Sociedad
“Siria se ha convertido en una gran prisión para los periodistas”
"Muchas veces los migrantes son retratados como una amenaza o se dice que vienen a aprovecharse de las ayudas", explica el periodista Okba Mohammad, uno de los componentes y fundadores de Baynana
“Baynana es casi un milagro”, dicen sus fundadores. Cuatro periodistas sirios, obligados a abandonar su país en 2019 por culpa de la guerra, crearon la primera revista digital en árabe y español con el objetivo de “enriquecer la narrativa desde y sobre la comunidad migrante, promoviendo la diversidad cultural y combatiendo los estereotipos y discursos de odio”.
Muhammad Subat, Ayham Al-Sati, Moussa Al Jamaat y Okba Mohammad (quien responde a estas preguntas), con el apoyo de la Fundación PorCausa, han conseguido sostener un medio de comunicación alejado de las tendencias virales que dominan en el sector, y en el que también colaboran las periodistas Celia Vidal y Laila Muharam Rey. Ahora, han impulsado un crowdfunding que termina el próximo 28 de mayo con el objetivo de hacer sostenible su proyecto periodístico.
Dos años después del inicio del proyecto, ¿qué creéis que aporta Baynana a nivel periodístico?
Baynana, que creció con posibilidades sencillas, contribuye a romper estereotipos sobre las personas migrantes a través del trabajo periodístico que hace, y también brinda un espacio a las personas migrantes y refugiadas que quieren contar sus historias, además de construir puentes entre culturas.
Mucha gente ha cambiado de opinión sobre varios asuntos tras leer algunas informaciones que hemos publicado en la revista. También arroja luz sobre temas que muchas veces no son visibles en la prensa española, y su cobertura es difícil para un o una periodista española debido a muchas barreras, sobre todo el idioma y el acceso a las fuentes, ya sea cobertura relacionada con la migración u otros temas como la guerra en Siria.
Una de estas coberturas, por ejemplo, fue la del terremoto que asoló Siria y Turquía el 6 de febrero pasado. Hemos estado cubriéndolo desde el primer momento con mucha presión y pocos recursos. Por otro lado, hemos realizado varias colaboraciones, incluso con La Marea sobre Las complejidades y matices de las personas que buscan refugio. Y con 5W sobre el terremoto. También se publicará esta semana un reportaje sobre la tortura en las cárceles sirias. Los miembros de nuestro equipo también han publicado decenas de historias sobre diferentes temas vinculados con Siria en medios nacionales como El País, ElDiario.es, ARA, Público, e internacionales como Global Voices y Equal Times.
Baynana no habla de las migraciones en tercera persona, sino que las cuenta desde el interior, desde la propia experiencia de sus periodistas. ¿Cuál es la diferencia entre contar las migraciones desde fuera y contarlas habiendo sido migrante?
La diferencia es que cuando eres un periodista migrante, viviste este proceso migratorio y enfrentaste muchas crisis, problemas, dificultades y pasaste por múltiples etapas en este proceso, por lo que primero tienes experiencia personal y luego conocimiento sobre los sistemas de migración en general. Esto es lo que hace más fácil para el periodista migrante descubrir historias sobre las que informar, que son en el sufrimiento de los migrantes, la violación de sus derechos, o incluso historias positivas como los éxitos de estas personas, sus innovaciones y su participación en la construcción de sociedades.
En Baynana intentamos visivilizar este tipo de historias, y por eso tenemos una sección en la web llamada «Nuestras historias», dedicada a los casos de éxito de los migrantes. Para nosotros, esta es una de las estrategias para combatir el discurso de odio contra los migrantes y romper los estereotipos sobre ellos y ellas.
¿Cuáles son los principales estereotipos que existen en España en torno a los migrantes y los refugiados? ¿Cómo se suele representar a los migrantes en los medios de comunicación españoles?
No quiero generalizar, porque hay colegas en diferentes medios que presentan bien a los migrantes y cuentan sus historias de manera objetiva y sin prejuicios. Pero muchas veces los migrantes son retratados como una amenaza o se dice que vienen a aprovecharse de las ayudas. Al mismo tiempo se habla de ellos y de ellas como números y porcentajes sin hablar de personas con profesiones, con familias, con hijos, con padres… personas con historias..
