Sociedad
[Gráfico] Se busca directora
La presencia de mujeres en cargos directivos en los medios de comunicación no mejora sustancialmente con los años.
“¿Cómo lleva tu pareja que dirijas El País?”. Fue una de las preguntas que recibió Pepa Bueno cuando estrenó su cargo, en el verano de 2021, como directora del diario generalista más leído de España. La periodista admitió su sorpresa inicial, que la llevó a contestar un “no lo lleva ni bien ni mal”. “Después lo entendí. Trataba de imaginarme qué pregunta le harían a Juan Luis Cebrián, Joaquín Estefanía o a Jesús Ceberio, si alguna vez le preguntaron cómo ve tu mujer que dirijas El País”, reconocía al contar esta historia en en un acto organizado por la Comisión de Igualdad del Congreso y del Senado el pasado 8-M. Y no, no hay constancia de esa pregunta a ningún director de prensa. Los despachos de los medios de comunicación siguen, como tantas otras empresas y administraciones, ocupados por hombres con corbata.
Este mismo martes, el Gobierno tiene previsto aprobar la Ley de Representación paritaria de mujeres y hombres en órganos de decisión, entre ellos el propio Consejo de Ministros y los consejos de administración de las grandes compañías. La norma, además, pretende garantizar que las candidaturas electorales sean paritarias, pero también las juntas de gobierno de los consejos generales, los colegios profesionales y los jurados de premios.
En La Marea comenzamos a analizar en 2016 el número de mujeres en cargos directivos en los medios de comunicación. Directora de periódico, un cargo exótico, fue el titular. Un titular que puede usarse también hoy, en 2023. La ausencia de mujeres en las cúpulas directivas de los principales medios escritos –en papel y digitales– continúa siendo una realidad evidente. De los 26 medios analizados –15 impresos y 11 digitales–, solo cuatro están dirigidos por mujeres, un 15,4%: El País, 20 minutos, Público y La Marea. Pepa Bueno, Encarna Samitier, Virginia P. Alonso y Magda Bandera, respectivamente. La cifra ha sufrido vaivenes y, recientemente, ha vuelto a situarse a la baja. En 2020 eran siete, casi el doble que hoy.
Por otra parte, de los medios digitales analizados, solo hay un caso que no cuenta con ninguna mujer en puestos dedirección: VozPópuli. Y también hay solo un caso en el que hay más mujeres que hombres: Público. Pero, en general, no se da la paridad en las cúpulas directivas. La mayor diferencia se produce en El Confidencial, con dos mujeres de los 12 cargos directivos que tiene el medio.
En lo que respecta a los medios tradicionales, analizados los 15 diarios de información generalista más leídos según el último EGM, ha habido algunas novedades reseñables. Es el caso de El Mundo, que no contaba con ninguna mujer en su estructura directiva. Con la llegada de Joaquín Manso como director en mayo del pasado año, el periódico ha nombrado a cuatro subdirectoras: María González, Leyre Iglesias, Silvia Román y Maite Rico. La Vanguardia y ABC también presentan una estructura paritaria.
Los que no cuentan con una sola mujer en esos despachos donde se toman las decisiones son La Nueva España –durante años dirigido por Ángeles Rivero, ahora directora general de Prensa Ibérica en Asturias–, El Diario Vasco y El Diario de Navarra. Las cabeceras van actualizando sus estructuras organizativas, pero la paridad –entendida como el equilibrio entre la presencia masculina y la femenina– no parece ser uno de los criterios tenidos en cuenta en todas ellas.
Basta darse un paseo por las redacciones y también por las facultades. Según datos del Ministerio de Universidades, en las de Periodismo estudian aproximadamente un 63% de mujeres frente a un 37% de hombres.
Actualización 14/03/2023 a las 11.31 h.
La libertad de información acaba donde empieza la libertad de empresa.
Pongo por delante que creo que la marea es libre.
Pero a estas alturas criticar el «techo de cristal» de las mujeres para ser directivas me parece el mismo tipo de película que pensar que hay empresarios no explotadores, si entendemos como explotación la diferencia entre salario y plusvalía.
Salvo que creamos lo que nos vende el propio capital, que hay un modo más humano de organizar las relaciones empresa-trabajador.
En ese caso no habría que reivindicar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora sino como Día Internacional de la mujer a secas e irse directivas, que organizan las condiciones de trabajo de mujeres y hombres en la empresa capitalista, en general, y en la de medios de comunicación en particular, y trabajadoras a la mani del bracete.
Para eso ya tenemos a La Sexta y a Antena 3 que, dentro del mismo grupo, cubren el espectro progre y de derecha.