Cultura
‘Holy Spider’: violencia patriarcal sin filtros ni velos
«Esta no es la historia de un asesino en serie. Es la historia de una sociedad asesina», dice el director iraní Ali Abbasi sobre su última película.
¿A quién le importan las víctimas en una película policiaca? Las víctimas, normalmente, se convierten en meros instrumentos al servicio de la trama. Son detonantes de una intriga. Su perfil humano suele desaparecer para dejar paso al toma y daca entre investigador y sospechoso. No ocurre así en Holy Spider.
Ali Abbasi, director iraní afincado en Dinamarca, se basa en hechos reales para contar la historia de un creyente devoto que asesina prostitutas en Mashhad, ciudad santa chií situada al este de Irán. Pero no quería hacer un thriller al uso. Así lo explicó en Cannes, donde presentó la película: «Esta no es la historia de un asesino en serie. Es la historia de una sociedad asesina».
Antes, Abbasi había obtenido merecido renombre con una parábola sobre la identidad (racial y de género) titulada Border (2018). Se trataba de un inquietante estudio en torno a la soledad de un ser (podría decirse humano, aunque no de nuestra especie) que no encaja en la sociedad: una trol. La sensación que se desprende a veces de los crímenes machistas se parece bastante a esto: es como si las mujeres (y no digamos ya las prostitutas) no pertenecieran al género humano. Como ocurre normalmente en el cine, estas víctimas pasan a un segundo plano. Y ahí es donde pone el foco Abbasi.
Para ello se dota de una serie de principios éticos que contradicen la técnica enunciada en su día por Hitchcock: «Que una escena de amor parezca un asesinato y que un asesinato parezca una escena de amor». Abbasi abandona estos juegos estéticos y muestra la violencia tal y como es, con una crudeza y un realismo insoportables. Chabrol también era partidario de esta manera de trabajar: no se debe rodar un crimen a cámara lenta, no se debe estetizar un asesinato, decía.
Un acto de rebelión
La sordidez y la explicitud utilizadas por Abbasi son un acto de rebelión contra el cine oficial de Irán. Es una forma de decir: las drogas y la prostitución existen, y estas mujeres también merecen su consideración como seres humanos. Y tan duras son las escenas violentas como las que retratan a una sociedad que no sólo se muestra impasible ante el dolor sino que incluso aplaude al asesino por «limpiar las calles de vicio».
Como ha demostrado la reciente muerte de Mahsa Amini cuando estaba bajo custodia de la policía de la moral, la violencia patriarcal no alcanza sólo (sin que eso le reste un ápice de vileza) a las mujeres que viven en la marginalidad. Zar Amir- Ebrahimi interpreta en Holy Spider a una periodista que investiga los crímenes y que llega a ser acosada sexualmente por la policía. En la vida real, Ebrahimi recibió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes, tras lo cual se hizo acreedora de unas 200 amenazas de muerte.
‘Holy Spider’ se estrena en cines el viernes 13 de enero.
IRÁN: IGUALDAD PARA LAS MUJERES Y FIN A LA BRUTAL REPRESIÓN
La “policía de la moral” somete de forma rutinaria a mujeres y niñas a detención arbitraria, tortura y otros malos tratos por no cumplir con las leyes abusivas, degradantes y discriminatorias sobre el uso obligatorio del velo.
La muerte de Mahsa ha desatado un torrente de indignación y protestas en todo Irán. En respuesta, las fuerzas de seguridad han recurrido repetidamente al uso ilegítimo de la fuerza: han disparado munición real a las personas manifestantes a corta distancia, han utilizado gases lacrimógenos y cañones de agua y les han golpeado con porras.
Más de 300 personas han muerto, incluidos al menos 41 niños y niñas. Cientos más han sufrido heridas graves pero la mayoría no han acudido a los hospitales por miedo a ser detenidos. Entre 15.000 y 16.000 personas han sido detenidas, y muchas han sido sometidas a tortura, desaparición forzosa o juicios injustos.
Los tribunales ya han condenado a muerte al menos a cinco personas y están solicitando la pena de muerte para muchas más con un claro objetivo: intimidar a quienes participan en el levantamiento popular.
“Las fuerzas de seguridad disparaban (…) en todas las direcciones, todo el mundo corría el riesgo de recibir un disparo, era pura suerte recibir un balazo o no.” Testigo de las protestas.
Firma para pedir a las autoridades iraníes que respeten los derechos de las mujeres y detengan este baño de sangre.
https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/protestas-iran-mahsa-amini-sep22/
«¡POR ZORRA!» – VIOLENCIA SEXUAL CONTRA MUJERES EN COLOMBIA POR PROTESTAR
En el Paro Nacional de 2021 miles de personas salieron a las calles en Colombia para reclamar sus derechos. La Fuerza Pública usó la violencia sexual y otras formas de violencia de género contra 28 mujeres y personas LGBTI para infligir miedo y castigar a quienes exigen cambios en el país. Los agentes del Estado, especialmente de la Policía Nacional, emplearon lenguaje y expresiones sexistas, misóginas y abusivas, y también violencia sexual.
“Por zorra te voy a violar”. Estas fueron las palabras que dirigió el policía a Adriana* antes de violarla.
“Vándalas, hijueputas, malparidas, ¿por qué no se mueren?” Es lo que escucharon Diana y Ana antes de ser atacadas por agentes policiales.
¡El cuerpo de ninguna mujer debe ser usado para silenciar los reclamos de una ciudadanía que quiere un país mejor!
Firma para exigir al gobierno de Colombia que reforme la Policía Nacional para que nunca más se repitan las violaciones de derechos humanos en contra de quienes alzan la voz.
https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/colombia-mujeres-lgbti-protestas-dic22/