¿En qué os gustaría que se convirtiese Baynana tras el crowdfunding? ¿Cuál es vuestra meta?
El crowdfunding es un último empujón para que podamos ser independientes con nuestro proyecto. Este proyecto se puso en marcha hace dos años con la ayuda de la Fundación porCausa, que nos recibió y nos ayudó a nivel logístico y organizativo hasta llegar a lo que tenemos hoy. A través de este pago, la revista Baynana podrá completar este año, y el dinero se destinará a las necesidades básicas como se muestra en la página de la campaña, que son los salarios mensuales del equipo, los cuales son muy pequeños y a media jornada.
Además, podremos hacer frente a los costos de las plataformas que utilizamos, como el sitio web, la página de soporte, el boletín mensual, etc., y otros gastos. Durante los próximos meses, recurriremos a otras fuentes y participaremos en subvenciones y proyectos con el objetivo de lograr la independencia, además de apoyarnos en los suscriptores.
¿Cuál es la situación actual del periodismo en Siria? ¿Os gustaría poder regresar y ejercer vuestra profesión desde allí?
La situación del periodismo en Siria es lamentable. Durante los años de guerra, que ya son más de doce, unos 700 periodistas fueron asesinados y otros 1.500 resultaron heridos, según informes de organizaciones y medios de comunicación.
Siria se ha convertido en una gran prisión para las y los periodistas. Muchos y muchas colegas son amenazados y perseguidos por varios partidos que tienen poder sobre el terreno, encabezados por el régimen de Bashar Al-Assad, que es el responsable del asesinato de 500 periodistas. Pero, a pesar de eso, allí los periodistas son muy valientes, porque se mantienen firmes y siguen cubriendo la información después de cada desastre, algo que les afecta a nivel personal. Se da el caso de muchos compañeros y compañeras que perdieron a sus familias y allegados por culpa del terremoto y, a pesar de eso, lo cubrieron.
Muchas veces la voz de estos periodistas locales no llega a la prensa internacional, y creo que los medios interesados en cubrir conflictos deberían estar abiertos a cooperar con los periodistas que trabajan en el terreno en esas áreas porque saben más que nadie sobre la situación en estas zonas. También creo que los periodistas en el extranjero deberíamos cooperar y apoyarles.
No se puede trabajar como periodista bajo un régimen que considera que una cámara y un bolígrafo son mayores amenazas que un arma. Por lo tanto, el tema del retorno ahora, ante la falta de seguridad y la amenaza constante de muerte y tortura, es un asunto muy complicado. Pero por supuesto que me gustaría estar allí, viviendo y ejerciendo esta profesión, pero no nos lo permiten.
EE.UU. está creando un nuevo grupo terrorista, incluyendo a integrantes de Daesh
“Hay nuevos planes destructivos estadounidenses contra Siria mediante la creación de un nuevo grupo terrorista en las inmediaciones de la gobernación de Raqa, en el noreste del país, para utilizarlo nuevamente en operaciones terroristas contra esta nación”.
“aparentemente ya no es suficiente para Washington suministrar armas a las formaciones armadas ilegales en la región de Al-Tanef en el este de Siria, y ahora empezaron a crear el llamado “Ejército Sirio Libre” que incluye a integrantes de la organización terrorista Daesh.
Estados Unidos prepara atentados terroristas en Siria en lugares concurridos y contra instituciones estatales con ayuda de militantes solapados. “Como herramienta habitual para llevar a cabo sus planes subversivos, los servicios de inteligencia estadounidenses pretenden utilizar una vez más a los extremistas islámicos, ahora llamados “oposición moderada”.
