Opinión

Yolanda Díaz, la esperanza, la democracia y las mujeres

Dani Domínguez repasa algunos de los conceptos más utilizados por Yolanda Díaz en su discurso de presentación de su candidatura a la Presidencia del Gobierno.

Yolanda Díaz durante la presentación de su candidatura a la presidencia del Gobierno. SUMAR

No fue de sopetón. Hacía semanas que la opinión pública conocía que Yolanda Díaz iba a presentar su candidatura a la Presidencia del Gobierno el domingo 2 de abril en un acto en Madrid. Y así fue. Hubo que esperar a las 14.15h (el acto debía comenzar a las 11.30h) para escuchar la frase que más se ha repetido en los diferentes titulares de los medios de comunicación: “Voy a dar un paso adelante. Quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España”.

Las credenciales ya están sobre la mesa. Estaban, en realidad, desde el día de la fallida moción de censura de VOX. Si hay que señalar un momento como la primera vez en la que la actual vicepresidenta del Gobierno se postulase como posible inquilina de La Moncloa, es ese, tras un discurso impecable que convirtió, por un momento, el circo de la ultraderecha en política seria.

El discurso de este domingo en Madrid ha marcado los ejes ideológicos de Sumar. Un proyecto que, en términos discursivos y de comunicación política, nada se parece al Podemos de 2014, mucho más agresivo en un contexto de desazón política en el que el Partido Popular barría derechos sociales a golpe de mayoría absoluta. En esos momentos, Pablo Iglesias supo canalizar el descontento con discursos duros (y marcadamente populistas) que señalaban de una manera directa a las élites económicas y políticas (la famosa “casta”) como causantes de la crisis que atravesaba el país.

Casi una década después, la situación política y socioeconómica es diferente, con el primer Gobierno de coalición de la historia gracias al empuje, justamente, de quien abrió esa posibilidad a pesar de las voces en contra, que no es otro que Podemos. Díaz ha sabido leer el contexto actual y cambiar el enfado por la “esperanza” mientras que los morados, con más razón que estrategia, siguen jugando la carta de una indignación que políticamente está acabada. Los rostros serios han dejado paso a las sonrisas y a la «ilusión» que tanto repetían los asistentes al acto del domingo. 

Y es por eso que Yolanda Díaz repitió la palabra “esperanza” hasta en 14 ocasiones en su discurso. Tanto es así que la vicepresidenta y su equipo han sabido reivindicar los grandes acontecimientos históricos progresistas de España (como las revoluciones liberales o la Constitución de Cádiz) en clave de esperanza y no de nostalgia: “La esperanza en un mundo mejor no nació ayer. Viene de muy atrás, de los grandes proyectos transformadores que han ensanchado nuestra democracia a lo largo de la historia”.

“Ensanchar la democracia”

Dieciséis son las veces que Díaz repitió el concepto “democracia” (y sus derivados) en el discurso : “SUMAR está para solucionar los problemas de la gente y tiene como gran reto ensanchar la democracia. Democracia que, hoy, está en peligro por culpa del partido del odio. Aquí, en Italia, en Hungría o en los Estados Unidos”, fue la primera vez que hizo referencia al concepto, casi al inicio de la intervención.

Acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz a la presidencia del Gobierno. SUMAR

Democracia como sinónimo de justicia. Por ello, la vicepresidenta habló de “democracia económica” o de “planificación ecológica democrática”. Un significante vacío que puede llenarse a gusto del votante con frases como “La democracia tiene que llegar a las entidades financieras, a las empresas energéticas y a las grandes distribuidoras de la alimentación” o “La vivienda es una de las asignaturas pendientes de nuestra democracia”. Esta falta de concreción es, en primer lugar, propia de una plataforma política en un momento incipiente pero también forma parte de una estrategia política que conoce cómo operan los sentimientos en el inicio de un nuevo movimiento. El “programa, programa, programa” de Julio Anguita frente al “sentimiento, sentimiento, sentimiento” que tan bien supo exprimir Podemos en sus comienzos.

“La España de las mujeres”

Es, posiblemente, la gran ruptura con el Podemos de 2014. Frente a un partido hipermasculinizado, Díaz apuesta por “La España de las mujeres”. No solo lo dice, sino que lo hace, y así se ha podido ver en los diferentes actos de Sumar durante el conocido como “proceso de escucha”. En este último, de las cinco personas que intervinieron antes de la vicepresidenta, cuatro eran mujeres, además de la presentadora del evento.

Pero la feminización de la política no solo se construye a base de rostros y de nombres (Díaz ha reivindicado a Rosalía de Castro, a Gioconda Belli o a María Lejárraga, entre otras), sino de formas. La ternura frente al cabreo. Una ternura que muchos críticos entienden como tibieza a pesar de reconocer a Díaz como “la mejor ministra de Trabajo de la historia”. 

Ahora, Yolanda Díaz ya ha dado el paso definitivo. Sin “tutelas”, sin ser la “de” de nadie. Toca poner de acuerdo a quienes, en lo personal, no se soportan. Las diferencias políticas son solo de estrategia, no de programa, pero pesan más que el fin de cualquier formación política: gobernar. La nueva España que se inauguró tras al 15-M ahora ha encontrado otra vereda por la que continuar. Cambiar el rumbo, cuando tantas veces han intentado echarte del camino, es una decisión difícil, pero es la única acertada cuando esa senda ya se ha terminado.

