Opinión
#UnAñoFeliz (11) | Tenéis razón: la libertad hoy está amenazada
"Pero que eso no os lleve a añorar épocas de violencias aún mayores, de palizas, asesinatos y auténtica censura, no la que consiste en recibir críticas por expresarte, sino la que de verdad prohibe la libertad de expresión".
Este artículo pertenece a la serie de José Ovejero #UnAñoFeliz, cada dos semanas en La Marea.
Estoy conmovido. La defensa de la libertad atraviesa los partidos y las ideologías, llega a la gente corriente. Ahí tenemos al tío de un tenista afirmando con rotundidad que hoy existe menos libertad que hace treinta años. O el artista multidisciplinar Mario Vaquerizo, que también es escritor, como me recordó en una ocasión, anda preocupado porque la falta de libertades ahora es similar a la del franquismo. Miguel Bosé también ha criticado que en nuestros días tengamos menos libertad que durante la Transición, aunque quizá se le haya ido de la mano la megalomanía al afirmar que con sus declaraciones se ha puesto en contra a toda España y a todos los partidos. Y, en fin, la censura rampante preocupa a Ramoncín, quien señaló que hoy Nabokov no podría escribir Lolita.
Me parece una gran noticia, digna de entrar en este Un año feliz, que haya tanta gente preocupada por la pérdida de libertades, pues las cuatro personas mencionadas son solo, sin duda, la punta del iceberg de la protesta ciudadana. Y tienen mucha razón. No me puede extrañar su preocupación viendo que sigue vigente la Ley mordaza, que el PSOE se había comprometido a derogar, una ley que criminaliza y pone en riesgo a manifestantes que griten un poco más de la cuenta, o, aunque no lo hagan, que sean acusados sin pruebas por un policía de falta de respeto a la autoridad.
Aunque da la impresión de que lo que más molesta a estos portavoces del descontento ciudadano es la censura inaudita de la que somos testigos casi a diario: un rapero encarcelado por la letra de sus canciones, exposiciones clausuradas por denuncias de la Asociación de Abogados Cristianos, obras de teatro retiradas por ofensas a los sentimientos religiosos o incluso por razones no aclaradas y disimuladas con problemas de presupuesto y otros asuntos técnicos.
Cómo no entender la irritación de artistas y líderes de opinión que no están dispuestos a callarse y se enfrentan con valentía a las críticas, sabiendo que supuestamente la policía y los servicios de seguridad del Estado se confabularon con un ministro, con la complicidad de la prensa –»canallesca», como se la llamaba durante el franquismo–, para acabar con un partido molesto o con el movimiento independentista. Cómo no escandalizarse cuando medios de comunicación cebados con dinero público –con nuestro dinero– lanzan campañas de difamación contra políticos y activistas que pudieran desestabilizar el statu quo y derribar el turnismo, base de tanta corrupción.
La situación es grave, lo digo sin la menor ironía. No obstante, me gustaría tranquilizar a los defensores de la libertad recordándoles que es un error muy humano idealizar el pasado. En esas épocas que añoran al contemplar la actual deriva reaccionaria, la policía pegaba palizas y torturaba, los GAL asesinaban con el beneplácito del Gobierno, se silenciaban –eso también es censura– las informaciones sobre las comisiones millonarias que se embolsaba el Rey mientras defendía la marca España, se silenciaba en televisión a un cantante por una letra contra Felipe González –que sí, que hablaba con lengua de serpiente– o se le denunciaba por meter un cristo en el horno.
Las libertades y las posibilidades de expresión de las que gozaban mujeres y personas LGTBIQ+ merecerían capítulo aparte. Y, quizá esto tranquilice a Ramoncín, cuando Nabokov escribió su polémica novela, fue rechazada por los grandes editores, tuvo que publicarla en una editorial pornográfica en Francia, fue prohibida en más de un país y vilipendiada por gerifaltes de la prensa cultural.