“esta actividad criminal se controla desde la base militar estadounidense de Al Tanf, cerca de las fronteras de Siria con Jordania e Irak, donde se entrenan decenas de combatientes del ISIS, cuyas filas se engrosan regularmente gracias a que los estadounidenses liberan a terroristas de las cárceles del noreste ocupado de Siria”.
https://insurgente.org/siria-advierte-rusia-que-ee-uu-esta-creando-un-nuevo-grupo-terrorista-incluyendo-a-integrantes-de-daesh/
Se puede hablar, perfectamente de la Izquierda Otanista. Se trata de una izquierda, muy extendida en Occidente, y en especial España, que rechaza sus orígenes ideológicos: «OTAN de entrada no». Recuerdo aquella estafa de referéndum. Había, en esa llamada «Transición», un clamor mayoritario del pueblo español en contra de una organización bélica y belicista cuya razón de ser, y cuya utilidad para la defensa nacional, eran asuntos más que cuestionables.
Con ciertas dosis de terrorismo mediático y marrullería típica de Felipe González y del PSOE, España ingresó en semejante entidad, firmando cheques en blanco y dejando su trasero meridional al aire: el trasero peligroso, por donde penetran los males más perentorios de España, tiene un nombre. Se llama Reino de Marruecos.
Pasan las décadas y, más allá del PSOE, cuya praxis neoliberal está fuera de toda duda, en este país nuestro tan ajado por mentirosos y chaqueteros, han surgido los «pensadores de la izquierda otanista» que se admiran de cómo puede haber izquierdistas que no apoyen a la OTAN. Esa extraña posición de quienes sostienen que, en efecto, el Capitalismo es malo pero que no hay alternativa al poder abusivo y hegemónico de su gendarme, los EEUU.
Los gendarmes del mundo han creado la OTAN, viene a decirnos la izquierda otanista, y, en fin, esa organización no nos gusta mucho. Pero ¿cuál es la alternativa? ¿La «autocracia» de Putin?
Hay que hablar el lenguaje del gendarme Biden, no hablemos de «Guerra en Ucrania», sino de «invasión rusa».
Se obvia todo el cúmulo de antecedentes –manifiestamente agresivos- que llevan a la OTAN a extralimitarse en todos los sentidos: fuera de los límites territoriales para los que fue concebida, fuera del límite de seguridad estratégica pactado con Rusia años atrás, fuera de las necesidades defensivas de los países miembros… Fuera de la prudencia y el sentido común.
La OTAN ha declarado la guerra a Rusia de manera interpuesta. Formalmente, la OTAN ayuda a un país invadido. El país invadido, parte integrante de la civilización rusa durante siglos, es –sin embargo- un territorio donde el Occidente colectivo ha forzado previamente un cambio de régimen, beneficiando a ultranacionalistas antirrusos y a neonazis, que le vienen muy bien para completar el «cerco» a Rusia.
El lenguaje de la izquierda «correcta», alineada con el gendarme mundial, Mr. Biden y los demás pentagonales, debe insistir en la denuncia de la voluntad neoimperial de Putin.
«¿Qué hace Rusia, por ejemplo, en Siria, en Mozambique, en Mali, en Libia? ¿Defenderse de la OTAN?»
A lo que se ve, hay imperios que poseen el derecho a ser omnipresentes. Pero las intervenciones puntuales de otros imperios, Rusia o China, se deben impugnar de inmediato.
¿Buscamos cifras para comparar el número de portaaviones, bases militares en el mundo, tropas desplazadas en el extranjero? La diferencia es abrumadora: EEUU gana en todas las estadísticas. Éste si es el imperio intervencionista y omnipresente: en todos los mares, en todos los continentes están ellos.
La presencia exterior rusa, más allá de los países satélites que están adheridos o son contiguos territorialmente a la Federación, es escasa, puntual, limitada. De su parte, la presencia militar China, allende la defensa de sus aguas jurisdiccionales y de sus fronteras, es escasísima.
Con la izquierda otanista, se sentencia a muerte toda una trayectoria ideológica de oposición al Imperio yanqui, de lucha contra el entramado agresivo y belicista de la OTAN, de pacifismo consciente y realista, de defensa activa de la multipolaridad, de lucha en pro de los pueblos, de las naciones que no quieren seguir siendo colonias de EEUU ni comparsas de un ejército omnipresente y genocida.
No es cuestión de que nos agrade Putin, o compremos su «narrativa». Es cuestión de que denunciemos con claridad la existencia de una izquierda otanista, una de las «patas» sobre las que se levanta el imperio del neoliberalismo.
(Carlos X. Blanco- «La izquierda otanista)