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Comentarios
  1. Con la izquierda utópica que representa Podemos no vamos a ningún sitio, y lo digo como antiguo votante de este partido, al que voté, por cierto, muy ilusionado en su primera época. El problema es que cuando se trata de estar en un gobierno y tener que lidiar con poderes económicos, políticos y mediáticos, los discursos de asamblea universitaria que pregonan acabar con el sistema y construir uno nuevo de arriba a abajo no sirven para nada. Hay que tener la inteligencia y la habilidad suficientes, no para terminar con esos poderes fácticos, que es imposible, sino para saber «torearlos» y conseguir cosas beneficiosas para los ciudadanos. A mi modo de ver, Yolanda Díaz ha sabido hacerlo, y muy bien. En Podemos, en cambio, siguen con el discurso de asamblea universitaria y son incapaces de aterrizar en la realidad. Aparte de sus odios y rencores personales hacia todos los que no piensan como ellos, pero ése es otro cantar.

  2. Sumar es un engaño más de la » socialdemocracia «, un psoe 2.0 para dar estabilidad al reformismo vendeobrerxs que vemos en UP desde hace 4 años.la clase obrera esta peor que hace 4 años, más desahucios,más miseria ,más colas del hambre, una precariedad laboral creciente, una sanidad publica en descomposición, entonces que nos puede aportar este partido o plataforma nueva? Nada más que seguir complaciente con la patronal a través de » reformitas» apoyadas por sindicatos amarillos. Estamos viendo en Francia que la clase obrera ha despertado de su letargo y está ardiendo el país, cosa que nunca pasará aquí debido a los cortafuegos antiobrerxs llamados IU, UP,Bildu, ERC,…. muletas del capitalismo más voraz. Así que ni sumar, ni up, ni el partido que sea supuestamente de izquierda cambiaran nada en este país de obrerxs embrutecidxs en su mayoría por su poca conciencia política y de clase. Negro futuro no espera en este país otanista ,felpudo de la UE y eeuu.salud y anarquia

  3. Hará hasta dónde el poder económico que es el que manda la deje hacer. Poca cosa. Por algo la izquierda radical, entre la que incluyo a los anarquistas, no quieren formar parte de gobierno alguno capitalista.
    El `poder de la calle. Esos son los poderes a los que teme el capital.

    Comunicado de solidaridad con la lucha de clases obrera en Francia
    La historia moderna es cíclica y tiende a repetirse. El poder económico y sus marionetas al mando de los gobiernos nacionales, vuelve a arremeter contra los derechos laborales y sociales adquiridos, intentando mermar condiciones y precarizar la vida de las personas.
    En Francia, el gobierno de Macron, en su intento de aumentar la edad de jubilación, se ha vuelto a topar con la fuerza del movimiento obrero que, unido en las calles, está plantando cara a las políticas capitalistas de austeridad, recortes, miseria y opresión.
    Esa explosión de rabia, está consiguiendo debilitar al poder político francés, que en un intento de acallar la voz del pueblo ha dirigido una represión policial contra las manifestaciones con centenares de detenciones, pretendiendo suprimir con violencia derechos democráticos, como es la huelga y la manifestación. El resultado de esta lucha está por ver, pero lo cierto es que la clase obrera y la juventud francesa, han vuelto a plantar cara a las políticas de represivas de la UE y la Troika, que claramente apuestan por el capital y se posicionan en contra de la vida digna de las personas.
    En el Estado español, la otra cara de la moneda vuelve a verse y nuevamente el poder económico, político y sindical, se alinean y consuman una reforma de las pensiones que apuesta claramente por los planes de pensiones privados y que pasa con disimulo por medios de comunicación y redes de difusión, los mismos medios que están dominados y sirven a dicho poder.
    Aquí, la precariedad laboral que en varios sectores alcanza condiciones de miseria laboral y social, es vista de perfil por un gobierno progresista y unas fuerzas sindicales que ya no representan ni al 12% de la población laboralmente activa, las cuales se atreven a vender los derechos laborales a cambio de futuras subvenciones y un estatus oligarca que abandonó hace décadas a la diezmada clase obrera española.
    Desde Intersindical Aragón /COBAS, la línea de actuación es clara y está definida, lucha obrera y unidad de acción sindical, que apueste claramente por la defensa de los trabajadores frente al poder empresarial. Para ello, debemos abandonar la pasividad social que inunda sindicatos amarillos, imitando lo que el pueblo francés con su lucha está intentando defender.
    Queremos mostrar nuestra profunda solidaridad con l@strabajador@s franceses y ofrecer nuestro apoyo y nuestra infraestructura sindical de clase, para que no cejen en su pugna, ya que la misma nos ocupa a tod@s, siendo un verdadero ejemplo para la clase obrera y la juventud europea.
    Desde IA/COBAS, saludamos a la clase obrera francesa y agradecemos su fuerza, su unión y su conciencia.

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