Sociedad

Quinientas personas son desalojadas del poblado El Walili en Níjar, Almería

El Ayuntamiento pone a disposición de las personas migrantes un centro de emergencia y desoye la petición de las oenegés de posponer el desalojo ante falta de alternativas de alojamiento

El desalojo de El Walili, en Almeria, ha coincidido con un incendio en el asentamiento. PLATAFORMA DERECHO A TECHO

El Ayuntamiento de Níjar (Almería) ha iniciado este lunes el desalojo del asentamiento chabolista El Walili, ubicado a un lado de la carretera de San José, donde residían unas 500 personas, principalmente migrantes temporeros sin otra opción habitacional. La actuación ya estaba anunciada y un incendio a primera hora de la mañana en algunas de las viviendas ha motivado la retirada de los últimos residentes que quedaban en la zona.

Este tipo de asentamientos precarios se encuentran en distintas zonas agrícolas de España que emplean a trabajadores y trabajadoras migrantes. Las personas que habitan en estos poblados lo hacen en condiciones «inhumanas», según las palabras del Relator Especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, que visitó un asentamiento en Huelva en el año 2020. Alston explicó que estas personas cobran unos 30 euros al día y tienen dificultades para acceder a una vivienda digna. «Me he encontrado con trabajadores migrantes viviendo en condiciones que rivalizan con las peores que he visto en todo el mundo», declaró en su informe.

El consistorio presidido por la alcaldesa Esperanza Pérez Felices (PSOE) publicó un comunicado el viernes en el que informaba que estas personas de origen migrante serán atendidas en un Centro de Acogida de Emergencia y Derivación donde se les facilitará alojamiento y manutención, con la colaboración de distintas ONG. lamarea.com ha intentado contactar con el consistorio sin éxito para conocer la capacidad del centro. Desde la entidad Plataforma Derecho a Techo explican que se trata de una nave con literas. «Solo han llegado unas 150 personas aproximadamente hasta allí, ya que hasta el mismo momento del traslado, mientras se derruían las casas delante de ellos, la gente no sabía cómo iba a ser el traslado ni dónde… Nadie les había notificado nada nominalmente», sostiene la ONG.

Según el anuncio, de ahí serán derivados al “programa de soluciones habitacionales transitorias”. El objeto de estos estudios personalizados, aseguran, es «elaborar el itinerario de integración de cada individuo antes de su derivación a una solución habitacional transitoria de alquiler”. Este proceso se puede prolongar hasta un máximo de dos meses, apuntan.

En esta primera fase de la actuación del desalojo de El Walili, el Ayuntamiento indica que participan técnicos en asistencia psicológica y de mediación, personal sanitario, bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El protocolo del gobierno local recibió luz verde por parte del juzgado el pasado jueves por el alto riesgo de incendios y electrocución. “La urgencia en la ejecución del desalojo para garantizar la seguridad de las personas”, asegura el consistorio.

Medios de comunicación desplazados a la zona como Ideal aseguran que las excavadoras han empezado con los trabajos de derribo a primera hora de la mañana. Plataforma Derecho a Techo ha explicado que el inicio del desalojo de El Walili ha coincidido con un incendio en algunas chabolas del asentamiento, una situación que han descrito como “dramática y dantesca”.

Varias entidades se han pronunciado en contra del desalojo forzoso del poblado. En diciembre, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) pidió al Ayuntamiento de Níjar la paralización del derribo del asentamiento, mientras no se garantizara una alternativa habitacional permanente para las 500 personas que vivían allí. “Consideramos que el procedimiento final debería haberse realizado asegurando una mayor coordinación y comunicación con las entidades sociales”, han expuesto Almería Acoge, Médicos del Mundo, Hermanas Mercedarias y Fundación Cepaim.

Serigne Mbaye Diouf, diputado de Unidas Podemos, ha estado presente en la zona durante el desalojo y ha afirmado que algunas de las personas afectadas han mostrado ciertas reticencias a subirse a los autobuses durante su desalojo porque no tenían claro “dónde los iban a llevar, en qué condiciones y cómo iban a desplazarse para trabajar mañana”. Mbaye ha lamentado que “excluidos por el racismo inmobiliario, estos trabajadores viven en unas condiciones deplorables” y que se haya derribado El Walili sin alternativa habitacional “en plena ola de frío”.

Sin viviendas de alquiler asequible

El desalojo y derrumbe de El Walili se ha producido antes de tener una alternativa para todas las personas que lo habitaban. Plataforma Derecho a Techo apunta que unas 250 personas habrían elegido acogerse a la opción de viviendas temporales. El resto se habría distribuido en otros asentamientos similares de la comarca.

En una parcela en la barriada de Los Grillos, en Níjar, se está construyendo una promoción de 62 viviendas en alquiler a precio asequible con el objetivo de ser utilizadas como alojamientos transitorios para trabajadores temporeros de la agricultura de la zona. La Agencia EFE informa que esta promoción cuenta con una subvención de 1.547.351 euros correspondientes a la tercera convocatoria del Programa de Fomento del Alquiler de la Junta de Andalucía. Las autoridades pretenden erradicar los asentamientos informales como El Walili, El Cruce, Los Nietos o El Nazareno con estas residencias.

Estas viviendas no se encuentran todavía disponibles. Así lo confirmó el pasado jueves la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Aránzazu Martín (PP), quien señaló que se encuentran en ejecución y “están muy avanzadas”. Está por ver si las obras finalizan en los dos meses de margen que el Ayuntamiento de Níjar ha puesto a disposición de las personas migrantes el Centro de Acogida de Emergencia y Derivación.

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