia, es probable que el porcentaje de respuestas negativas y escandalizadas por una pregunta tan ofensiva se acercara al 100%.
    En cambio, la sociedad española ha contemplado, sin reaccionar, como el fiscal anticorrupción archivaba en marzo pasado la investigación iniciada por delitos de Juan Carlos I con el argumento de que la “inviolabilidad” de que disfrutaba impide que sea sometido a juicio, fueras cuales fueran los delitos que cometió durante su reinado.
    En el Reino de España, cada persona de abajo puede opinar lo correcto, pero, ante la impunidad que prevalece, acepta las decisiones de los que mandan para evitar un mal mayor que siempre terminan pagando los mismos.
    https://rebelion.org/pederastas-eclesiasticos-e-impunidad-en-el-reino-de-espana/

  3. Sois la multinacional más peligrosa que hay y ha habido sobre la mayor parte del planeta. Siempre habéis sido el poder y habéis estado comprometidos estrechamente con los poderes más corruptos y criminales (dictadura franquista). Históricamente y más en España habéis tenido de una u otra manera todos los niños y barraganas que habéis querido y encima os financiamos «democraticamente» con 15000 millones de euros todos los años. No os creo en nada y deberia estar prohibido que impartierais cualquier tipo de enseñanza (adoctrinamiento) en particular a los niños, sois contrarios a la libertad. Rezad todo lo que queráis pero no hay perdón. Tenéis que ser juzgados por los tribunales y recibir la cárcel correspondiente.

  4. ¿Sólo 748 casos de pederastia en toda España? Éso huele a falso, en Irlanda, país con una poblacion 4 veces menor que la de España, se juzgó a mas de 4.000 curas pederastras. Uno fue especialmente aberrante, el tipo violó a mas de 200 niños discapacitados de un internado. En Irlanda el juicio ya terminó y la iglesia católica irlandesa deberá pagar 4.000 millones de US$ en daños y perjuicios a los padres de las víctimas. En Australia ocurrió algo semejante. En USA, sólo la diócesis de Chicago debía pagar 1.500 millones de US$ en daños.
    Pero, la pedofilia clerical es sólo una parte del problema, la otra parte es la impunidad clerical. En los paises del Tercer Mundo los obispos usan el Derecho Canónico para proteger y salvar a los curas pedofilos de la cárcel.

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