Y también a toda esa gente que desde periódicos, radios y televisiones clama sentirse censurada o cancelada, les digo: tranquilas, tranquilos. Nuestra pérdida de libertades es preocupante y debemos oponernos a ella. Es urgente desmantelar el sistema de complicidades delictivas, siempre al servicio de los poderes de siempre, que castiga y calumnia a la disidencia. Pero que eso no os lleve a añorar épocas de violencias aún mayores, de, como decía, palizas, torturas, asesinatos y auténtica censura, no la que consiste en recibir críticas por expresarte, sino la que de verdad prohibe la libertad de expresión. Aunque es comprensible vuestro olvido: probablemente, esas cosas no le sucedían a gente como vosotros.
Infiltraciones policiales en movimientos ecologistas y sociales.
Apoyo a Extinción o Rebelión y Futuro Vegetal, así como al Centro Social Okupado La Animosa, por el caso de infiltración policial que han sufrido en Madrid y que ha sido destapado por ‘El Salto’.
Este caso se suma a otras tres infiltraciones destapadas por ‘La Directa’ durante los últimos meses en movimientos sociales de Barcelona y València. Entre los espacios afectados se encuentran el Centre Social La Cinètika y el Casal Popular Lina Òdena, de Barcelona, y el CSOA l’Horta de València.
La simultaneidad de infiltraciones por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en colectivos y movimientos ecologistas, populares y sociales parece obedecer a una campaña de espionaje injustificada, por la cual deberían de adoptarse medidas reparatorias urgentes en el Ministerio del Interior.
Según Luis Rico, portavoz de Ecologistas en Acción “se trata de operaciones policiales innecesarias e injustificables al promover e instaurar herramientas destinadas a la persecución de la disidencia política, las defensoras y defensores de derechos humanos. Estas estrategias policiales y represivas afectan tanto a los derechos individuales como a los colectivos y generan un impacto en las personas directamente afectadas y en los propios movimientos”.
Todo esto ocurre un día después de que la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados decidiera no seguir adelante con la reforma de la Ley Mordaza, una de las promesas del Gobierno de coalición, lo que supone un frenazo en la protección de derechos humanos en el Estado español, según diversas organizaciones sociales y ambientales.
Como respuesta a lo que se considera una agresión policial contra la sociedad civil organizada, los colectivos sociales y medioambientales han declarado que seguirán trabajando sin dejarse amedrentar. Tal y como ha publicado Extinción o Rebelión, “no vamos a dejar que la desconfianza se apodere de nuestros espacios, ya que uno de nuestros pilares es defender una cultura de cuidados y apoyo mutuo. Seguiremos siendo radicalmente inclusivas, desplegando métodos en los que cuidarnos y crear espacios seguros ante sus tácticas antidemocráticas de cloaca y mordaza”.
España y la «democrática» Europa, en mi opinión, estamos dejándonos llevar gratuitamente derechos y libertades conquistados.
La censura y la manipulación informativa en Occidente, sobre todo desde la invasión de Ucrania, es más que escandalosa, es digna de la dictadura franquista.
La ONU se niega a investigar el atentado contra el gaseoducto Nord Stream.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, dijo hoy que las investigaciones sobre el sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 por parte de Alemania, Dinamarca y Suecia pueden tener como objetivo ocultar pruebas.
“Cuando planteamos la cuestión de una investigación internacional objetiva, las tácticas de los estadounidenses y europeos se redujeron a negar la implicación de Estados Unidos, por un lado, y a impedir una investigación transparente e imparcial del sabotaje, por otro”, afirmó durante una reunión del Consejo de Seguridad citado por RT.
“Cuantas más pruebas surgían de la implicación de Washington y sus aliados de la OTAN, más insistía Occidente en que no estaba justificada una investigación internacional”, añadió.
La víspera, el Consejo de Seguridad de la ONU no aprobó un proyecto de resolución ruso-chino que insta a realizar una investigación internacional de las explosiones ocurridas en los gasoductos Nord Stream el año pasado.
Libertad no ha habido nunca. Lo que ocurre es que los estados antes disponían de menos medios para subyugar a la población. De ahí que algunos tengan la sensación de que antes había mayor libertad. Si retrocedemos más en el tiempo, ocurre exactamente lo mismo. Las dictaduras serán mejores sistemas políticos (qué duda cabe) pero, al final, o financias a Vox o financias pantanos.