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Abismos reales
'Ellas, las extrañas' dibuja un interesante panorama de las escritoras no realistas en español que atraviesa varias generaciones, escribe José Ovejero.
En su famosa Tesis sobre el cuento, Ricardo Piglia afirmaba que «El cuento es un relato que encierra un relato secreto» y venía a decir también que la manera de manejar la relación entre las dos historias era la que marcaba la aproximación al género por los grandes autores que han ido provocando su evolución (Piglia cita entre otros a Borges, Poe, Kafka y Mansfield; y a Chéjov, por supuesto). Según él, habría una tradición que viene de Chéjov y Mansfield en la que se renuncia a aquello que en Poe era parte esencial del cuento: la revelación final, que hacía aflorar lo oculto y daba sentido a la narración.
Hoy muchos escritores y escritoras deciden no resolver la tensión y convertirla en el eje del cuento. Puede que se dé un acontecimiento final fulminante, como sucede en el relato Vacaciones, de Izaskun Gracia, contenido en este volumen, final fulminante y sorprendente que, en lugar de cerrar la historia y darle un sentido claro, abre un pozo que nos absorbe: entendemos que las cosas no son como pensábamos, pero ahora no sabemos qué pensar. La realidad se ha vuelto incomprensible, extraña.
Esa extrañeza es el eje de esta antología de autoras que escriben en español. Beatriz García Guirado, coordinadora de la antología y prologuista, explica que pretende dar relevancia a la escritura no realista, escapar al tópico de que una escritora debe escribir «sobre el hecho traumático de ser mujer en un sistema patriarcal: su cuerpo y sus traumas, su familia y una adolescencia agridulce, marcharse al campo para autorrealizarse (…), su precariedad laboral…» Y, más adelante: «Escribimos desde la experiencia de lo que somos, pero no sobre ello, o al menos no siempre de una manera estrictamente pegada a la cámara de lo real aparente».
Este libro nos recuerda que en la literatura española escrita por mujeres hay otra tradición que olvidamos con frecuencia: Emilia Pardo Bazán, Rosa Chacel, Rosalía de Castro, Ana María Matute, Mercè Rodoreda están en nuestra memoria, pero sobre todo por su vertiente realista o intimista, y olvidamos sus incursiones en lo extraño.
Conviene recalcar, y lo recalca Beatriz García Guirado, que «extraño» no significa de terror ni fantástico ni de misterio, aunque pueda hacerlo. Es una categoría más amplia que abarca una literatura que, de ser espejo de la realidad, es un espejo cóncavo. La realidad está ahí pero lo que vemos está deformado… ¿o quizá estoy cayendo en una trampa? ¿Y si la realidad que vemos no es «lo real»? Suele decirse que escribimos para poner orden en una realidad caótica, pero yo siempre he creído que escribimos para desbaratar el orden aparente de lo real. Porque ese orden es una ficción.
Ellas, las extrañas ofrece numerosas maneras de desordenar la estructura limpia y clara de lo aparente. Para ello echa mano de maestras reconocidas del género, como Cristina Fernández Cubas, que tiende hacia el misterio y el terror, y de Pilar Adón, que a menudo presenta una cotidianidad ligeramente fuera de eje, de manera que todo es reconocible en ella y sin embargo nos produce inquietud, la sensación de no estar entendiendo algo.
También hay relatos crueles, truculentos, como el magnífico Cinco hermanas, de Alicia Sánchez Martínez, que sí habla del «hecho traumático de ser mujer en una sociedad patriarcal», pero a años luz del realismo y lo testimonial. Y relatos como Perros naranja, de Marian Womack, en los que es difícil saber cuál es el tema, cuál es la historia central –¿las extrañas mariposas, el mundo descompuesto, el embarazo de la mujer?–, y es la atmósfera siniestra la que lo une todo y le da sentido… aunque este no quede claro. Gracias por ello.
Supongo que no es justo entresacar solo unos pocos relatos en esta interesante colección. Los que más me han gustado son, casi siempre, los que no resuelven la tensión, esos en los que la historia secreta y la aparente no se separan y definen. Los que me enfrentan a la extrañeza que produce la realidad sin resolverla. Sin tranquilizarme.
Ellas, las extrañas dibuja un interesante panorama de las escritoras no realistas en español que atraviesa varias generaciones, desde alguien que se acerca a los ochenta años, como Fernández Cubas, a jóvenes escritoras que rondan los treinta. A todas ellas las une ese deseo de practicar una literatura sostenida por la imaginación y lo no convencional, por la convicción de que lo real puede abordarse de muchas maneras. Porque no es solo el cuento el que encierra un relato secreto. En la vida real sucede lo mismo: por debajo de las apariencias se abren abismos. Las autoras de Ellas, las extrañas, se asoman a ellos.
Ellas, las extrañas
Antología de Beatriz García Guirado
InLimbo, 2023